La economía de Castilla y León crecerá un 2,6 por ciento este año, lo que supone una décima más de lo que había previsto en marzo EspañaDuero, que en su nuevas previsiones destaca el buen comportamiento del sector exterior y el primario, así como de la demanda interna, en lo que podría influir de forma positiva el acuerdo en materia de salarios alcanzado por la patronal y los sindicatos.
Así se desprende del informe número 14 de ‘Previsiones económicas de Castilla y León’, que presentaron hoy en Valladolid el director territorial de EspañaDuero, Manuel Rubio, y la coordinadora del estudio Felisa Becerra. Ambos indicaron que todavía es demasiado pronto para estimar el impacto de las medidas fiscales que estudia el Gobierno sobre la evolución de la economía.
Asimismo, la entidad prevé una aportación positiva de todos los sectores, con tasas de crecimiento que oscilan entre el uno por ciento, del sector industrial, y el 4,8 por ciento, del sector agrario. Por el lado de la demanda, el consumo de los hogares podría incrementarse un 2,5 por ciento y el de las Administraciones Públicas, un uno por ciento, situándose el crecimiento de la inversión en el cuatro por ciento.
En lo que se refiere al mercado de trabajo, las estimaciones señalan que el número de ocupados crecerá, en el conjunto de 2018, un 1,4 por ciento, el doble que en 2017 (0,7 por ciento), con aumentos en todos los sectores, que oscilarán entre el 0,5 por ciento, en el caso del sector servicios, y el 3,7 por ciento, en la construcción. Por su parte, el número de parados podría descender un 13,2 por ciento y la tasa de paro disminuiría hasta situarse en el 12,3 por ciento en el promedio del año (15,3 por ciento en España).
En ese sentido, pese a que la economía mundial mantiene una tendencia al alza, con un avance del cuatro por ciento, se mantienen factores de riesgo como las medidas proteccionistas al comercio exterior o la subida del precio del petróleo. De esta forma, recordó Felisa Becerra, la economía española crecerá un 2,8 por ciento, dos décimas más que la de Castilla y León, tras cerrar el primer trimestre con un incremento del tres por ciento.
Respecto al Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla y León, que creció un 2,9 por ciento en tasa interanual en el primer trimestre, la entidad estaca la contribución positiva del sector exterior, con 0,3 puntos porcentuales, poniendo fin a un ciclo negativo que comenzó a mediados de 2016. También la demanda interna aportó 2,6 puntos al crecimiento, siete menos que en el último trimestre de 2017, por el menor consumo de las administraciones públicas y de la inversión.
No obstante, el crecimiento de la inversión en construcción se situó en el 5,6 por ciento, mientras que el consumo de los hogares se aceleró al 2,8 por ciento. El sector agrario creció a una tasa del 12,2 por ciento, frente a la caída del diez por ciento del pasado año, mientras que la industria firmó un avance del 0,4 y el sector servicios, del 3,2 por ciento. La coordinadora del informe indicó que el sector primario es el que más crece, pero advirtió de que aporta un cinco por ciento a la economía, frente al 60 o 70 del sector servicios. Sin embargo, valoró desde un punto de vista personal su importancia en términos de cohesión y equilibrio territorial, más allá de su Valor Añadido Bruto y del empleo que genere. También destacó el incremento de la actividad de la construcción.
En lo referente al mercado de trabajo, según la Encuesta de Población Activa (EPA), el estudio destaca el mantenimiento de la ocupación y el aumento de la afiliación a la Seguridad Social. Esta ligera reducción del empleo responde para España Duero al descenso en el sector servicios, así como a la disminución en el número de ocupados a tiempo completo y en el número de trabajadores por cuenta propia. Además, los parados se redujeron un 9,5 por ciento, mientras que la población activa mermó un 1,5 por ciento. La tasa de paro se situó en el 13,9 por ciento (16,7 por ciento en España).