La Diócesis de Astorga se reta a sumar fieles en “un mundo líquido” que conduce a la “soledad, el enfrentamiento y falta de aceptación personal”

El Plan Pastoral 2023-2028 busca además acompañar a los necesitados o formar a nuevos misioneros

La Diócesis de Astorga presentó su Programa Pastoral Diocesano 2023-2028, cuyo reto principal es afrontar la evangelización y sumar fieles en un momento donde los ciudadanos se alejan cada vez más de la Iglesia Católica. El lema elegido es ‘Se volvieron a Jerusalén. Hacer grande la comunidad’.

El obispo de Astorga, Jesús Fernández, señaló que están preocupados por los datos aportados por Cáritas Española, donde se señala que se vive en “un mundo líquido, de relaciones fugaces y frágiles que conducen a la soledad no deseada, el enfrentamiento, falta de aceptación personal y que a veces desemboca en depresión y hasta el suicidio”. Por eso Fernández señaló: ”Todos necesitamos sentirnos acompañados, todos necesitamos a Dios”.

El Plan Pastoral diseñado se divide en cuatro itinerarios, en los que profundizó el vicario episcopal de Pastoral, José Manuel Carrasco. El primero de ellos es el de la ‘Primer Anuncio’, donde se enmarca la evangelización con la creación de grupos de primer anuncio en las unidades pastorales, formación en primer anuncio para sacerdotes y laicos, la identificación de retos o la realización de actividades destinadas a hacer llegar la palabra de Dios. “Queremos crear un ámbito de encuentro con no creyentes para poder ofrecerles un ámbito de diálogo abierto y fraterno”, explicó Carrasco. Además se aprovechará el patrimonio artístico y cultural de la Diócesis, para conciertos religiosos, exposiciones o viacrucis.

El segundo itinerario es el denominado ‘Acompañamiento’, donde se buscará la integración entre parroquias, cofradías, movimientos y asociaciones, además de acompañar a aquellos que lo necesiten. “Queremos crear equipos de acogida y acompañamiento en las unidades pastorales, ampliar el horario de apertura de templos y crear centros de escucha y acompañamiento en el duelo y situaciones límite”.

El tercero, ‘Procesos Formativos’, quiere dar un impulso a la Escuela Diocesana de Evangelizadores en las unidades pastorales. “Queremos incorporar formación que dé respuesta a las necesidades sociales actuales, con grupos de fe de vida”. Se completará con un análisis de pobreza y exclusión social, con campañas de sensibilización.

El último itinerario diseñado es el de ‘Presencia en la vida pública’, con la promoción del arte religioso popular y la estructuración de contenidos para estar más presentes en las redes sociales. “Un grupo para la reflexión de cristianos presentes en el mundo de la política. Poner en marcha una semana social en la Diócesis y apoyar nuestras obras caritativas, en especial Cáritas, manos Unidas, Fundación Cals y el albergue y comedor social San Genadio”, finalizó el vicario.

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