La inspectora jefa de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de León, que coordinó la investigación por la muerte de Isabel Carrasco, declaró hoy que la agente de la policía local acusada fue puesta en libertad tras prestar declaración porque su versión “parecía coherente y que se podía comprobar. Y si luego hay que volver a proceder, se procede”.
“No estaba del todo conforme con tomarle declaración en calidad de algo que no había cosas que eran cuando menos cosas que había que comprobar, porque había muchas casualidades, por decirlo así”, matizó. Reconoció que sí se tuvo en cuenta que era una policía local, “que no deja de ser una compañera” a la hora de dejarla libre pero subrayó que la decisión no se tomó “sólo por eso”. De hecho, dijo que de haber conocido en ese momento la llamada que Triana hizo a Raquel después del asesinato, “probablemente no la hubiéramos dejado en libertad”.
Además, después de recibir los informes de las compañías telefónicas, les llamó la atención una secuencia de llamadas hechas en abril que parecía “un poco extraña”. Por eso, se dedicó una noche entera a elaborar el informe que entregaron a la juez que instruía el caso a primera hora de la mañana en la que Raquel estaba llamada a declarar.
Otro detalle que llamó la atención a la Policía es que el 25 de abril, sobre las tres de la tarde, Raquel y Triana mantuvieron una conversación e inmediatamente después se produjo una llamada corta desde el teléfono pre-pago de Triana a Raquel y luego otra conversación entre ambas con los primeros aparatos. También tuvieron en cuenta las declaraciones tomadas a las amigas de Raquel, que señalaron que no les dijo a ninguna de ellas de que había estado con su amiga poco antes del asesinato.
Agentes de Burgos
Por otra parte, reconoció que los policías que llegaron de Burgos para colaborar en la investigación, pudieron actuar con “exceso de celo”, aunque justificó que no constara su presencia en la visita que hicieron con otros agentes a Raquel cuando ésta avisó de que había encontrado el arma, porque dijo que no siempre figuran todos los nombres. Además, consideró “un error de actuación” que inicialmente negasen ante la juez su presencia en casa de Raquel, cosa que reconocieron semanas después.
Respecto a la actuación de estos agentes, cuestionada por la defensa de madre e hija, la inspectora afirmó que, quizá precisamente por ser mujer e hija de un compañero -el entonces comisario de Astorga- “se les dio un trato amable y me quedo corta y ahora se está aprovechando para darle la vuelta a las cosas”.
En respuesta a preguntas del letrado de Gago, la inspectora comentó que la aparición del arma fue importante par la investigación. Además, cuestionada sobre qué opinaba sobre que hubieran transcurrido 30 horas hasta que Raquel entregó el arma en caso de que estuviera implicada manifestó que “pueden ocurrir dos cosas: que no sepas lo que hay y otra, que lo sepas y que tomes tú tiempo para pensar cómo lo vas a hacer” y añadió que tuvo tiempo suficiente para esconderla o deshacerse de ella.