La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) auguró este jueves que los regantes de Castilla y León podrán afrontar la actual campaña de riego “con más garantías” que en años anteriores dadas las lluvias caídas en las últimas semanas que han generado volúmenes de reserva “algo más elevados” que en campañas precedentes. De esta manera, el presidente del organismo de cuenca, Juan Ignacio Diego, previó “una buena campaña”, en especial en el caso de aquellos cultivos que son “menos exigentes”.
Así lo dijo el presidente de la CHD en la reunión de la Comisión de Desembalse de la cuenca del Duero en la que se han aprobado los volúmenes mínimos que tendrán que acumular los embalses el 30 de septiembre, fecha en la que está previsto que concluya la campaña de riego, que se estima que se desarrollará “en condiciones de práctica normalidad” dado que las circunstancias “no son malas”.
La reunión permitió elevar a definitivos los acuerdos fijados previamente, y que oscilan entre los 7.000 metros cúbicos en las zonas Águeda y Tera, y los 3.000 metros cúbicos acordados para la zona Pisuerga y Bajo Duero. Tanto este sistema como el del Carrión –con una cifra de 4.000 metros cúbicos por hectárea- podrán ver ligeramente incrementadas sus dotaciones en las próximas semanas si la evolución meteorológica de abril presenta valores pluviométricos normales y persiste el deshielo, con entradas en los embalses.
Los 18 embalses del Estado en la demarcación acumulan hoy 2.211 hectómetros cúbicos, lo que supone el 76,9 por ciento de su capacidad, cuatro décimas por encima del promedio de la última década gracias a las abundantes lluvias registradas desde finales de febrero y durante el mes de marzo, que han permitido que los embalses pasen del 33 a cerca del 77 por ciento de su capacidad.
A pesar de esta mayor disponibilidad hídrica, tanto los usuarios como los responsables de la CHD insistieron en la necesidad de hacer un consumo “estrictamente necesario” para el crecimiento óptimo de los cultivos dado que una irrigación excesiva “no supone necesariamente una mejora de la producción”. De hecho, el presidente de la CHD explicó que son los propios regantes los que han pedido el establecimiento de dotaciones y que se siga trabajando en la instalación de contadores porque “son los primeros que se han dado cuenta de que se pueden dar buenas cosechas con un menor consumo de agua”, argumentó.
Desde la CHD se recordó que el volumen asignado y que no se gasta permanece “para el año siguiente” y resulta “valioso en época de escasez”, un criterio que se ha aplicado desde el organismo de cuenca a la hora de fijar el volumen de reserva que tendrán que tener almacenado los embalses el 30 de septiembre para acumular mayores recursos de cara al próximo año y facilitar su llenado ante eventuales escenarios de falta de lluvias.
En concreto, y según esta comisión, los volúmenes mínimos que se fijaron son en la cuenca Adaja Eresma de 2,5 hectómetros cúbicos en el embalse de Pontón Alto y diez en el de las Cogotas; seis hectómetros cúbicos en el embalse de Águeda y 30 en Irueña en el caso de la cuenca Águeda; en la cuenca del Alto Duero, 60 hectómetros en el embalse de Cuerda del Poso; en la cuenca del Arlanzón, 45 hectómetros para los embalses de Arlanzón y Úrquiza; 25 hectómetros cúbicos entre Camporredondo y Compuerto, en la cuenca del Carrión; 130 hectómetros en Riaño, 60 en el embalse del Porma y 88 en la presa de Casares, en la cuenca Esla-Valderaduey; en el Órbigo se han fijado 30 hectómetros en Barrios de Luna; 35 hectómetros cúbicos en los embalses de Requejada, Cervera y Aguilar, en la cuenca del Pisuerga; 19 hectómetros en Linares del Arroyo en la cuenca de Riaza; 165 hectómetros cúbicos en los embalses de Cernadilla, Valparaíso y Agavanzal, en la cuenca del Tera; la cuenca del Tormes podrá reducir hasta los 160 hectómetros en Santa Teresa y, por último, en la cuenca del Tuerto, 2,5 hectómetros en Villameca.