La Cepeda también dice “no” al traslado de las balas al CTR

DA La Mancomunidad de Municipios de La Cepeda, que representa a los municipios de Magaz de Cepeda, Villagatón-Brañuelas, Villaobispo de Otero, Villamejil y Quintana y Castillo, ha acordado ayer por unanimidad un rechazo frontal a la pretensión del consorcio provincial de residuos Gersul de solucionar la acumulación de más de 500.000 toneladas de basura enviándolas al CTR de San Román de la Vega que el propio consorcio ya denomina ‘macrovertedero’.

Esta entidad considera que ese traslado supondrá el colapso total del actual y único vaso de vertido del centro de tratamiento de residuos (CTR) y que, además, pone en riesgo de contaminación y por lo tanto en grave peligro a la comarca y a los vecinos de todos sus pueblos.

Este riesgo está justificado, entre otras cosas, en el hecho de que el depósito de tan ingente cantidad de basura se hará sin tratamiento previo alguno. Algo a todas luces ilegal y contra lo que la Mancomunidad pondría en marcha cuantas medidas legales, administrativas y de todo tipo tenga a su alcance.

Igualmente, la Mancomunidad manifestó por unanimidad de todos los municipios representados su posición contraria al establecimiento de una nueva tasa acordada por el consorcio provincial Gersul que permite esos vertidos directos al vaso de rechazo, donde irían a parar residuos sin clasificar, peligrosos y potencialmente contaminantes.

Más allá de su efecto en esta comarca leonesa, la entidad supramunicipal estima que la solución impulsada por Gersul pone en riesgo la totalidad del sistema provincial de gestión de las basuras, entre otras cosas porque deja prácticamente anulada la vida útil de las instalaciones de San Román de la Vega.

Según los datos oficiales del propio consorcio Gersul de los residuos tratados en el CTR el año pasado, según la autorización ambiental en vigor, la llegada de las balas de basura (más de 500.000 toneladas repartidas entre más de 475.000 balas) supondría multiplicar por más de 10 la basura que se vierte en un solo año, con el agravante de que en este caso no habría tratamiento alguno sino que sería un vertido directo. Algo que la Mancomunidad no está dispuesta a permitir.