La imagen que se adjunta a este texto corresponde a una roca totalmente natural ubicada en un paraje natural. Obsérvese con calma. Se trata de una roca muy dura (una cuarcita) en la que hay un hueco que tiene una forma calcada de lo que podría ser una enorme almendra. Digo lo de enorme porque (ver monedas) el tamaño de esa “almendra” no sería de escasos milímetros o centímetros si no de varios decímetros, quizá de casi un metro en su eje mayor. ¿De que se trata?. Ya he dicho que ese hueco es totalmente natural. Pues bien he aquí la explicación que tomaré de un libro titulado “Plegamiento y fracturación de rocas” de John G. Ramsay. Era uno de los libros de consulta obligada en los años 70 del siglo pasado en la Facultad de CC. Geológicas de la U. Complutense de Madrid.
En la zona donde se halla esta curiosa estructura, abundan las capas de cuarcita en las que con cierta frecuencia hay diques de cuarzo. Un dique de cuarzo puede a veces adoptar la forma de una capa colocada en medio de las cuarcitas como si fuese una capa mas pero de cuarzo. A simple vista se distinguen porque el cuarzo es una roca de tonos mucho mas blancos y que se parece a un cristal (“cristal de roca”). La cuarcita no tiene esa semejanza con el cristal y además tiene tonalidades mas alejadas del color blanco.
Las rocas tal y como las vemos en superficie son objetos fríos y sobre todo muy duros, es mas totalmente indeformables. Sin embargo hace ya tiempo, que es bien conocido que cuando las rocas se hallan a cierta profundidad de la superficie, están sometidas a unas fuertes presiones y a unas temperaturas que en algunos casos son muy elevadas y entonces pueden fluir como lo hace la cera o el chocolate caliente. La cuarcita se funde a una temperatura que oscila entre 1500º y 1700ºC. Por cada kilómetro de profundidad la temperatura aumenta en general entre 25ºC y 30ºC. Pero hay determinadas circunstancias por las que este aumento aún puede ser mayor. En concreto en ciertas partes donde las rocas están sometidas a fuertes presiones como ocurre (actualmente) en las zonas donde abundan los volcanes y los terremotos. En definitiva que esta roca en forma de “almendra” tuvo que estar en un tiempo geológico pasado (hace millones de años) sometida a una presión y temperatura tan altas que se podía deformar como la plastilina. Es evidente que entonces no estaría en superficie.
Hace ya mucho tiempo que se sabe que si una capa rocosa se estira y en su interior contiene otra que aguante más el estiramiento o si se quiere no se deforme tan fácilmente, lo que ocurre es que esta última se rompe en fragmentos que pueden adquirir forma de morcillas. Técnicamente se les conoce como “boudins” porque en francés “boudin” significa morcilla. y en los libros de geología aparecen imágenes de los mismos con frecuencia. No es fácil sin embargo que se vean formas que como la de la imagen recuerden más a una almendra (a parte de la almendra) que a una morcilla. Lo ideal sería poder contemplar el afloramiento de donde procede esta roca; pero me temo que el mismo hace ya miles de años que desapareció. Esta roca está suelta en un pedregal formado quizá hace unos 10.000 años, así pues,…En este caso lo que ocurrió es que la cuarcita se estiró es decir se deformo con más facilidad que el cuarzo. Este último material necesita sin duda mayor presión y temperatura para poder fluir como la cuarcita.
Para concluir digamos que esta curiosa forma, sólo lo es tal para quienes no estén familiarizados con la geología y mas en concreto con los procesos que hacen doblarse y deformarse a las rocas como si fuesen de plastilina o de arcilla que se puede moldear. Ahora y dado que en todos los pueblos se busca destacar el llamado turismo rural cultural (restos arqueológicos, botánica, geología, mineralogía,…), no estaría de mas que en el pueblo donde esta roca se encuentra; se la llevase a algún lugar donde pueda llamar la atención y servir para que todo aquel que quiera aprenda geología. Esta foto no es de la Red, yo mismo la hice, pero lógicamente en la Red hay abundantes datos e incluso imágenes sobre estas curiosas estructuras geológicas.
Madrid, 26 de mayo de 2018
Rogelio Meléndez Tercero