No se pudo pedir más esta Semana Santa. Buen tiempo hasta el final. En la mañana de Pascua de Astorga brillaba un sol que anunciaba la llegada de uno de los momentos cumbres de la Pasión cristiana: la Resurrección. Desde la Capilla de la Vera Cruz la imagen de Cristo Resucitado precedida por una Urna vacía recorrió las calles de la ciudad llevando a todos la buena nueva de la vuelta a la vida de Jesús.
Broche de oro para una semana perfecta
Ni una sola nube que entorpeciera el brillo de la mañana. Los niños se arremolinaban a la puerta de la Capilla con campanillas en las manos esperando a que el Resucitado desfilase por la ciudad para cerrar la Semana Santa de Astorga.
Con todas las cofradías presentes, los hermanos y hermanas dejaron en casa los verdugos y capuchones para salir a cara descubierta y con la alegría en los rostros en procesión acompañando al Jesús Resucitado. La Urna vacía, con el Sudario solitario sobre ella salió en primer lugar. La promesa estaba cumplida, el Señor no estaba en su lugar de reposo.
Jóvenes y mayores pujaron alegres a un Resucitado que recorrió con viveza las calles de la ciudad. Entre flores, con el Lábaro en la mano Jesús gozoso llegó hasta la Catedral donde tendría lugar la Santa Misa de Pascua presidida por el obispo de la diócesis Juan Antonio Menéndez. Las autoridades civiles y militares de la ciudad así como representantes de todas las cofradías estuvieron presentes en la eucaristía. La misa contó también con las notas de la Coral Ciudad de Astorga Excélsior.
Encuentro con su madre
Acabada la misa y con la Bendición Papal, el cortejo salió hacia el atrio de la Catedral. Allí el Resucitado esperaría la salida de la Iglesia de Santa Marta de la Virgen del Amor Hermoso. El encuentro fue el momento más emotivo de la mañana. Juntos, madre e hijo desfilaron hasta las inmediaciones del Palacio de Gaudí donde los braceros y los jóvenes que pujaban la Virgen elevaron las tallas al cielo para después despedirse y continuar con la procesión.
De regreso a la Capilla la comitiva puso punto y final a esta Semana Santa 2017 repartiendo los tradicionales Huevos de Pascua a los más pequeños. Cuando las puertas del Cabildo se cerraron se terminó una semana intensa, marcada por el buen tiempo, la devoción y la gran afluencia tanto de participantes en las procesiones como de fieles y curiosos en las calles.
Hasta la próxima edición, imágenes y cofrades descansarán antes de ponerse manos a la obra en los preparativos de una nueva Semana Santa 2018.