Los guardias civiles Otero, Joseba, Raquel, Salor, Vaquero y el cabo Benito suponen el 50 por ciento de un equipo del que también forman parte sus respectivos caballos: Balandro, Helicón, Zángano, Halcón, Fénix y Elmer. Todos ellos integran la escuadra que la Guardia Civil de León mantuvo desplegada hasta este sábado en el Camino de Santiago a su paso por la provincia como refuerzo al dispositivo especial del Plan de Seguridad y Vigilancia en el Camino de Santiago.
Pertenecientes al Escuadrón de Caballería con sede en Valdemoro (Madrid), las principales misiones de estas patrullas son el apoyo a las unidades de Seguridad Ciudadana en sus respectivas demarcaciones territoriales para garantizar la seguridad ciudadana y la prevención de la delincuencia y evitar la comisión de hechos delictivos contra los peregrinos.
Jinetes y caballos han pasado unas cinco o seis horas diarias durante dos semanas compartiendo el Camino con ciudadanos de todo el mundo en diferentes tramos, cubriendo distancias de entre 25 y 30 kilómetros cada día, en lugares como El Acebo, Molinaseca, Camponaraya, Alto de Pieros, Trabadelo, Estébanez de la Calzada, El Ganso o San Justo de la Vega.
Se desplazan en sentido contrario al de la marcha de los caminantes, para que éstos adviertan su presencia y se los encuentren de frente. Después de León se trasladarán a otra provincia para continuar su cometido hasta que acabe el verano, que es la época en la que estos ‘guardianes’ a caballo están destinados a aportar un plus de tranquilidad a las miles de personas que se dirigen a Santiago de Compostela.
Su tarea consiste en prestar protección y auxilio en caso necesario. Hacen “un poco de todo”, según resume el cabo Benito, que antes de participar en este servicio en León lo hizo en Lugo y en Burgos en temporadas pasadas. Desde atender denuncias por hurtos en albergues hasta ofrecer tiritas o vendas para pequeñas lesiones, pasando por informar sobre la distancia a la siguiente localidad o por un sitio para comer, las cuestiones que atienden son muy diversas.
De su tarea, además de ayudar al caminante, lo más gratificante es -y también lo más duro- el día a día con los caballos, que a veces sufren lesiones, caídas o golpes. Es la cara negativa que tiene como reverso, entre sus ventajas, el poder acceder a lugares a los que es prácticamente imposible llegar con vehículos o motocicletas.
Caballería
Recorrer y vigilar las sendas que siguen los peregrinos es una de las múltiples tareas que desarrollan los efectivos del Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil, creado en el año 1958. Es una Unidad montada que tiene las mismas funciones que cualquier patrulla del Cuerpo, pero ajustadas a sus peculiaridades. Entre los servicios que normalmente llevan a cabo se encuentran el de reforzar a las Unidades territoriales de las distintas Comandancias, con movilidad en todo el territorio nacional. Con más de un centenar de efectivos -90 de ellos jinetes- y 150 caballos- recorren toda España participando tanto en actos de gala y conmemorativos como en eventos multidudinarios como la Romería de El Rocío (Huelva), La Saca de Soria, las carreras de Salúcar de Barrameda (Cádiz), el Circuito de Motociclismo de Cheste (Valencia) o el Motorrad de Teruel.
El Camino Francés
El llamado Camino Francés es el más frecuentado por los peregrinos a su paso por la provincia de León, a la que entra por la carretera N-120 procedente de Palencia, para llegar a la capital por la N-601, continuando de nuevo paralelo por la N-120 hasta Astorga, para luego desviarse por la LE-142 hacia Ponferrada pasando por la Cruz de Ferro. Desde la capital del Bierzo sigue paralelo a la antigua N-VI hasta llegar al lucense Alto del Cebreiro.
Seguridad
Las Unidades de Seguridad Ciudadana y de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil son las principales responsables de cumplir el Plan de Seguridad del Camino, para lo que cuentan con el apoyo del resto de especialidades de la institución, entre ellos, el Escuadrón de Caballería. Para llevarlo a cabo, la institución incrementa su presencia en los distintos itinerarios del Camino de Santiago y en los establecimientos en los que se alojan los peregrinos.
También se intensifican las entrevistas con caminantes, trabajadores de albergues y establecimientos hosteleros para prestarles cualquier auxilio e información que puedan requerir y detectar cualquier problema con antelación. Esa actividad, potenciada en primavera y verano otorga al Camino una imagen de destino -turístico, religioso, cultural o de ocio- tranquilo, según relatan los propios viajeros.
Los hechos delictivos mas comunes en el camino de Santiago son los pequeños hurtos de dinero en efectivo o efectos personales, como cámaras fotográficas o bastones para caminar, pero la mayor actividad la acapara la asistencia a los que se extravían o sufren alguna caída o torcedura. También asisten a quien, por ejemplo, intenta localizar a un peregrino extranjero que hace días no contacta con su familia y ésta solicita información al respecto. De entre todas sus acciones, subrayan desde la Guardia Civil, la que más agradecen es la sensación de seguridad que transmite la simple presencia de los agentes en cualquier tramo.
Idiomas
Actualmente, las patrullas que prestan servicio en la Ruta Jacobea van provistas de formularios para recoger denuncias ‘in situ’, tanto en español como en otros idiomas de uso común como inglés y francés, principalmente para infracciones delictivas de menor gravedad contra el patrimonio y extravíos de documentación.
Un año tranquilo
El comandante Jefe de Operaciones de la Comandancia de la Guardia Civil de León, José Rodríguez Migens, subraya que la presencia de las patrullas a caballo aportan a quienes recorren el Camino “seguridad objetiva y subjetiva”. Este año, afortunadamente, no se ha registrado hasta la fecha ningún incidente destacable en la Ruta a su paso por la provincia, donde el 85 por ciento del trayecto Jacobeo discurre por la demarcación territorial de la Guardia Civil. En general, el Camino de Santiago a su paso por la provincia leonesa es bastante seguro y presenta un ratio de delincuencia muy bajo.
La excepción más triste a esta estadística positiva la protagonizó en abril de 2015 la norteamericana Denise Pikka Thiem, cuyo presunto asesino -pendiente de juicio- reconoció primero el crimen para después desdecirse de su propia declaración. En cualquier caso, nunca sobran los consejos de la propia Guardia Civil de viajar acompañado, vigilar las pertenencias, en especial el dinero y la documentación y aplicar siempre el sentido común.