Jesús Bastante Liébana es escritor y periodista, ha sido responsable de información religiosa en ABC y Público. Además, es cofundador y actual redactor jefe de ‘Religión Digital’, el principal portal de información socio-religiosa del mundo en castellano y también coordina esta sección en elDiario.es.
Asiduo colaborador en televisión y radio, ha publicado una quincena de libros, en su mayor parte ensayos. Ahora, publica la novela ‘Santiago en el fin del mundo. El primer camino del apóstol’.
Con este motivo, hemos entrevistado a Jesús, para que nos hable ampliamente, tanto del origen, como del desarrollo de esta interesante novela, que está teniendo un rotundo éxito en el mundo editorial, ya que por primera vez se novela la vida del hombre cuya tumba, en Compostela ha configurado la mayor peregrinación de la historia de la humanidad.
Jesús, ¿qué es ‘Santiago en el fin del mundo’?
Es una novela de aventuras, de misterio, de búsqueda, de camino. Relato el viaje que pudo hacer Santiago por Hispania en el siglo I, del que prácticamente no se conoce nada. Se habla mucho del sepulcro del Apóstol de Compostela, pero muy poco de por qué está enterrado ahí: porque pudo pisar estas tierras. ¿Qué hizo, con quién? ¿a quién convirtió? ¿cómo pudo ser ese viaje?, son algunas de las preguntas a las que intenta contestar en la novela.
Escribir una novela sobre la presencia de Santiago en Hispania durante los años 42 y 43 de nuestra era, ha supuesto para Jesús Bastante una tarea ardua, y es el primer escritor en nuestro país que escribe sobre Santiago Apóstol “en vida”
Sí, ha sido complicado, por la falta de fuentes históricas, y la dificultad de diferenciar mito, acontecimiento y realidad. Y sí, por muy extraño que pueda parecer, nunca se había escrito nada sobre la presencia del Apóstol Santiago en Hispania vivito y coleando. Algo curioso en una religión como la nuestra, que debería hablar más de vida que de muerte, y que tiene más cerca el sepulcro de Santiago que su camino en esta vida.
Dices en tu libro que hace doce años tuviste la oportunidad de estar a solas, durante cuarenta y cinco minutos, frente al sepulcro de Santiago en Compostela, ¿fue está principalmente tu fuente de inspiración para escribir ahora esta novela?
Sí, tuve la oportunidad de estar ‘a solas’ con Santiago en enero de 2009, antes de una entrevista con el arzobispo de Santiago. Una mañana lluviosa y de frío que me llevó a una catedral recién abierta y totalmente vacía. Ahí, ‘pregunté’ al Apóstol si realmente estaba ahí o era todo un mito; por qué había llegado hasta allí. Y, sobre todo, si estaba ahí, si había sido enterrado allí por sus discípulos, ¿por qué Compostela? ¿Qué pasos le llevaron hasta el fin del mundo? De esas preguntas sin respuesta surgió la posibilidad de escribir esta novela.
Jesús Bastante, ¿cuántas veces has recorrido los distintos caminos a Santiago? ¿qué supone para ti?
Pues la verdad es que he peregrinado en varias ocasiones a Santiago desde la primera (1993, con 17 años, el Camino del Norte), a la última (corriendo, pocos meses antes de que naciera mi hijo, por el Camino Portugués). El Camino, los caminos, son muy importantes en mi experiencia vital, y me atrevo a decir que en la de todos los habitantes de esta tierra. La vida es un camino, con las personas que te encuentras, a las que pierdes, las decisiones que tomas, los fracasos, las dudas, las ‘marchas atrás’…. Santiago es eso, su vida no es la de un santo perfecto, sino de un hombre de su tiempo, que fracasa y se arriesga, que camina siempre un paso más allá, pero que se equivoca, se enoja, ríe y llora como el que más. Santiago, y su camino, son un reflejo de nuestra propia vida, de nuestros propios caminos.
Nieves Concostrina, escribe en tu libro un desmentido histórico y dice: “El mejor Santiago es el Santiago inventado, por eso se agradece que Jesús Bastante nos regale esta entretenida novela y deje claro que el camino es producto de su imaginación y que los hechos no son hechos; son ficción”
El ‘Desmentido histórico’ de Nieves es una auténtica delicia, por cómo está escrito y por la libertad que ambos nos hemos dado en plantear distintas realidades en una novela. Concostrina es una magnífica divulgadora de la historia, y es cierto que las fuentes históricas son tan pocas que hay que dejar mucho margen a la imaginación. ‘Santiago en el fin del mundo’ no deja de ser una novela. Basada en la historia, con los usos y costumbres -y los caminos- de la Hispania del siglo I, pero es cierto que ‘relleno’ muchos huecos que deja desiertos la lectura oficial de los hechos.
A tu juicio, ¿cuál crees que es la razón por la que cada vez hay más peregrinos a Santiago?
Santiago es un lugar de destino, y también de partida, y para otros un lugar de paso. En este punto, hay que reconocer el magnífico trabajo de la Xunta de Galicia y los Xacobeos. Cada vez hay más caminos, y cada vez más peregrinos, que siguen unos pasos con distintas inspiraciones: religiosas, turísticas, gastronómicas, espirituales, cumpliendo promesas… Más allá del destino -la tumba del Apóstol-, el Camino se va llenando porque requiere un esfuerzo, yp porque cambia la vida de quien lo recorre.
¿Llegó a viajar Santiago a Hispania?
Me temo que nunca lo sabremos. Mis investigaciones me llevan a pensar de que pudo ser posible, y hemos intentado hacerlo factible. No encontrarás en la novela caminos imposibles, o grandes recorridos en poco espacio de tiempo. El ‘primer camino del apóstol’ bien pudo ser el que recorrió Santiago. Pero lo cierto es que apenas hay vestigios de su presencia, más allá de leyendas o de mitos como la aparición de la Virgen en Zaragoza. Sea como fuere, si Santiago no viajó a Hispania, pudo hacerlo.
¿Son los restos de Santiago los que se conservan en Compostela o acaso los de Prisciliano?
Es difícil de precisar, entre otras cuestiones porque la propia Iglesia se niega a datar, con Carbono 14 u otros análisis, la ‘edad’ de los restos que se guardan en la cripta. Lo cierto es que la Santa Sede afirmó, en 1884 que los restos corresponden al Apóstol, y que desde entonces sólo han salido dos veces en procesión: en 1886 y en agosto de 1936 (para, curiosamente, pedir la victoria de los ejércitos franquistas en la Guerra Civil). Pero hace siglos que nadie ha visto los restos. Y creo que sería bueno que la Iglesia hiciera ese análisis. Estoy convencido de que, fuera Santiago, fuera Prisciliano, o cualquier otro, los peregrinos seguirían caminando a Compostela. Porque el camino es mucho más allá que la tumba del apóstol.