La Ergástula acoge este jueves 15 de septiembre la presentación de dos libros del madrileño de raíces leonesas, Javier Huerta Calvo: ‘Razones Coloradas’ y ‘Manual de Literatura’. La cita tendrá lugar a las 20:00 horas con la participación del escritor Andrés Martínez Oria y el alcalde de Astorga, Arsenio García, en un formato abierto al público en el que se podrá participar después de las intervenciones.
Sobre Javier Huerta
Javier Huerta Calvo es catedrático de Literatura en la Universidad Complutense. Durante varios años lo fue también de la Universidad de Ámsterdam, y ha dado cursos y conferencias en numerosas universidades de todo el mundo. Entre el teatro y la poesía ha alternado su investigación con libros como Historia del teatro español, Historia del teatro breve en España, El teatro breve en la Edad de Oro, El nuevo mundo de la risa, De Poética y política, Gerardo Diego y la Escuela de Astorga, y diversas ediciones de Cervantes, Benavente, García Lorca, Gorostiza y Leopoldo Panero. Es fundador y director del Instituto del Teatro de Madrid. Dirige la revista Astorica y preside la Asociación de Amigos de la Casa de Panero. Es colaborador habitual de la revista Leer. Ha escrito y estrenado algunas obras teatrales, como Historia del loco Cardenio, Teresa y el arquitecto y Carta al padre. Es Premio de Periodismo Ciudad de Astorga.
Sobre Manual de literatura
Con Manual de literatura, su segundo libro de poemas, rinde homenaje a algunas de sus lecturas favoritas y, sobre todo, a maestros y compañeros muy queridos en la universidad, en el mundo del teatro y en la poesía. Se trata de un generoso y lírico ajuste de cuentas con la que ha sido su actividad de profesor y de crítico durante muchos años: la literatura contemplada no como un mero producto de cultura sino como un testimonio irrenunciable de vida.
Sobre Razones coloradas
En 2015 ha ganado el premio Joaquín Benito de Lucas, que concede el Ayuntamiento de Talavera de la Reina, por su primer poemario, Razones coloradas, título de abolengo medieval, inspirado en un fragmento de El conde Lucanor, de Juan Manuel. Dividido en tres secciones, el poemario combina colores temáticos diferentes. En la primera parte —“Elegía”— prima el color de la muerte, contemplada con la serenidad de quien ha cumplido ya la mayor parte del trayecto, y se para a meditar sobre el decaimiento físico, la ocultación de los seres queridos, y la decadencia de personas e instituciones. En la segunda parte —“Sátira”— brillan los colores de lo torpe y lo ridículo, a tono con la realidad menos amable que se describe, en la que a menudo asoma la jeta del mal, bien que contemplada siempre con una mueca burlesca. La tercera —“Cantada”— es la de colores más alegres, pues celebra la vida y sus múltiples regalos: la vocación, el trabajo, la familia, los amigos, el gozo, en fin, de ser en el mundo y de poder testimoniarlo sobre el papel. El autor se confiesa humilde seguidor de la secta estoica, tal vez la que más honda huella ha dejado en nuestro pensamiento y nuestra poesía. De ahí que, entre las diferentes razones que colorean este ramillete de poemas, no le importe reconocer —frente a otras modas hoy más aclamadas— que predominan las de carácter moral.