DIARIO DE ASTORGA El nuevo alcalde de San Justo de la Vega, Juan Carlos Rodríguez, del Partido Popular, y gracias al apoyo in extremis del PAL, ha “heredado” un Gobierno donde a pesar de que el “consenso asambleario” era un término constante en la boca de su ya ex alcalde, Avelino Vázquez, lo cierto es que éste mantuvo dos décadas el bastón de mando de forma un tanto peculiar, como su personalidad. Dos décadas en las que el balance, según las diversas fuentes consultadas, es más bien “gris, por no decir oscuro”. Todo empezó hace 20 años con ligeros escarceos con el leonesismo de la UPL, organización con mucho predicamento en el municipio y que, entre las pugnas constantes del PSOE y PP, en varias ocasiones ha tenido representantes locales.
Avelino Vázquez, conocido en Astorga por ser propietario autónomo de su propio taller de vehículos, supo acceder al Partido Popular en los momentos de mayor expansión política y económica. De hecho, su estilo peculiar de negociador le hizo abrirse pronto paso ante un PSOE en caída libre tanto en la Junta como en la Diputación, y en el propio municipio con la sola plaza fuerte de la pedanía de San Román de la Vega. San Justo, al lado de Astorga y con un pequeño núcleo industrial que los separa, se presentaba como la localidad gran beneficiada del desarrollo urbanístico gracias a la burbuja inmobiliaria con precios más asequibles que en la propia ciudad, pero estando prácticamente a un kilómetro de distancia. Algo muy parecido a lo sucedido con San Andrés del Rabanedo y León. Proyectos residenciales muertos o fracasados, como el de la urbanización de chalés de Celada de la Vega, otra pedanía del municipio, cobraron nuevo impulso para satisfacción de sus promotores.
Abel Aparicio, un vecino de San Román, narra en su blog personal que “en mayo del 2011 la Casa de Cultura tenía una asignación de 90.000 euros, cuando el proyecto ascendía a 600.000…Una decepción por entonces… seguí acumulando decepciones cuando supe que el Ayuntamiento ni siquiera disponía del material que le había solicitado, un equipo de sonido, unas sillas y un proyector de vídeo…Tampoco votar a favor de un registro de parejas de hecho, o el abono de 120 euros anuales para la piscina municipal cuando por la mitad de dinero cuesta el abono familiar en Astorga”.
CTR el gran negocio
Pero el gran salto a la política con mayúsculas de Avelino Vázquez llegó de la mano de la Diputación de León. El crónico problema de las basuras y residuos de la provincia al fin contó con un municipio, el de San Justo, que asumía albergar tal infraestructura a cambio, a priori, de pingües beneficios en la expropiación de terrenos, impuestos e incluso puestos de trabajo estables para sus vecinos. Políticamente, además, el alcalde fue entronizado como diputado provincial en una de las áreas donde económicamente más dinero e influencias públicas se maneja, Turismo. De todos es sabido que Avelino Vázquez entró en el círculo de confianza de la presidenta Isabel Carrasco. Desde su posición, pudo viajar por toda España, conocer todo tipo de empresas de turismo, de comunicación y ampliar su agenda de contactos políticos.
Pero en el pueblo, San Justo, reprochan que esa etapa no reportara algo para el municipio: “Fue incapaz de traer nada para aquí, tan solo trabajó para él y para las órdenes que le daban. Era uno de los que manejaban la famosa chequera”, afirman desde el PSOE local. “Al no conceder la licencia de obra del CTR se dejaron de ingresar más de 70 millones de pesetas anuales, más el 2 por ciento de tasas por la construcción de la planta de reciclaje, El 50 por ciento de los puestos de trabajo generados serían para los habitantes del municipio… más las costas judiciales de todo el proceso, unos 20 millones de pesetas”, explica Abel Aparicio. “Investigad y quedaréis asombrados de la de millones de euros que en Turismo manejó y los contratos de publicidad”, apostillan también desde el PSOE. Pero otras fuentes, las del propio PP de la zona, afirman que “Avelino cayó en desgracia con la presidenta porque no callaba y decía lo que pensaba. Por eso no siguió de diputado. Él era un mandado”.
Pasados los años, el CTR ha resultado ser un gran fiasco. Ni se autofinancia ni recicla como se anunció, y plantea un montón de crónicos problemas medioambientales y económicos. “Con el Campo de Tiro del Teleno y con el CTR creemos que esta comarca ya ha demostrado su solidaridad con el resto de la provincia”, afirman desde los colectivos ecologistas, “¿y a cambio qué han recibido nuestros pueblos?”
Agua va
Las críticas de lo acontecido se narran como la historia de 20 años de problemas y enfrentamientos. En 1997 “Avelino Vázquez no solicitó una subvención que el Gobierno otorgaba a las zonas afectadas por la fuerte sequía de aquel año. Dicha subvención ascendía a 30 millones de pesetas destinadas a seguros agrarios. En la siguiente legislatura, esta vez por la lluvia, se volvieron a perder cosechas y el alcade volvió a olvidarse de solicitar la ayuda”, narra Aparicio.
La aparición de arsénico en el agua de Nistal de la Vega fue toda una pesadilla años atrás para la Corporación y tuvo en jaque a toda una población donde el agua antes nunca había sido un problema. En Celada de la Vega se llegó a deber el dinero de fiestas de tres años y el polideportivo tuvo problemas de construcción antes de abrirlo; en varios caminos de San Román el alcantarillado se ubicó por encima del nivel del camino del Barrio de Arriba y las aceras hubo que construirlas a base de elevarlas para equilibrar los niveles, denuncia el vecindario, recordando obras con muy dudosa calidad y control por parte del alcalde.
El EDAR, la Estación Depuradora de Aguas Residuales, fue muy criticada en diciembre del 2013 por la Asociación de Usuarios de Servicios Públicos de Celada, quien publicó un documento donde se mostraba que Avelino Vázquez adjudicó a la oferta más cara, la de Socamex, con más de 41.000 euros, la construcción y posterior mantenimiento de la instalación, que presentó un proyecto de mejoras, también el más oneroso, con 12.963 euros, según publicó en su momento en su blog Miguel Ángel Domínguez, desde la vecina comarca de La Cepeda. En él se reproducen los escritos y cifras, así como las declaraciones de los vecinos de Celada que afirmaron que “no se nos tuvo en cuenta salvo de meros espectadores”.
Caída en desgracia
Avelino Vázquez ya gobernaba con mayoría absoluta. Su doble faceta política le permitió vender su taller de reparación de vehículos. Eran los tiempos más dorados de su etapa política y económica. Con la jubilación inminente, pensó en que repetiría en la que iba a ser última legislatura en Diputación con la presidenta provincial. Finalmente no obtuvo acta de diputado y ambos, alcalde y presidenta, se juraron odio mutuo desde entonces. El choque de caracteres se produjo. La cotización máxima en sus últimos años antes de la retirada se esfumó. El daño infingido era doble, por lo moral y lo económico.
Las obras y ayudas de instituciones superiores cayeron en picado en San Justo de la Vega. Los impuestos subieron porcentualmente. Uno de los momentos más duros fueron las múltiples alegaciones a las tasas de agua, alcantarillado y depuración. Pero la baja como diputado, con amplia cobertura en las hemerotecas de entonces, hablamos ahora del 2011, la compensó el regidor con una paga de 1.500 euros mensuales más otros ingresos indirectos a gastos de Alcaldía y Generales. Vázquez se defendía entonces explicando que “son solo 30.000 euros al año que compensan mi trabajo en el Ayuntamiento, dado que ahora no estoy ni en mi trabajo habitual ni en la Diputación”. El presupuesto por entonces del Consistorio de San Justo se elevaba a 850.000 euros.
Su particular lucha contra las asociaciones vecinales, especialmente de San Román y de Celada -su núcleo duro estuvo siempre en San Justo-, explica que se “aprobaran multas por múltiples conceptos. El afán recaudador se disparó y el Código Penal siempre se sacaba a relucir si los vecinos nos oponíamos”, explican desde Celada.
Apuesta al fin por el CTR
Finalmente Avelino Vázquez, que había estado en contra del CTR, luego silenció sus protestas y perdió sus litigios, pasó a ser diputado provincial y terminó acogiendo la ampliación, por 77.500 euros al año, del Centro de Tratamiento de Residuos de toda la provincia. A principios de este año 2015, en una de sus últimas polémicas decisiones, participó en la Asamblea del Consorcio de Gersul para aprobar el convenio con San Justo para albergar toda la basura leonesa hasta el año 2024. Nada menos que 30 veces menos dinero de lo que cobraba Santa María del Páramo por las balas de basura, además de renunciar a cobrar la licencia de obra del nuevo paso de vertido. Recordemos, Santa María del Páramo cobraba 2,4 millones de euros al año por las balas de basura. “Esta vez algo hemos sacado, no como cuando el CTR hace años”, explicaba a la prensa leonesa Avelino Vázquez que se quejaba de que varios de sus compañeros de partido y concejales estaban negociando “a mis espaldas” un acuerdo para cuando él se retirara.
Genio y figura. San Justo de la Vega hoy cuenta al fin con otro regidor en el que el Partido Popular que está viviendo un proceso de renovación desde la desaparición de la presidenta provincial, Isabel Carrasco. Desde León, fuentes del propio PP afirman que “Avelino se fue cinco minutos antes de que el partido le pidiera renovación, pudiéramos decir”.
Amante de los coches clásicos, amigo durante estos años de constructores y eclesiásticos que fijaron su residencia de descanso allí, elevado a cargos de alta gestión política y económica en Diputación; el ya ex alcalde se retiró contestado por su propio partido, los vecinos de todas las pedanías, con un grupo de concejales desunido y a un PP local que tiene como meta su reconstrucción interna a la par que consolidarse en un gobierno municipal en minoría.
Menudo sinvergüenza y caradura le deseo toda la mierda para el.-
No todo lo que han escrito es cierto, contrasten bien la informacion por favor!