María Dolores desde niña escuchó contar a su madre que en Cuevas los vecinos se protegían de las tormentas colocando la campana de la iglesia con el badajo hacia arriba, y ya podía venir la truena del Teleno con la furia que le diera la gana porque el pueblo siempre salvaba del pedrisco las cosechas de las huertas.
Esta historia hoy arrinconada en la memoria colectiva de Cuevas, pedanía del Ayuntamiento deValderrey, está historiada al detalle en una teja: la que decora con mimo María Doloresen el taller de manualidades que el Consistorio organiza no solo para Cuevas, sino para cada uno de los nueve pueblos del municipio. De esta forma, la teja árabe que protege del agua y del frío la intimidad de cada hogar, se ha convertido en las manos de María Dolores y de las mujeres de cada pedanía en una transmisora de cultura y costumbres. En unas tejas se cuenta para qué servían las cocinas viejas y en otras se narra la relación de confianza entre vecinos y panaderos con el detalle de la bolsa con las barras de pan colgando de la aldaba del portón.
Las participantes están aprendiendo los secretos de este tipo de decoración con Visi, Visitación López Chana, la monitora contratada por el Ayuntamiento durante tres meses gracias a los 8.300 euros provenientes del Fondo Social Europeo, que sirven también para poder disponer de un bibliotecario, Adolfo Fuertes García, que cataloga los fondos y atiende las peticiones de los usuarios de la biblioteca municipal situada en el edificio de la Casa Consistorial de Valderrey.
Los talleres forman parte del programa de actividades de envejecimiento activo que desde hace cinco años programa el Ayuntamiento. Además de las manualidades, los vecinos practican gimnasia y aprenden a cocinar recetas saludables y equilibradas desde el punto de vista nutritivo,con las que ayudar a mejorar la calidad de las comidas que cada día ingiere la población de mayor edad del municipio. La programación se complementa con excursiones como la próxima que tendrá como destino el Museo del Barro de Jiménez de Jamuz.
“El objetivo de los talleres es que la gente se relacione y que los pueblos, después de la marabunta del verano, sigan vivos”, explica el alcalde Gaspar Cuervo. Con la excusa de salir a hacer manualidades, las participantes conviven, “no importa que un día no hagan nada y se junten para charlar y echar unas risas”, asegura el regidor convencido que de esta manera se comunica la gente de los distintos pueblos, porque los talleres están abiertos a los vecinos de localidades aunque no sean del municipio, como ocurre con la Escuela de Adultos que se concentra en Barrientos, a donde acuden también alumnos de Carral, y en Castrillo de las Piedras con participantes de La Sequeda que se desplazan en el minibús costeado por el Ayuntamiento.
Todas las actividades municipales de carácter social tienen como fin la apuesta “por el capital humano, es lo que nos queda en los pueblos, y hay que cuidarlo al máximo”, concluye Gaspar Cuervo.