El Museo Romano acogió este martes la exposición ‘Ingeniería y agrimensura romana’, a cargo de Ars Ingenivs. A través de diferentes aparatos de medición hemos visto cómo se las ingeniaban los romanos para realizar las monumentales construcciones, muchas de ellas aún siguen en pie a día de hoy.
Carlos Fernández Antón, ingeniero en Topografía “y desde hace muchos años apasionado de la ingeniería y la ciencia antigua” explicó a los visitantes los diferentes aparatos de los que consta la exposición. “Si la pieza existe se reproduce tal y como está en el museo que la guarda. Si no existe la pieza, pero sí existen textos se investiga para construir la pieza. También hay una parte experimental, ya que hay piezas que se supone que deben ser así y entra mi experiencia como topógrafo”.
Hace ocho años fundó Ars Ingenivs con la base de la astronomía, ciencia e ingeniería antiguas. Hoy en Astorga hubo una muestra sobre agrimensura y topografía antigua romana, con motivo de las fiestas de Astures y Romanos. Carlos Fernández y su joven ayudante César muestran los antecedentes de la ciencia y técnica romanas, elementos de Mesopotamia, Egipto o de Grecia, “la ciencia es griega, la práctica es romana, pero la ciencia es griega”.
Los visitantes pudieron experimentar con elementos simples como cuerdas, los circinus (los compases), las reglas que se han ido encontrando a los largo del Imperio. También hay instrumentos de nivelación para la construcción de los acueductos o instrumentos con diversas modificaciones. “En algunas de estas piezas lo único que hemos añadido en el siglo XX es la óptica y el ordenador, porque los útiles romanos tienen precisiones muy ajustadas”, explicó Fernández.
“No existía la palabra ingeniero durante el Imperio Romano, se llamaban agrimensores y dependiendo del instrumento que utilizasen se especializaban y tenían su propio nombre”, señaló el experto. “Decía Vitrubio que una buena obra cívica tenía que ser ‘firmitas’, ‘utilitas’ y ‘venustas’: firme, útil y bella”, finalizó Fernández.