La Fundación de la Ciudad de la Energía es uno de esos proyectos cargado de muchas dosis de ilusión, esperanza y, sobre todo, autoestima para una ciudadanía muy castigada por la crisis. Nació en 2006, en un momento crucial para todo El Bierzo. Se trataba de sentar las bases con un proyecto novedoso de la nueva economía comarca, basada en la investigación, la ciencia, el respeto al medio ambiente y la tecnología y todo ello envuelto en el respeto al pasado y, sobre todo, al factor que sustentó el desarrollo del Bierzo durante décadas: el carbón.
El objetivo era doble. Por un doble desarrollar alta tecnología para descontaminar las centrales térmicas y con ello eliminar todos los demonios medioambientales que rodean al carbón, mediante la captura y almacenamiento del dióxido de carbono C02. Un reto que requiere una muy alta tecnología y un nivel de investigación de primer orden, por lo que Ponferrada y El Bierzo se convertirían en un foco tecnológico de primer orden y a la vanguardia en la lucha contra la destrucción de la capa de ozono.
El segundo objetivo era poner en valor y musealizar las primeras centrales térmicas de Ponferrada para divulgar y fomentar el conocimiento del uso del carbón como materia prima productora de electricidad y todo lo que ese proceso ha proporcionado a la comarca berciana en los últimos cien años. Un museo interactivo de primera calidad, didáctico y científico.
Han pasado ya varios años desde el inicio de estos proyectos y los trabajadores denuncian ahora la precariedad y los retrasos de estas iniciativas que tantas expectativas habían levantado en El Bierzo y en toda la provincia. Después de una multimillonaria inversión, parece ser que no hay suficientes proyectos en marcha que garanticen la supervivencia del proyecto Ciuden, el gran faro del futuro berciano. Se pronostica una muerte lente por inanición, a pesar de que el museo pude abrir sus puertas en las próximas semanas, aunque con unos niveles de autoexigencia mucho más bajos de los previstos. Por de pronto, entre EREs y bajas voluntarias, este proyecto ha perdido a la mitad de su plantilla y se han cancelado proyectos de alto interés científico.
Solamente el hecho de cuestionar el futuro de la Ciuden ya es un fracaso para El Bierzo, puesto que había nacido con el objetivo de aglutinar e impulsar las expectativas por el futuro de toda una comarca. Y no hay nada peor que defraudar las expectativas de los ciudadanos. Y ya son muchas las expectativas defraudadas en una comarca que en los últimos años ha visto dispararse el paro, agonizar la minería del carbón y el cierre de empresas en polígonos industriales medio vacíos. Los proyectos alternativos a la minería del carbón no acaban de cuajar y, al final, la mayoría se convierten en humo tremendamente contaminante.
Estamos en precampaña electoral ante unas elecciones que ya se pueden calificar como la madre de todas las elecciones generales celebradas en España dese la Transición. ¿Qué van a proponer los distintos partidos políticos sobre la Ciuden? ¿Van a proponer medias para garantizar su futuro y rentabilidad la enorme inversión realizada hasta ahora? A estas alturas del debate, los políticos tendrán que hacer algo más que promesas porque el ciudadano está harto de tanto incumplimiento sistemático.