Iesus Hiersolymis (Jesús en Jerusalén) de Juan Linares Quevedo, una marcha inspirada en la procesión del Domingo de Ramos y la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén se alzó este sábado con el título de ganadora del I Concurso de Composición de Marchas de Semana Santa ‘Ciudad de Astorga’. Una iniciativa de la Banda Municipal de Música de Astorga que cuenta con la colaboración del ayuntamiento y la Junta Profomento para “divulgar y promocionar” la Semana Santa de Interés Turístico Nacional.
Con el Teatro casi hasta la bandera, decenas de personas acompañaron esta tarde a la agrupación y los compositores en el Teatro Gullón de la ciudad. La gala comenzó con un minuto de silencio en memoria de Josines, muy vinculado a la Semana Santa astorgana y a la ciudad fallecido este sábado por la mañana en Astorga. De las 28 marchas que se presentaron al concurso de composición, un jurado especializado eligió las cinco finalistas. Pero no ha sido hasta esta tarde, hasta el tradicional concierto de Semana Santa de la Banda Municipal, cuando se han escuchado por primera vez las notas.
El jurado estuvo formado por el músico y director de la Unidad de Música de la Academia Básica de Suboficiales del Ejército del Aire en León y profesor de Análisis Musical, Historia de la Música Militar y Conjunto Instrumental en este centro docente militar, Julio César Ruiz Salamanca; el músico astorgano, profesor y actual director de la Banda Municipal del ayuntamiento de Villarejo de Órbigo ‘Sones del Órbigo’, Luis Martínez García de Longoria; el director y violoncellista Pedro Hernández y el compositor y actual director de la Escuela Municipal de Música de Valencia de Don Jua.
Un sorteo realizado por la tarde con la presencia de los compositores y los músicos de la Banda, determinó el orden del concierto. En primer lugar, la agrupación de músicos interpretó En el Encuentro de Astorga, de Azael Torno Muñoz, dedicada a las procesiones de Viernes Santo que organiza la Real Cofradía de Nuestro Padres Jesús Nazareno y María Santísima de la Soledad y el encuentro que se produce entre Jesús Resucitado y la Virgen del Amor Hermoso el Domingo de Pascua. A continuación Cristo yacente, de Álvaro Cámara López, dedicada al paso que procesiona la Cofradía de la Vera Cruz y Confalón el Viernes Santo en el Entierro. En tercer lugar, la ganadora Iesus Hierosolymis (Jesús en Jerusalén), de Juan Linares Quevedo. En cuarto lugar Virgen de la Piedad, de Manuel Alejandro López Pérez, dedicada al paso del mismo nombre y a la Cofradía de mujeres benjamina de la Semana Santa astorgana. Finalmente, la Banda interpretó Bendito Cristo de los Afligidos, de Sergio Infante Pérez, dedicada al Cristo de San Andrés y la procesión del Viernes Santo.
A continuación, mientras el jurado deliberaba, la Banda Municipal interpretó Camino del Sepulcro, de David Rivas Domínguez, Nuestro padre Jesús, de Emilio Cebrián, Virgen del Valle, de Vicente Gómez Zarzuela y Crucifixión, de Jaime Gutiérrez Domínguez. Para finalizar, el jurado entregó el acta del fallo del I Concurso de Composición de Marchas de Semana Santa ‘Ciudad de Astorga’. El alcalde de Astorga, que entregó el primer premio, recordó que la música de Semana Santa tiene que ser “tocada con sentimiento” y felicitó el trabajo de los músicos de la Banda Municipal. El ganador del concurso, el compositor granadino Juan Linares, estaba nervioso al subir al escenario y agradeció el premio. No es la primera vez que presenta trabajos a este tipo de concursos y se confesó “encantado” con la ciudad de Astorga y la acogida.
En segundo lugar, el jurado eligió En el Encuentro de Astorga, de Azael Torno Muñoz; Bendito Cristo de los Afligidos, de Sergio Infante Pérez quedó en tercer lugar; Virgen de la Piedad, de Manuel Alejandro López Pérez fue elegida cuarta y el quinto puesto fue para Cristo Yacente, de Álvaro Cámara López.
Sobre la marcha ganadora
Iesus Hierosolymis es una obra que se sitúa en el marco de la Entrada de Jesús en Jerusalén. Esta escena tiene un contexto muy particular, por un lado, como relatan los evangelios, Jesús de Nazaret entró triunfalmente en Jerusalén en medio de una multitud que lo aclamaba.
Por otro lado, Jesús sabe que ha llegado su hora y acepta su final. Es por eso que la música vira entre lo triunfal y lo misterioso, entre lo grandioso y lo tenebroso. Estas emociones se entremezclan durante toda la obra. Los hacen conjuntamente con el sonido de tambores que se escuchan por cualquier parte de la ciudad ante la llegada del Mesías.
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