Oficialmente se llama el CAULE, Complejo Asistencial Universitario de León, pero la realidad es que todos lo denominamos coloquialmente el Hospital de León. Lo cierto es que el monstruo nació de la unión de tres centros hospitalarios en el mismo entorno y se le añadió el calificativo de universitario por aquello de los convenios con las facultades de Medicina para prácticas, investigación y demás. La institución saliente, la más importante de la provincia de León, acoge en su seno una plantilla que casi llega a las 5.000 nóminas, y atiende nada menos que a más de 300.000 pacientes al año. Es, sin duda alguna, una ciudad sanitaria que como una inmensa burbuja urbanística y social ha tomado una importancia política de primer orden.
Así las cosas, no es de extrañar que el puesto de gerente, de responsable máximo, sea un trabajo de los que se ven sometidos a la presión interna y a la lupa de la opinión pública constante. Ya van tres gerentes en esta última temporada. Por algo será.
Desde la Consejería de Sanidad de Castilla y León se ha nombrado esta semana a Alfonso Rodríguez-Hevia como nuevo gerente del CAULE, cesando en su cargo a José Pedro Fernández-Vázquez, que a penas duró unos meses en el puesto. El directivo saliente goza de buena prensa, un perfil bastante personalista, rebosante de energía y discurso que envuelve a todo el que tiene a su alrededor. No le ha gustado nada tenerse que ir, después de su éxito con el dispositivo de vacunas y prevención del covid en prácticamente toda la provincia. Rodríguez-Hevia, por su parte, tiene un mayor currículum personal y laboral, además de la experiencia en el mundo político. Algo que le hace merecedor del cargo ya sólo por meritoriaje. En el Bierzo fue el mejor gerente que pasó por ese hospital en décadas y así le recuerda la mayoría de la sociedad ponferradina.
Tres son los grandes retos en los que se resumen la nueva etapa que se abre en la Gerencia del CAULE, a saber, la agilización en unas listas de espera insoportables social y políticamente, la digitalización en toda la administración y acciones sanitarias y por último, la captación de médicos especialistas. Otra cosa es el Hospital del Bierzo, abandonado a su suerte al parecer.
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