Unas quince personas de la asociación Promonumenta y y otras ocho de la asociación local Trimuella y vecinos de otras localidades se pusieron manos a la obra este fin de semana para llevar a cabo una facendeira de limpieza y desbroce del interior de la ermita de San Antonio de la localidad de La Cuesta, con objeto de facilitar el inicio del proyecto de consolidación del edificio.
La ermita, que se halla a escasos 30 metros del templo actual dedicado a Nuestra Señora de la Asunción, es de fábrica sencilla de planta rectangular con su elemento más notable es un estrecho ventanal de piedra labrada. La limpieza de la vegetación que había en su interior, hizo asomar dos vigas ajedrezadas. De igual forma, aparece un grabado en la ventana que merecerá un estudio para saber su origen. En la pared posterior, aparecen los restos de un arco tapiado, posiblemente de la anterior ermita que se construyó en el mismo lugar.
El suelo original que no llegó a buscarse por lo complicado de los trabajos, “puede que estea a un metro de hondo del suelo actual” confirmaba uno de los vecinos miembros de la asociación Trimuella, “Me recuerdo que antias había un peldaño ou dous pa baxar a dientro” confirmaba otra de las vecinas de la localidad. Estos trabajos quedarán para una segunda fase y si consiguen un arqueólogo que los dirija. “En todo caso, pondremos una malla o un geotextil para salvar los restos que haya en el terreno y haremos un nuevo suelo, si al final el obispado cede el edificio”, confirmaba uno de los miembros de la asociación.
Punto de partida para consolidar el edificio
La junta vecinal de La Cuesta a través del párroco local, ha solicitado al obispado la cesión del templo con el fin de poder pedir subvenciones y restaurarlo, para que los fieles tengan un lugar más acogedor para poder oficiar la misa en invierno, cuando hay pocos vecinos. De momento el obispado no se ha pronunciado al respecto. La intención es dotar al edificio de una cubierta de pizarra, de un suelo de baldosas del mismo material, y tratar de colocar una pequeña estufa, bancos y una mesa para oficiar la misa. Pero también, el pueblo valora su patrimonio, por ello quiere ser fiel a la arquitectura original del edificio, tratando de restaurarlo, de acuerdo a las paredes existentes.
En futuras facendeiras, la asociación tratará de rejuntar la piedra existente para evitar que se produzcan más derrumbes a la espera de la decisión del obispado.
Galería de imágenes