Gibraltar, paradigma del diálogo inútil

Olvidándonos para empezar de la empanada filosófica del señor Kuhn, que eleva el concepto de “paradigma” a soluciones universales compartidas, eso sí, por la comunidad científica y no otra, y que van cambiando en el transcurso del tiempo –como la vida misma–, propongo bajar de ese cielo intelectual y, pisando esta tierra que nos alberga, olvidando también cuestiones semánticas y gramaticales, recurrir al paradigma de andar por casa: ese concepto, hecho o cosa que, al asociarlo a una categoría predefinida, los convierte en modelo incuestionable de la misma.

Esto viene a cuento por el famoso diálogo entre el Gobierno de España y los independentistas catalanes que, en mi modesta –o no tan modesta– opinión, entra dentro de esa categoría de “diálogos inútiles” cuyo paradigma –que yo propongo– es precisamente Gibraltar, dados los múltiples diálogos habidos entre España y el Reino Unido acerca de su soberanía tras el fiasco del Tratado de Utrech, con final feliz para los británicos pero inútiles siempre para España.

(Véase que este paradigma es cierto en un solo sentido: desde el Reino Unido, Gibraltar, y visto lo visto, en todo caso sería paradigma de los diálogos útiles, lo que nos obliga a dotarlo de una flecha que indique expresamente su sentido).

Y es que, cuando una de las partes que intervienen en el diálogo tiene a la otra sometida, bien por la fuerza de las armas (Reino Unido) o por la gobernabilidad (los independentistas) no hay más solución que plegarse a sus posiciones o, lo más digno, abandonar la mesa y hasta la próxima.

Un breve resumen:

Saltándonos los catorce Sitios[1] a los que fue sometido Gibraltar, desde 1308 el primero hasta 1779-1783 el decimocuarto, y descontando también el siglo XIX por inútil en relación con Gibraltar, al estar España sometida a su propio destino de guerras civiles sin cuento y a otros tantos yugos y desastres de y por ahí fuera, llegamos a 1909, en que los británicos levantan una verja en terreno español, quedándose con el suelo verja adentro, y dejando esta como frontera definitiva entre Gibraltar y España.

Dejando también el paréntesis de la 2ª y Monstruosa Guerra Mundial, que también tuvo lo suyo por el interés de Alemania en el Peñón, materializado en la “Operación Félix”, a la que Franco nunca dio el visto bueno y por lo tanto no se llevó a cabo, nos plantamos en los años sesenta del pasado siglo, no sin antes los británicos haber construido e inaugurado (1949) un aeropuerto situado, para variar, en suelo y aguas españolas: nuevo vergonzoso pirateo.

Este periodo, que podíamos denominar “Diálogo inútil. Primera parte” abarca de 1960 a 1969 y se caracteriza por las Resoluciones de la ONU a favor de España y la descolonización de Gibraltar [Nºs 1514 (1960), 2070 (1965), 2231 (1966), 2353 (1967), y 2429 (1968)][2], y los intentos de diálogo entre España y el Reino Unido, que se saldan con el cachondeíto de los británicos y el cabreo español con el consiguiente cierre de la verja y los demás elementos de comunicación entre España y el Peñón (1969). Por parte de España, claro, que, al menos, reacciona de alguna manera desde 1909.

La cuestión no cambia sustancialmene [salvo las Resoluciones de la ONU, también favorables Nºs 3163 (1973) y 3286 (1974)][3] hasta el advenimiento, ya en democracia, de los socialistas por obra y gracia de una mayoría de españoles en octubre de 1982. E inmediatamente comienza el “Diálogo inútil. Segunda parte” que dura hasta nuestros días.

Lo primero que hace Don Felipe (González) en el mismo año 1982 es reabrir la verja a los peatones, suponemos que para abrir también boca al diálogo definitivo que resolvería el problema de Gibraltar, devolviendo la soberanía del Peñón a España.[4]

A partir de aquí les voy a ahorrar las vicisitudes del “diálogo” que se inicia entonces y a lo largo de todos estos años, que fueron docenas de reuniones en Foros y Acuerdos diversos (los periodos de gobierno de la “derecha” tampoco aportaron nada), y los resultados del mismo, que nos vuelven al principio de este artículo y a su encabezamiento: Gibraltar y sus ciudadanos gozan hoy de la mayor consolidación como tales (Constituciones incluidas, entradas en vigor los años 1969 y 2006); la consolidación de su rechazo a España por abrumadora mayoría, y el reconocimiento por España de la personalidad política de Gibraltar, a su nivel, para sentarse a negociar con ella, ¡cosa insólita!

En fin, sirvan de cierre las palabras de William C. Atkinson[5], en Febrero de 1951, que indicaba “cómo Inglaterra se había comportado en el tema de Gibraltar añadiendo ‘el insulto a la herida’”.

 

Juan M. Martínez Valdueza

21 de febrero de 2020

 

 

 

[1] ALCÁZAR SEGURA, Agustín, Historia Militar de Gibraltar, CSED, 2013.
[2] Ibidem.
[3] Ibidem.
[4] Los socialistas españoles son dados, y están convencidos de ello, a resolver los problemas del mundo enquistados a través de las décadas e incluso de los siglos. Es de admirar la promesa del en su día presidente del Gobierno español, señor Rodríguez Zapatero, anunciando que resolvería en seis meses el problema de Oriente Medio.
[5] ALCÁZAR SEGURA, Agustín, Historia Militar de Gibraltar, CSED, 2013: “Christopher William Atkinson, hispanista, nacido en Belfast, el 9 de Agosto 1902.  Profesor de español en la Armstrong Universidad de Newcastle upon Tyne 1926-32, Stevenson, profesor de Estudios Hispánicos de la Universidad de Glasgow 1932-72, Jefe de las secciones española y portuguesa de Relaciones Exteriores de Investigación y Servicio de Prensa del Real Instituto de Asuntos Internacionales de 1939-43, Director del Instituto de Estudios Latinoamericanos de Glasgow 1966-72.”

Print Friendly, PDF & Email

Un comentario en “Gibraltar, paradigma del diálogo inútil

  1. no está mal el paralelismo gibraltar-independentistas. En ambos, españa ha hecho el ridiculo. Sin embargo reino unido aplica magistralmente lo que españa adolece: Firmeza, determinación, defensa de la nación. Si hubiesemos aplicado hasta las últimas consecuencias el tratado de utrecht, probablemente el peñón ahora seria nuestro. Si no nos hubiésemos plegado a los chantajes nacionalistas de los ultimos 30 años que no han servido para nada mas que para poner al estado al borde del abismo, otro gallo cantaría.

Los comentarios están cerrados.