García Viejo recibirá un nuevo tratamiento contra el ébola al estar agotadas las reservas del suero ZMapp

Manuel García Viejo se encuentra "en estado grave", sufre además deshidratación y "afectación" hepática y renal, y está hospitalizado en el Carlos III de Madrid
Momento del traslado del religioso a la ambulancia que le llevó a Carlos III

 

ICAL El misionero español infectado por Ébola, Manuel García Viejo, no podrá ser tratado con el fármaco experimental ZMapp ya que las “existencias están agotadas en todo el mundo”, según explico hoy el jefe de la Sección de Enfermedades Infecciosas del Hospital Carlos III, José Ramón Arribas.  Este especialista indicó, en una rueda de prensa en la sede de la Consejería de Sanidad en la que compareció junto a otros médicos y responsables políticos, que se están valorando otros tratamientos experimentales, de “eficacia no probada”, como el “suero hiperinmune”, suero extraído a un “convaleciente” que haya superado la enfermedad y que sea compatible con el misionero español. “Se está buscando”, confirmó Arribas.

Arribas precisó, no obstante, que se están barajando otros tratamientos alternativos que detalló, todos ellos en fase de experimentación pero que cuentan con el visto bueno de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Control Desase Center (CDC) estadounidense, que consideran que es “ético intentar utilizarlos” previo consentimiento informado del paciente.

En cuanto al estado de salud de García Viejo, los médicos se han limitado a decir que se encuentra en “estado grave” y que a la infección por Ébola hay que sumar un cuadro de deshidratación con “afectación” hepática y renal. Según dijo, no pueden dar más detalles sobre su estado por expreso deseo del paciente. Eso sí, el especialista en Medicina Tropical Germán Ramírez mantuvo que su caso no es comparable al del misionero fallecido este pasado verano, el padre Pajares, ya que además de la edad -García Viejo tiene 69 años-, “cada uno reúne diferentes condiciones”.

Ingreso

El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, relató que el vuelo procedente de Sierra Leona en el que fue evacuado el paciente aterrizó en la base aérea de Torrejón (Madrid) a las 3.15 de la madrugada y a las 3.46 ya estaba ingresado en el Hospital Carlos III de la capital, el mismo que acogió a Pajares este verano.

Sin embargo el protocolo que se ha seguido en ambos casos difiere en un aspecto; los pacientes que se encontraban ingresados en el Carlos III no han sido evacuados a otros hospitales ya que, según ha dicho el Jefe de Medicina Interna del Hospital de La Paz (del que depende el Carlos III), Francisco Arnalich, ni la OMS ni la CDC aconsejan esas medidas “tan extremas”. Así, el misionero se encuentra aislado en la planta sexta del hospital -que ha sido cerrada al público- y está en una habitación “sellada” y con “presión inversa”.

En cuanto al equipo sanitario que atiende a García Viejo, el consejero de Sanidad añadió que es similar al que trató a Pajares y que está compuesto por “4 o 5 médicos” y un equipo de enfermería de ocho personas entre supervisores, enfermeros, auxiliares y celadores.
Preguntado por los motivos por los que en el caso de Pajares sí se evacuó todo el hospital, Arnalich aseguró que entonces se tomaron “medidas extremas” porque era la “primera vez” que llegaba a Europa un paciente infectado con Ébola. Además, según este especialista, los demás países europeos que han ido recibiendo pacientes infectados los han mantenido aislados pero en hospitales donde había otros pacientes ingresados.

Rodríguez desveló, además, que el plan original era llevar al misionero al hospital militar Gómez Ulla de Madrid, con el que la Comunidad tiene firmado un convenio para disponer de doce camas para pacientes de este tipo. Sin embargo no ha sido posible por “problemas técnicos”, en concreto, debido a que los motores de las bombas que vacían el aire de las habitaciones de aislamiento están estropeados. Sin embargo, el destino futuro de nuevos pacientes con Ébola será ese hospital.

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