Aunque lo que mas me gusta es la Ciencia, para variar un poco no está mal hacer una incursión aunque sea muy puntual en otros espacios. Al cabo y al fin el análisis racional del mundo que nos rodea (La Ciencia);puede y debe aplicarse a todos los ámbitos. Por otra parte estoy seguro de que una gran parte de la sociedad prefiere con mucha diferencia el fútbol a la ciencia.
Lo ocurrido hace escaso días en Madrid y Lisboa despertó tal interés que para muchos eclipsó la importancia de las elecciones del 25 de mayo y dio pie a las habituales escenas de los seguidores de los equipos contendientes, a las interminables discusiones,las celebraciones,las apuestas,los abundantes espacios informativos,los disgustos,……….
Las circunstancias de la vida me permitieron ver el ambiente que se “cocía”,antes del partido en el Bernabeu y en el Calderón. Multitud de personas con sus banderas,camisetas y demás distintivos,gritando,botando,cantando,bebiendo y esperando con ansiedad el comienzo del espectáculo. Para mi la contemplación de todos esos prolegómenos ya constituye un espectáculo de por si. Por otra parte y como no puede ser de otro modo he de manifestar mi mas profundo respeto por todas aquellas personas, que sufren o se alegran extraordinariamente con la victoria/derrota de un equipo de fútbol. Yo hace ya muchos años (allá por los 60 del pasado siglo);también tenía lo que se dice “pasión” por un equipo de fútbol (aún recuerdo sus jugadores,sus derrotas y sus triunfos),……hasta que con el paso de los años empecé a reflexionar y ahora aquella pasión, (aunque no totalmente extinguida) sólo es la sombra de lo que fue. Creo que no merece la pena arriesgarse a pasar un mal rato por un equipo, que en muchos casos desde cierto punto de vista no es mas que una empresa mas,(privada no lo olvidemos),con sus directivos y sus trabajadores. Otra cuestión es cuando ese equipo representa a un país o a entidades similares.
Hace ya años que vengo observando en esos seguidores apasionados de algunos equipos de fútbol, un comportamiento que me recuerda mucho a la actitud que se tenía hace siglos ante la religión. El estadio de fútbol sustituye a la iglesia, los futbolistas a los santos, los gritos y cánticos a los rezos y cánticos religiosos. Las modernas peñas de los equipos,son una imitación de las antiguas cofradías religiosas. Sólo falta buscar un dios que como suele ser intangible no debe ser muy difícil de hallar. Los “milagros” los hay a patadas. Sólo hay que esperar a que se produzca,un resultado inesperado. En definitiva que el fútbol de alta competición es mucho mas que un deporte, de hecho es público y notorio,por ejemplo, que el Barcelona ( El Barça) dice abiertamente que es más que un club y son bien conocidas las razones por las que así es.
Aquí se está produciendo un curioso fenómeno. Resulta que los más firmes defensores de la independencia de Cataluña, deben a la vez ser acérrimos hinchas de este equipo (lógico); pero no he oído decir ni a uno sólo de estos que si se logra la ansiada independencia de Cataluña,el Barça deba limitarse a jugar con los equipos de lo ellos consideran España,sólo en competiciones internacionales como sería lo coherente con su ideología. Se hallan ante una situación paradójica como es evidente porque limitar las competiciones deportivas al ámbito de la “Nación Catalana”,supondría ,económicamente no lo olvidemos, una ruina. Las “pelas”,pesan demasiado.
Hay mas casos similares en los que fútbol, (de alta competición eso si) y política forman para bien o para mal, una curiosa mezcla. Se decía que en tiempos de Franco los gobiernos de turno utilizaban el fútbol como una especie de opio del pueblo. Es posible que haya algo de cierto en esa idea y en todo caso lo que si está claro es que la revolución tecnológica que permite llevar imágenes y sonidos a todas partes,no ha servido para mermar la asistencia a los estadios de fútbol de los equipos grandes. A los mas modestos si parece haberles afectado mucho mas.
En una palabra y retomando la idea del principio,pienso que el fútbol bien podría ser considerado una moderna religión. Dicho esto insisto en mi mas profundo respeto por los hinchas pero yo prefiero atemperar esos ímpetus. Es sencillo basta dividir la “pasta” que gana al año un futbolista de élite ,entre los partidos que juega o entre las patadas que da al balón y veremos los precios. Yo prefiero emplear mi tiempo de ocio en otras actividades (aunque también sigo el fútbol). Aquí en Madrid hay excelentes archivos y bibliotecas (también en otras partes); como la Biblioteca Nacional,el Instituto Geológico y Minero o el Archivo Histórico Nacional . Allí puedo pasar horas y horas disfrutando de la documentación existente y ¡¡¡sin pagar un céntimo¡¡¡.
Sin embargo me consta que esas concentraciones para ver el fútbol son propicias para discutir y “soplar alcohol” con abundancia,con lo cual es frecuente terminar con la cabeza un tanto descompuesta,con el bolsillo mermado y de postre si las cosas van mal con la derrota del equipo amado.
———————
Madrid 31 de mayo de 2014
Rogelio Meléndez Tercero