Frenazos bíblicos de nuestro planeta

Ciertas creencias mantenidas durante siglos, parecen desmoronarse a la luz de la Ciencia.

 

Todos tenemos cierta experiencia acerca de lo que ocurre cuando un automóvil frena bruscamente, no se precisa explicación alguna. No obstante voy a referirme a otro tipo de frenazos deducibles de algunos pasajes bíblicos. Se trata en concreto de los aludidos en Josué 10,12-15, en el Libro de los Reyes, 20,8 y algún otro pasaje mas. Se habla de que el Sol se detuvo en un caso y en otro de que no solo esto, si no que retrocedió 10º, para después lógicamente volver a su curso normal.

Vamos que todo esto me recuerda a lo que sucedía a veces en la mina con los trenes de carbón. Si la máquina no frenaba bien se metía la “contramarcha” para disminuir la velocidad en zonas de fuerte pendiente (“correnderas”), provocando situaciones un tanto peligrosas y a veces difíciles de controlar. Yo mucho no anduve en estos menesteres; pero algo me tocó  (hasta los técnicos teníamos que arrimar el hombro a veces) y en una ocasión al ver que el tren no paraba ni con contramarcha (debido a la inercia) tuve que abandonarlo a su suerte y creo que descarriló, pero esos sucesos eran bastante normales en la mina. De no haber obrado así quizá me hubiese costado la vida y no podría contar esto.

Pero ahora hablaré de los frenazos y de la marcha y contramarcha en el giro de La Tierra. En asuntos de religión siempre queda la explicación (irrefutable);de que nuestra corta sabiduría no lo sabe todo y que quizá Dios con su inmenso poder puede hacer lo que le plazca y los humanos no somos capaces de explicarlo; pero yo no hablo de religión si no de Ciencia y pienso que puede haber otras explicaciones alternativas. Me inclino a pensar que eso de que el Sol se detuvo y que incluso se movió en sentido contrario, no es mas que un bulo producto de otras épocas, en las que se pensaba que el Sol era un dios que hacía lo que le parecía o sencillamente una licencia poética del escritor bíblico para decirnos que Dios es todopoderoso. También hay que tener en cuenta que durante siglos se consideró que era el Sol el que estaba moviendo en torno a La Tierra y no al contrario. Hoy sabemos que ese movimiento aparente del Sol está motivado por el giro de la Tierra sobre si misma y que por tanto una parada del Sol, lo que supone es una parada de la Tierra en su rotación y lógicamente un avance del Sol en sentido contrario sería en realidad un giro (rotación), de La Tierra en sentido contrario al habitual.

Sobre este asunto publicaré en la revista de la Asociación Leonesa de Astronomía un artículo de cierta extensión; pues hay varios puntos que analizar. Lo que ahora expongo es sólo uno de ellos.

Rotacion

 

ENERGIA PRECISA PARA DETENER EL GIRO TERRESTRE

En cualquier libro de física elemental se explica que todo cuerpo en rotación tiene por ello una cierta energía. En el caso de un planeta como La Tierra, yo calculé en un primer tanteo hace ya tiempo que (teniendo en cuenta su masa, tamaño y velocidad de giro), esta es de 2,12 multiplicado por 10 elevado a 29 julios. Es una energía enorme y por ello llegué a pensar que sería suficiente para que nuestro planeta se desmoronase como un terrón de azúcar con un frenazo brusco.

Recientemente he vuelto a estudiar el tema y un colega (geólogo como yo) y además también miembro, como yo, de la Asociación Leonesa de Astronomía; llamado Jorge Buzzi, también lo hizo. Me comentó al respecto que según cálculos de la Universidad de Leicester se precisa para romper en pedazos nuestro planeta, mas energía; en concreto 2,25 por 10 elevado a 32 julios. No obstante el también calculó la energía de la Tierra debida a su rotación y obtiene un dato similar al mío; en concreto 2,6 multiplicado por 10 elevado a 29 julios. Le agradezco que repitiese el cálculo que yo hice; porque mis conocimientos de física no dan para mucho y me alegra saber que su resultado coincide bastante bien con el mío.

Esta energía de rotación sería la necesaria sólo para detener el giro de La Tierra; pero si queremos que gire “a contramarcha” y que después vuelva a su giro habitual habría que multiplicar por cuatro pero aún así estamos muy lejos de la cifra de la Universidad de Leicester, es decir de los 2,25 multiplicado por 10 elevado a 32 julios. En consecuencia el argumento de que es imposible que el Sol se detuviese y que hiciese todas esas maniobras de marcha, contramarcha y paradas debido a que ello supondría que nuestro planeta entonces habría saltado en pedazos, quizá,….. solo quizá es insostenible.

En cualquier caso hay que recordar que según la Biblia una de las paradas del Sol tuvo lugar para dar tiempo a que un ejército derrotase cumplidamente y “como Dios manda” a su oponente. Este frenado de la rotación terrestre hubiese dado fin por si sólo a la batalla y todos los contendientes. A la altura de Egipto ó Israel (donde según la Biblia tuvo lugar la batalla el día que La Tierra dejó de girar), la latitud media que podemos aceptar para los cálculos es de 32º, luego los guerreros que participaron en la batalla se estaban moviendo a 1.414,47 km/h. Si a 100 km/hora es bien conocido lo que ocurre sobra todo comentario,…..adiós batalla y contendientes.

Estas elevadas velocidades suponen que un frenazo de La Tierra de este calibre habría sido suficiente como para  lograr que saliesen literalmente volando por los aires los contendientes de uno y otro bando . La batalla se habría acabado del modo mas insospechado. El efecto sería similar al que tendrá lugar si moviéndonos a una velocidad de 1.414 km/h. (392,77 m/s) en un vehículo este frena en seco.

Jorge Buzzi, que como digo asimismo analizó este tema describe como un escenario apocalíptico el que tendría lugar en estas circunstancias. No obstante queda aún pendiente una cuestión y es la relativa a la energía precisa para que La Tierra en una maniobra de este tipo se rompiese en pedazos. Los 392,77 m/s aún siendo una velocidad descomunal; son muy inferiores a los 11.180 m/s que corresponden a la velocidad de escape en La Tierra. Un frenado de la rotación terrestre que imprimiese esta velocidad a un objeto sobre la superficie de nuestro planeta (los guerreros bíblicos por ejemplo), si sería suficiente quizá para desintegrar el planeta o al menos para enviar al espacio para siempre a los guerreros citados en la Biblia.

En cualquier caso nos hallamos (una vez mas) ante afirmaciones que nuestros antepasados se creyeron (quizá muchos aún las creen), sin mas; pero que a la luz de unos conocimientos medianos de física son de muy difícil asimilación, salvo para quien tenga una fe ciega en los llamados textos sagrados.

Si esto yo lo hubiese escrito hace algunos siglos, me podría costar muy caro, quizá mas me valdría en ese caso haberme estrellado con el tren minero; pero a estas alturas de la Historia y mas que nunca hasta la propia cúpula de la Iglesia sabe que una cuestión es el mensaje religioso y otra el modo de expresarlo. Ya son muchos los disgustos y desengaños que una interpretación literal de La Biblia ha traído; (Copérnico, Galileo, Darwin,…) y los tiempos de la Inquisición son cosa del pasado. Por este motivo entiendo que son injustificables muchos de los ataques que sufren la Iglesia y los creyentes. Dejemos que cada cual crea lo que le apetezca y respetémoslo.

Lo importante de todo esto, en mi opinión; es que nos sirve de excusa para repasar lo que aprendimos (o debimos aprender), cuando éramos estudiantes y también y sobre todo para tener una mentalidad crítica y racional. Ahora bien quiero terminar insistiendo en mi mas profundo respeto por las creencias de cada cual, pues al fin y al cabo siempre se puede afirmar que La Ciencia, no lo sabe todo, lo cual es cierto y no sólo eso; es además una buena noticia, pues si se supiera todo ya no podríamos dedicarnos ni a estudiar ni a investigar.

 

Bembibre 3 de junio de 2016

Rogelio Meléndez Tercero.

 

 

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