Fray Miguel Gutiérrez: “El Carmelita tiene que ser cien por cien misionero y cien por cien contemplativo”

El misionero ha vivido medio siglo entregado a misiones en diversos países de África y ahora reside en el Monasterio de las Batuecas de Salamanca
Fray Miguel Gutiérrez.

El Carmelita abulense, Fray Miguel Gutiérrez, se encuentra ya en la comunidad del Monasterio de las Batuecas en Salamanca, donde ha cumplido 82 años y descansa de su azarosa y entregada vida a las misiones en Africa, durante 50 años. De ellos, 45 en la República Democrática del Congo, 3 años en la Costa de Marfil, un año en Camerún y otro en Ruanda.

Por medio de esta entrevista en profundidad, conocemos un poco más de sus actividades, de su servicio y entrega a los más pobres y necesitados y de un trabajo ofrecido a Dios.

Pregunta: Fray Miguel, cuéntenos algunos datos de su vida.

Respuesta: Nací en la provincia de Ávila en 1939. Seguí los estudios con los Carmelitas Descalzos. En 1965 me ordené de sacerdote en Salamanca. Pocos días después fui a Francia para cursar un año de Teología y estudiar Francés. Ese mismo año, 1966, salía para el Congo. Y he venido definitivamente en 2016. Cuando comenzaron las vocaciones y los religiosos se unieron para hacer centros de filosofía y teología, el Padre General me mandó a hacer Filosofía en Toulouse y Teología en Comillas

P: ¿En que países ha estado como misionero?

R: 45 años en la República Democrática del Congo (ex- Congo Belga) 3 años en Costa de Marfil 1 año en Camerún 1 año en Ruanda

P: ¿Qué es lo más triste y lo más alegre que ha pasado en medio siglo en África?

R: Sin duda el genocidio de Ruanda ha sido la experiencia más triste que yo he vivido, y después cuando miles y miles de hutus vinieron al Congo. En mi parroquia de Chiriri teníamos dos campos de refugiados, con miles y miles de refugiados. Los Padres Mercedarios de Salamanca les atendían muy bien. Lo más alegre ha sido construir una iglesia, un colegio, o un centro de salud, dar agua a la gente, darles luz eléctrica.

P: ¿Era difícil ser misionero en los años 60 en África?

R: En 1960 Bélgica había dado la independencia al Congo. El primer presidente fue José Kasavubu. Y en 1965 fue destituido por José Mobutu. El primer año de mi estancia en África, 1966-67, estuve con los Padres Blancos. Ellos eran y son grandes misioneros. Fue un noviciado misionero para mí. Estábamos en una eclesiología del cuerpo místico de Cristo. Poco a poco se comienza la eclesiología del Concilio Vaticano II, Pueblo de Dios.

Recuerdo que había en mi parroquia 10 catequistas. Eran muy buenos, pero estábamos en una iglesia clerical, es decir, que los curas y el Obispo eran los que llevaban todo. Pero nos íbamos hacia una iglesia laical. La iglesia no era del Obispo, ni del misionero, sino de todos los cristianos.

El gran teólogo Holandés Schillebeeckx decía que la Iglesia del siglo XXI era de los laicos y sobre todo de las mujeres. Años Después sólo en una parroquia teníamos más de 500 catequistas, y la mayor parte mujeres. Repito, la iglesia no es sólo del Obispo ni del misionero, es nuestra.

Los obispos, los sacerdotes, los religiosos y religiosas son indispensables en la misión y hay que felicitarles. Pero el pueblo cristiano tiene que considerar a la Iglesia como una cosa propia. Se mira lo espiritual, las escuelas, los centros de salud, conseguir agua y luz para la población… Se ha dado un cambio radical.

Y los mismos Padres Blancos nos iniciaron hacia este cambio. Cierto día, en un árbol, había un letrero que decía: “El señor Obispo vendrá a las 6:00 am para cultivar y él traerá su propia azada. Traer todos una azada. Después se harán reuniones con la comunidad. Y más tarde confesiones, la eucaristía, y que las mujeres preparen comida para unas 300 personas. Y después habrá juegos y baile”.

P: ¿Cómo son hoy en día estas misiones y parroquias?

R: Están abiertas a todos los problemas y aspiraciones de fieles y paganos. Todo lo divino y lo humano interesa a la parroquia.

P: ¿Ha vivido situaciones delicadas con los estudiantes?

R: En 1996 con la llegada al poder del Presidente Laurent Kabila (padre), tuve que salir con15 filósofos de Bukavu hasta Camerún. Y fuimos muy bien recibidos por los religiosos de todas las congregaciones, y sobre todo por los Carmelitas italianos. En nuestra parroquia de Chimpunda teníamos unas 700 chicas (de entre 13 y 14 años) y como no podían ir a una escuela normal, las acogíamos en todos los espacios disponibles en la parroquia (despachos, garajes, etc.).

Cuando les preguntabas: “¿Por qué no habéis ido a la escuela?” Ellas respondían: ”Porque nos violaban, y teníamos que escondernos en la platanera”. Últimamente los amigos de la Madre Maravillas han construido escuelas y la enseñanza va mejor. Santa Maravillas estuvo en el Monasterio de las Batuecas y también en Mancera de Abajo (provincia de Salamanca).

P: Fray Miguel, ¿cómo es el espíritu de un misionero?

R: Cuando se tiene amor a Cristo y a su Iglesia todo sacrificio es dulce.

P: A su juicio, ¿cuál cree que es la razón por la que hay tan pocos misioneros hoy día?

R: Hay varias causas. La principal quizás sea la baja natalidad (antes había más familias numerosas). Hoy con un hijo o dos no se puede mandar a misiones. Los últimos Papas repiten que los africanos tienen que ser “misioneros de ellos mismos” y también enviar misioneros africanos al mundo entero (Carta Ecclesia in Africa). En esta carta el Papa san Juan Pablo II habló por primera vez de la “Iglesia-Familia”, denominación esta muy querida por los Africanos. La segunda causa importante es la desacralización de la sociedad.

De todas formas hay que resaltar que en 1970 los Carmelitas Descalzos éramos 36 en toda África. Hoy día son más de 600 y en 23 naciones. Y así todas las congregaciones.

P: ¿Logró llevar la electricidad a algunos lugares?

R: Ya habíamos llevado agua a muchas poblaciones y se habían hecho escuelas, iglesias, centros de salud, entre otros. Pero todas las poblaciones se quedaban en tinieblas por la noches. Y todos a una (católicos, musulmanes, protestantes y paganos) pedían la electricidad. Con la ayuda de Manos Unidas y el trabajo y la cooperación económica de todos se pudo llevar la luz a 25 poblaciones. Todos estaban muy contentos. Se pusieron molinos, cocinas eléctricas, televisiones… Era el año de 1995 y cuando jugaban el Barça y el Real Madrid todo el mundo estaba pendiente de la televisión.

P: ¿Cómo es ahora el día a día de Fray Miguel Gutiérrez, en el Monasterio de las Batuecas de Salamanca?

R: Recuerdo la frase del gran teólogo alemán Karl Ranher: “el cristiano del siglo XXI será un místico o no será nada”. En las misiones se han dado todos los sacramentos, se ha hecho mucho, pero les falta interioridad. Sería una segunda evangelización, hacer un Dios cercano, íntimo. Los Carmelitas Descalzos donde fundamos una parroquia fundamos también una Casa de Espiritualidad. Los obispos piden Religiosas Contemplativas también.

Mi principal tarea hoy día consiste en pedir para hacer hombres interiores en África y en todas partes. Como el coronavirus se extiende por todas partes, que la necesidad de Dios también se extienda. La Constitución Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II dice que la grandeza del hombre es su apertura a Dios y a lo sobrenatural.

En la comunidad de África donde he vivido tanto tiempo pude compartir vida con los siguientes padres: Luis Hernández Bueno (de Salamanca, y que sigue ayudando a leprosos y niños africanos), José Huelga (de León, y gran arquitecto en la misión); Manuel Hernández (que se dedicó sobre todo a los leprosos).

Y otros tres que ya fallecieron: Gabriel Serrano de Alba de Tormes; Juan Jesús Sánchez (de Valdecarros, fallecido por causa del coronavirus). Y también el Celedonio Allende (de Zamora, y que fue el primer superior de la misión).

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