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Este miércoles se reanudó el juicio sobre las filtraciones de documentos reservados del Vaticano a dos periodistas, un delito del que se acusa al ex econónomo de la Diócesis de Astorga, Lucio Ángel Vallejo Balda. La publicista italiana, Francesca Chaouqui, quien se sienta en el banquillo de los acusados con Vallejo Balda, señaló al sacerdote como único culpable de las filtraciones durante la sesión de ayer.
Chaouqui habló de “comportamientos extraños” y mostró fotos del sacerdote en uniforme de camuflaje o ligeramente bebido. La publicista respalda tanto su inocencia como la de los dos periodistas italianos que publicaron los informes confidenciales. La mujer declaró que el comportamiento del sacerdote cambió radicalmente en marzo de 2014. Según ella, debido a que no fue el elegido para el puesto ‘número dos’ de la nueva secretaria de Economía, que finalmente asumió el australiano George Pell. Sería a continuación de este hecho cuando el monseñor se habría distanciado del Papa, siempre según la versión de la mujer, hasta llegar a filtrar los documentos por venganza.
El próximo lunes se llevará a cabo la siguiente audiencia. Balda confesó la sustracción de los documentos y posterior filtración a Chaouqui y a los dos periodistas italianos, si bien manifestó que lo hizo bajo presión y amenazas. Según el sacerdote la mujer le habría seducido para después chantajearle con hacerlo público.
La relaciones públicas, por el contrario, mantuvo ante los jueces este miércoles que no tuvo “relaciones carnales con monseñor Balda” y que el día que según él le habría seducido en un hotel, por el contrario, escuchó de su boca “algunas confesiones personales de Balda sobre su esfera sexual, nada que ver con una presunta relación sexual entre yo y Balda”, según explica ABC.
