Todo parecía indicar a priori que el fin de semana transcurrido iba a resultar de los más tranquilos y cómodos en todos los sentidos. El deporte tenía en Astorga concitadas varias celebraciones y el tiempo primaveral, a ratos, invitaba a que la ciudadanía se relajase en unos tiempos de incertidumbre económica, política y crispación social. Incluso comenzó con buenas noticias. La presidenta del Atlético Astorga, Sagrario González, a pesar de la tristeza del descenso acordó con su equipo y charlando con el propio Ayuntamiento continuar al menos dos o tres años más al frente del principal club deportivo de la ciudad. Que salimos con los pelos trasquilados, sí. Pero el club no debe estar solo en los malos momentos. De momento, además de los incondicionales, también tiene un voto de confianza de la máxima institución local.
Segundo asalto. Incendio de la fábrica de Embutidos Rodríguez. La primer empresa del sector por volumen de contratación y empleo en la provincia. A falta de saber lo que dictaminen los expertos, lo cierto es que casi 400 personas se han quedado sin trabajo. Unas obsoletas instalaciones que ya venían pidiendo una remodelación y ampliación se han quedado en nada. Un desastre económico y social más para una provincia aquejada de una sangría poblacional preocupante. Y aquí también las instituciones han acudido. En nuestro ámbito, resaltamos la celeridad con la que los concejales de Comercio y Obras, Peyuca y Ortiz, acudieron a ponerse a disposición de los dueños y empleados de la factoría. Otros mientras tanto en el blog de sus correligionarios colgaban los sueldos más que adecuados de parte de la Corporación en un intento de manchar lo que no está sucio, o de sembrar dudas sobre la ciudadanía. Es lo de siempre: unos a trabajar y otros a criticar y destruir. Los astorganos no son tontos y sabrán valorar estas actitudes. A este periódico también sus conmilitones mediáticos, dos para ser exactos, le aplican la misma receta del intento de enredar y ensuciar sin resultado. Los lectores y anunciantes crecen a cada mes que transcurre. Una cosa es contar las cosas, y otra es sembrar odio desde el resentimiento mezquino. Nos cuentan que el Ayuntamiento trabaja codo con codo para facilitar en todo lo posible la vuelta a la actividad y ayudar en la medida de lo posible a que esta empresa, con docenas de astorganos en ella, renazca.
Y por último, el tema de los incendios. Ya es una aclamación social sin colores partidistas. El Ayuntamiento de Astorga en este tema nada más llegar Arsenio García a la Alcaldía desbloqueó con León el que pudieran venir los bomberos en caso de necesidad. Por desgracia lo vimos en las viviendas del Chapín. Antes la ruptura de relaciones no lo permitía. En segundo lugar ha mantenido con La Bañeza y la Diputación reuniones para acelerar la decisión de construir un parque comarcal de bomberos. Más tarde La Bañeza autoabanderó una reunión de alcaldes. Astorga siguió recordando en reuniones internas la necesidad de este servicio indispensable. El fuego de las viviendas del Chapín y ahora el de Embutidos Rodríguez ponen en evidencia a una institución, la provincial, que tienen que tomar una decisión cuanto antes. En esto la Diputación nos va a tener en frente a todos, porque más que una reclamación es una necesidad para poder seguir viviendo, invirtiendo y trabajando en la zona. Eso sí es una medida de repoblación y económica acertada. Nos cuentan que el alcalde de Astorga, va a reforzar su trabajo para que este tema quede resuelto sin más dilaciones este año. Al menos, la decisión de su construcción. A lo sumo ha conseguido en su último encuentro arrancar al presidente leonés un “será ese Parque el primero en construirse”.