Fiestas y festejos

Mientras el Grupo municipal socialista ha hecho sus deberes dando su versión y valoración de las pasadas Fiestas de Santa Marta 2017, en el seno del equipo de Gobierno PP-PAL se ha carecido de una mínima cuantificación de participantes, visitas y otras consideraciones al respecto. Puede ser que por un afán de modestia en eso de autovalorarse o que se interprete como autobombo, pero también cabría esperar la sibilina idea de dar la callada por respuesta.

La Concejalia de Fiestas, no valorada como se merece, es un área de responsabilidad tremendamente difícil y comprometida. Es un termómetro social muy expuesto y delicado, pues todo el mundo opina en la mayor de los casos sin conocimiento de causa y sin saber las circunstancias que rodean a cada acto, a cada decisión.

Los romanos, de los cuales procedemos por mucho que los astures estén de moda actualmente, ya resumían con la frase: “pan y circo” para tapar problemas, aceptar dirigentes y tener contenta a la plebe. Vamos, que el tema no es baladí.

Con respecto a las valoraciones de los festejos pasados pasa como con la selección española de fútbol, en cada aficionado se esconde en su interior un seleccionador, con lo que dar gusto a todos es tarea imposible. Ahora bien, sí podemos destacar lo que por diversos canales han llegado a esta Redacción, a saber, ha encantado la actuación de la Banda municipal, gustan los fuegos artificiales a todas las edades y se echan en falta alguna sesión más. Las actuaciones musicales se dice que han faltado alguna de mayor renombre nacional estelar y que en su mayoría han sido pensadas para público de mediana edad para abajo -sabiendo que Astorga cuenta con segmento de población mayor importante-. En teatro gana por goleada la compañía Mixticius, de la que se desea más presencia por lo que gusta, aunque también se haya hecho hueco a otros grupos dramáticos. En este sentido se espera como agua de mayo la puesta en marcha del Teatro Municipal Gullón que, aunque no vuelvan aquellos Osinaga, Merlo y compañía, alguno de renombre bien puede caer por estos lares. Mucho deporte, poco espectáculo taurino, excesivas medallas del Bimilenario que desprestigian un tanto su valor y poco más.

En definitiva, unas fiestas que sin ser sobresalientes han cumplido con creces el expediente. No olvidemos que aún estamos en crisis económica y hay que reforzar la imaginación. Trabajar en grupo ayudaría bastante.