La Consejería Familia e Igualdad de Oportunidades enviará hoy lunes a los centros de personas mayores y discapacidad de Castilla y León el protocolo elaborado para abordar la desescalada del Covid-19 para “flexibilizar” las condiciones de vida de las residencias, que permitirá que este tipo de centros sin casos de COVID-19 puedan abrir ya en la fase 0 sus patios y jardines para que los residentes puedan dar paseos al aire libre y las zonas comunes como los comedores y las salas de televisión, siempre y cuando se pueda garantizar la distancia social mínima de dos metros. Además, una vez hayan pasado siete días, podrán entrar en la segunda etapa para reanudar “progresivamente” las actividades como peluquería, podología y estimulación física y cognitiva.
La consejera de Familia, Isabel Blanco, subrayó hoy que el protocolo elaborado por la Junta trata de “compatibilizar” la seguridad de las personas y la atención de las personas de los centros residenciales, que sufrir un deterioro por el aislamiento que han sufrido durante dos meses puedan recuperar “cierta normalidad” y los hábitos diarios. Señaló que la aplicación del plan dependerá de los propios directores y gerentes de los centros, por lo que el 75 por ciento de las residencias que no han registrado ningún positivo podrán aplicarlo desde hoy mismo, una vez esté publicado el protocolo en la página web de la Junta.
En este sentido, dejó claro que las visitas de familiares a los residentes no será posible hasta la fase 2, en el caso de las personas con discapacidad, y hasta la fase 3, en el colectivo de mayores. No en vano, aseveró que se trata de dos de los colectivos más vulnerables de la crisis sanitaria. “Nuestra prioridad ha sido proteger a las personas mayores, por lo que las visitas a las residencias no se permitirán hasta fases más avanzadas, salvo que haya un cambio de criterio del Gobierno”, expuso. Eso sí, apostó por incrementar e intensificar la comunicación de los residentes con sus familias.
Durante la rueda de prensa telemática para informar sobre la situación del coronavirus en la Comunidad, Blanco reconoció que la puesta en marcha del protocolo dependerá de la organización de cada centro, teniendo en cuenta las características estructurales y de personal. Recordó que, hasta ahora, se habían clasificado los centros en cuatro grupos, según las directrices del Ministerio, como zonas para personas que no tenían la enfermedad, con la enfermedad confirmada, aislados con síntomas compatibles y aislados asintomáticos por haber estar en contacto con contagiados. A partir de ahora, habrá una nueva zonificación de las residencias con una zona libre de COVID-19; otra para afectados por el coronavirus y una tercera, de cuarentena, con una reserva de cinco por ciento de plazas para poder aislar a residentes en el momento en que se detecte un positivo.
Los paseos al aire libre en patios y jardines en zonas anexas de las residencias serán entre 30 y 60 minutos, aunque este tiempo variará en función del espacio, por lo que los responsables de los centros podrán fijas franjas horarias o en días alternos.
En caso de que apareciera un caso sospechoso o confirmado de COVID-19, se interrumpiría el proceso. En la segunda etapa, no antes de siete días después del inicio de la etapa uno y solo si ha sido “exitosa”, permitirá habilitar zonas cerradas hasta ahora para reanudar “progresivamente” las actividades que impliquen distancias interpersonales menores de dos metros como peluquería, podología, envejecimiento activo y de estimulación física y cognitiva, comedores en planta y salas de tele. Eso sí, el nuevo personal del exterior que preste estos servicios deberá contar con el resultado negativo en la prueba PCR.
En cuanto a una reapertura de los centros de estancias diurnas (centros de día), afirmó que podrán entrar en la medida que las residencias de las que dependen entren en las diferentes fases de la desescalada.
Privatización
Preguntada por las palabras del vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, de que la privatización de las residencias había colocado a los mayores en una situación de vulnerabilidad, Isabel Blanco reiteró que el virus no conoce de centros públicos o privados.”El COVID-19 entiende de personas y, especialmente, de las más vulnerables”, añadió. En este sentido, precisó que Castilla y León tiene el mayor índice de dependencia del país, con el 40,7 por ciento. Ademá, recordó que los casos de coronavirus se reparten entre el 20 por ciento de los centros públicos y el 19,5 por ciento de los privados.