El cardenal Carlos Amigo, arzobispo emérito de Sevilla, falleció este miércoles a los 87 años en el Hospital Universitario de Guadalajara, al no poder superar una intervención quirúrgica de los pulmones que es le practicó el lunes, que se sumó a la operación de cadera del 23 de febrero, tras la caída sufrida en la Misa que se celebró en la Catedral de la Almudena en conmemoración del XXV aniversario de la ordenación del cardenal Osoro.
Carlos Amigo Vallejo nació en Medina de Rioseco (Valladolid), el 23 de agosto de 1934. Inició sus estudios de Medicina en la Facultad de Valladolid, que pronto abandonó para ingresar en el noviciado de la Orden de Hermanos Menores franciscanos. Se ordenó sacerdote y, en Roma, cursó estudios de Filosofía.
Destinado a Madrid, compaginó los estudios de Psicología en la Universidad central con el profesorado en centros de educación especial. Impartió clases de Filosofía de la Ciencia y de Antropología. En 1970 fue nombrado provincial de la Provincia Franciscana de Santiago, y el 17 de diciembre de 1973, arzobispo de Tánger.
En febrero de 1976, en Trípoli (Libia), participó, como miembro de la delegación de la Santa Sede, en el Seminario de diálogo Islamo-Cristiano, patrocinado por el Secretariado Pontificio para los no cristianos y la República Árabe de Libia. Un año más tarde, asistió al Sínodo de los Obispos como delegado de los obispos de la Conferencia Episcopal del Norte de África.
El 22 de mayo de 1982 fue nombrado arzobispo de Sevilla. En octubre de 1983 asistió al Sínodo de los Obispos como miembro designado por el Papa, y en 1984 fue nombrado presidente de la Comisión Episcopal para el V Centenario de la Evangelización de América.
La Junta Profomento de Astorga lo eligió en 2017 para ser el pregonero de la Semana Santa.
Era miembro de las Academias de Buenas Letras, Medicina y Bellas Artes de Sevilla, y participó en numerosos congresos y semanas de estudio. Era arzobispo emérito de Sevilla desde el 5 de noviembre de 2009.