Etiquetados

 

El Bierzo es una tierra de etiquetas. Estamos etiquetados en gastronomía, con 7 distinciones de marca de garantía de calidad, para otros tantos productos agroalimentarios: manzana, pera, pimiento, botillo, vino, castaña y la recién nominada cereza. Somos Reserva de la Biosfera en Ancares y el vecino Valle de Laciana, y por partida doble,  también tenemos dos del “gordo” en Patrimonio de la Humanidad: las Médulas y el Camino de Santiago.

Etiquetas que reconocen el valor, y la singularidad de lo que somos, lo que tenemos  y lo que producimos. Etiquetas que atraen como imanes al turismo, con cifras muy destacadas  en el número de visitas, que  engordan las estadísticas cada fecha señalada, cada puente del calendario, como el que acabamos de pasar. Y ahí las Médulas siempre resultan un caso aparte. Tan mayúsculo, como el nuevo bochorno al que hemos tenido que asistir por falta de planificación y determinación de las numerosas administraciones implicadas en poner un poco de orden, en ese desordenado territorio en el que la UNESCO se fijó para coronarlo con una de las mayores distinciones.

Y es que la masiva afluencia de turistas durante los días festivos de “Todos los Santos”, provocó un auténtico colapso de vehículos en el pueblo de Las Médulas, donde se calcula que se agolparon más de 400 automóviles, entre ellos muchas caravanas.  Con todos los espacios de estacionamiento llenos, a rebosar, los coches acababan parados delante de las casas, llegando a impedir la salida de sus habitantes; otros se dejaban en los arcenes, a lo largo de la carretera a la entrada del pueblo, con los consiguientes problemas de movilidad.  Esa situación ha reactivado las viejas demandas para habilitar nuevos espacios de aparcamiento en Las Médulas y no es para menos. Pero no sólo hay que pedir nuevos, aparcamientos, si no medidas contundentes,  para poder convertir a las Médulas, en un motor de generación de riqueza y empleo en el Bierzo. Cada vez se hace más necesaria la figura de un gestor único, que se encargue de velar por ese extraordinario y único Espacio Natural que son las Médulas. Para protegerlo y saber obtener de él recursos que ayuden a mejorar nuestra economía sin perjudicar ese tesoro natural. El Ministerio competente, La Junta de Castilla y León y los Ayuntamientos donde se asienta nuestro paraje Patrimonio de la Humanidad, no han sido capaces de ponerse de acuerdo, nunca, y remar en el mismo sentido; en el de una explotación turística ordenada, que es la que pide a gritos las Médulas cada fecha destacada en el calendario. No se puede esperar más. Si el turismo es uno de los yacimientos de regeneración de esta tierra nuestra, no podemos dormirnos más, hay que reclamar un plan de gestión, explotación y conservación que sea compatible con lo que el turismo nos demanda. Y con las mismas, ser capaces de establecer unos servicios de calidad, que den respuesta a las demandas de los que vienen a visitarnos. No es complicado atraer visitantes con un reclamo como las Médulas, lo difícil es mantener con una oferta de calidad, esas preferencias turísticas, de todas las partes del mundo que se fijan en las Médulas. Esa es la etiqueta que nos hace falta, la octava, el sello número 8 para un turismo de permanencia, satisfecho con lo que podemos ofertar en el Bierzo, convencido en regresar y sin que nadie tenga que sacarle los colores, a la hora de recomendar cualquier lugar de interés del Bierzo.  Y si de etiquetas hablamos, esta semana he quedado un poco decepcionada, con la autoría de la nueva imagen corporativa de los Vinos amparados en la Denominación de Origen Bierzo. No por la valía de la creatividad, si no por su procedencia. El nuevo logotipo de nuestros vinos, es obra de  un creativo de Madrid, donde los hay muy buenos, tanto seguramente como los que tenemos en el Bierzo.  El Consejo Regulador de la Denominación de Origen, ampara y propugna una identidad: la berciana.  El amor a la tierra, la tradición, la calidad y el orgullo de nuestros vinos. Atendiendo a todos estos valores, no habría estado demás convocar un concurso de ideas, para que los artistas gráficos del Bierzo, hubieran podido presentar también, sus ideas en igualdad de condiciones. Solo predicando con el ejemplo lograremos comprender un poco más el concepto de “justicia territorial”, huyendo de cualquier connotación política que persiga la búsqueda de patrias chicas, que en absoluto es el caso.