Servimedia/ ICAL La madrugada del próximo domingo, 26 de octubre, finalizará el horario de verano, por lo que los relojes deberán retrasarse una hora, de forma que a las 3.00 de la madrugada volverán a ser las 2.00. Esta medida se produce en cumplimiento de la directiva comunitaria que rige el cambio de hora y que afecta a todos los países miembros de la Unión Europea, recordó el Ministerio de Industria.
Según esta directiva, el último fin de semana de octubre arranca el horario de invierno, retrasándose la hora, con lo que anochece antes, mientras que en el último domingo de marzo se inicia el de verano, en el que la hora se adelanta y se logran tardes más largas.
El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.
Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido. El carácter indefinido de la aplicación del cambio de hora se adoptó por entenderse que “el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicaciones, sino también otros ramos de la industria, requiere una programación estable a largo plazo”.
La Novena Directiva establece las fechas de inicio del periodo de la hora de verano (en el que se adelantan los relojes una hora) y su finalización (cuando se retrasa), el último domingo del mes de marzo y el último domingo del mes de octubre, respectivamente. La aprobación de la Novena Directiva está avalada por las conclusiones de un estudio sobre su alcance y efectos realizado por encargo de la Comisión Europea y presentado al Parlamento en 1999.
Este estudio concluye que tiene impactos positivos no sólo sobre el ahorro en iluminación, sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.
Ahorro de 300 millones
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), organismo adscrito al Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el potencial de ahorro en iluminación en España, por el cambio de hora, podría llegar a representar un cinco por ciento del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.
Para alcanzar este potencial de ahorro, no obstante, se deberá llevar a cabo un comportamiento “responsable” en el hogar a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria, así como la utilización de tecnologías de ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural en edificios del terciario y en industrias, precisó Industria. Estas tecnologías ampliamente experimentadas consisten en fotocélulas o sensores de luz que apagan o regulan la iluminación artificial en función de la luz natural aportada a la zona, a través de ventanas o lucernarios.
Al margen del cambio de hora, el Ministerio de Industria y el IDAE recomiendan a los ciudadanos contribuir al ahorro de energía durante todo el año haciendo un uso inteligente de los equipos consumidores.