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El escritor leonés Luis López Álvarez (La Barosa, 1930) destacó este viernes en su intervención como Premio de las Letras de Castilla y León cómo se perpetúan los espacios de creatividad colectiva en la Comunidad, como “escenarios de los mismos a lo largo de los siglos”. Durante su discurso, en el que tomó la palabra en nombre del resto de galardonados, aseguró que el estudio del desarrollo cultural de Europa muestra que “raros” son los lugares en los que esto ocurre.
Asimismo, López Álvarez, que comparte el Premio de las Letras con el poeta vallisoletano, afincado en Francia, Arcadio Pardo, expuso que desde los tiempos “más remotos” la historia de la humanidad se ha desarrollado entre vicisitudes” de toda índole como “guerras, revoluciones, movimientos telúricos o cataclismos cósmicos”. Además, el escritor aseguró que todo ello hizo que algunas culturas desaparecieran sin dejar “rastro”, mientras otras surgieron para “fecundarse mutuamente”.
En ese sentido, el galardonado expresó desde el escenario de la Sala Sinfónica del Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid que estos movimientos culturales son los que han logrado en su opinión generar espacios de creatividad colectiva, tanto en las artes plásticas, como en la música, la literatura o el arte dramático. López sostuvo que en ocasiones desarrollaron una sola rama del conocimiento, como ocurrió con el arte barroco, y en otras, disciplinas “conexas”.
Por ello, el escritor destacó la forma en que surgen estos movimientos culturales en “Castilla”. “Hoy puede decirse que la propia existencia de los Premios Castilla y León, al ir abordando nuevas disciplinas, prepara la creación de nuevos espacios de creatividad”, añadió, al tiempo que valoró que la Junta haya honrado con estas distinciones a los galardonados de este año en las modalidades de Investigación Científica y Técnica e Innovación; Artes, Letras, Ciencias Sociales y Humanidades; Deporte y Valores Humanos y Sociales.
Inolvidable merienda-cena
Al inicio, Luis López Álvarez recordó la “inolvidable merienda-cena” que se celebró en los pinares cercanos a Valladolid el 17 de julio de 1959. Recordó, que con 19 años, siendo secretario del Ateneo de la ciudad, participó en un encuentro al que asistió el poeta Jorge Guillén, quien por primera vez desde la Guerra Civil pisaba España. Destacó que en pocos días se unieron voluntades, como las del ferviente republicano Fernando González, poeta canario, y las de otros jóvenes de inspiración falangista, para volver a reunirse con frecuencia.
De esta forma, a sus 86 años, el escritor destacó que a partir de entonces se generalizó la flexibilización de las leyes y la ampliación del desarrollo cultural. Por ello, justificó que le fuera concedido el Premio de las Letras, que según argumentó el jurado se debía a que pertenecía a una generación que defendió las letras y las artes de Castilla y León en momentos difíciles para la convivencia y la transmisión cultural.
