Salva Palomo lleva desde 2017 realizando rutas de cicloturismo. En esta entrevista nos cuenta por qué comenzó a hacer cicloturismo, qué es Astorga Randonneurs, el club cicloturista que promueve rutas en bicicleta desde Astorga a diferentes puntos de España y los proyectos del club para este 2022 y en el futuro.
Salva competía en las categorías máster y veteranos, aunque nunca llegó a ser profesional del ciclismo. Pero a consecuencia de un accidente en La Bañeza, cambió su vida.
Pregunta: En primer lugar, para explicar a nuestros lectores, ¿qué es el cicloturismo?
Respuesta: Bajo mi punto de vista es hacer deporte y conocer sitios, paisajes. Se hace sin contaminar y sin competición ninguna. Aunque hay cosas que se llaman cicloturismo y son carreras, pero a priori son excursiones, marchas, conociendo sitios. Incluso viajar en bicicleta, hay gente que lo utiliza como el Interraíl, el tren para conocer Europa, el cicloturismo es una cosa parecida pero en bici.
P: ¿Qué es lo que te atrae del cicloturismo?
R: Conocer sitios, ir por sitios que he pasado luego o antes había pasado en coche y no te das cuenta de lo que te has perdido. He visto lugares que luego no reconoces, con la bici vas tranquilo, a tu ritmo, pero lo que más me gusta es conocer siticios. Con la bici entras en cualquier punto: una ciudad, una montaña perdida, un barranco… Por todos lados.
P: ¿Cuánto tiempo llevas participando en rutas cicloturistas?
R: Desde 2017. Antes competía en máster y veteranos, toda la vida. Pasé por todas las categorías, desde juveniles, pero nunca llegué a ser profesional. En veteranos seguí corriendo, hasta que me atropelló un coche en La Bañeza, me rompió la cadera, la espalda, las rodillas… A consecuencia de ese accidente me jubilaron, porque yo era bombero antes, y me llenaron de prótesis y tornillos. No puedo correr normal, salir a trotar o andar mucho rato, no puedo. Sin embargo, en la bici voy bien. Como siempre me había llamado la atención la larga distancia, empecé, y cuando me quise dar cuenta, está completamente metido en esto.
Empecé a mediados de 2017, en 2018 hice la más famosa de España, Madrid-Gijón, de 1.200 kilómetros. Fui el mucho rato, pero como era la primera, paré a dormir un rato y al final llegué sexto. Ahí fue cuando dije “pues esto se me da bien”. Al año siguiente, en 2019, me fui a la París-Brest y se me dio muy bien. La hice sin dormir, y lo pasé muy mal la segunda noche sin dormir fue muy difícil. Veía doble, triple, pero se me dio bien y de más de 8.000 personas llegué el 31º. Al otro año hicieron Murcia-Santiago de 1.200, que pasaba por Astorga. En esa hice el menor tiempo de todos. Cuando llegué a Santiago me dijeron que había sido el primero que había llegado (risas). El año pasado no pude hacer la que organizamos nosotros en Astorga porque tuve una caída y me tocó verla. Esa me he propuesto hacerla este año solo, basta que la haya preparado yo, que me sepa el recorrido de memoria, para no hacerla. Hay otro chico, que tampoco pudo hacerla por una caída, para hacerla este año y así quitarnos la espinita.
P: ¿Este año en qué rutas vas a paticipar?
R: Tengo previsto hacer una en Italia muy dura de 1.400 kilómetros que sube todos los puertos famosos de los Alpes, otra en Andalucía a finales de mayo, que son 2.000, la nuestra de 1.000 y a final de verano, si me quedan fuerzas, una que hay Barcelona – San Sebastián – Barcelona. Pero si me quedan fuerzas, porque lsa que son muy largas, si las haces como las hago yo, que ni duermo ni descanso, luego te quedas un mes hecho polvo. Te baja todos los niveles de hierro y cuesta recuperarse.
P: ¿Es necesario hacer las rutas largas sin dormir?
R: No, la mayoría de personas, a partir de 600 kilómetros paran a dormir. Pero yo me las tomo como reto personal. Procuro hacerlas todas de día o intentando coger la menos noche posible. Hay un tiempo para hacer las rutas, lo que pasa es que las de 1.200 intento dar todo lo que pueda, por eso las hago sin dormir. Además, me junto con otros dos españoles que son muy buenos en esto de la distancia y vamos a intentar hacerla en el menor tiempo posible. En mi caso, me pico un poco, es donde me sale el haber competido antiguamente, y pruebo a ver hasta dónde soy capaz de llegar. Llega un momento que vas solo. En París éramos 8.000, y de todos, me tiré 900 kilómetros yo solo, cada uno va a su ritmo.
P: A través del Ciudad de Astorga Cycling Team se ha creado un club de cicloturismo. ¿Cuánto tiempo lleva trabajando Astorga Randonneurs?
R: Desde el año pasado, aunque yo participaba en otras que se hacen por toda España, también fui a París y Portugal, pero Astorga funcionando lleva desde el año pasado.
P: ¿Qué te animó a iniciar este proyecto en Astorga?
R: Pues que no había nada similar por aquí, lo más cercano es Salamanca y La Coruña, por el sur y Madrid sí que hay más, pero aquí en el norte no había nada. O ibas a Coruña y te llovía casi siempre, o Salamanca que hacía muy poquitas. Así que me lié la manta a la cabeza y a través del club me dijeron que sí, pero que me encargara de todo.
Tuvo éxito, porque he hecho rutas en las que hemos salido tres, sobre todo las largas. Aquí en Astorga, en la primera, ya salimos medio centenar y eso que estábamos con la pandemia en pleno auge. Sí que es cierto que el año pasado tuvimos alguna en la que fuimos cuatro, debido a las lluvias, pero siempre conseguimos sacar gente.
P: A principios de año, anunciaron que este 2022 el equipo podría organizar diez pruebas homologadas, ¿qué significa para vosotros?
R: Aparte de mucho lío de trabajo, de papeles. Este año tenemos diez pruebas homologadas, significa que se las presentamos a la Federación Internacional de Cicloturismo y ellos nos dan un código numérico, las incluyen en su calendario y la ruta está homologada. Una vez la hacemos, a cada participante que la termina le da un código de homologación, que sirve para sumar kilómetros en un ránking. En realidad, dos ránking, hay uno español y uno mundial. A final de año se hace un ránking nacional y mundial de los que más han hecho. Las pruebas pequeñas sirven para que te dejen hacer pruebas mayores.
El año que viene se celebra la prueba más importante de todas, la París-Brest. Salen 8.000 personas, y si no tienes hechas estas pequeñas, una de cada – 200, 300, 400 y 600 kilómetros- no puedes participar. También vale si el año anterior hiciste una 1.200, como la que hicimos en Astorga, también te vale. La federación quiere que vaya gente preparada, que no participe gente que no pueda completar la ruta.
P: ¿Cuál es la ruta más importante que se celebrará desde Astorga Randonneurs este 2022?
R: Una de 1.000 kilómetros en mayo, el 27 de mayo salimos a las 20:00 horas. Bajamos Zamora, Salamanca, Cáceres, Ávila y Valladolid, sin entrar en las ciudades. Es un mil que pasa por sitios muy curiosos, pasamos La Alberca, el Parque Nacional de Monfragüe, Trujillo, Guadalupe, Plasencia, el Valle del Jerte, Toro y Alba de Tormes. Es la más larga, pero no es la más difícil.
P: ¿Cuál es la más difícil?
R: Pues una que hemos sacado de 600 kilómetros. Antes que nada, decir que hay dos tipos de pruebas: hasta 1.000 kilómetros y las que se llaman “Super Randonneur” o “Super Excursiones” en español, que son de 600 kilómetros con un mínimo de 10.000 metros de desnivel acumulado en subida. Tenemos dos ya hechas, la del año pasado era la más dura de España en esta categoría, y este año la hemos hecho todavía más dura. Tiene casi 15.000 metros de desnivel. Saliendo de Villamanín, en el norte de la provincia, subimos el Puerto de Pajares hasta la estación de esquí, luego La Cubilla, el Gamoniteiru, el Angliru, los Lagos de Covadonga, es una vuelta y vamos por toda la Asturias de montaña. La intentaremos como mucho diez personas, no creo que haya más que lo puedan hacer.
P: ¿Cómo se prepara una ruta cicloturista?
R: La Federación nos pide que evites las carreteras con tráfico y las ciudades con mucha aglomeración de vehículos. Como llevamos toda la vida en esto y conocemos la zona, nos hemos propuesto hacer cosas para llegar a diferentes puntos. Tenía ganas de ir por la zona norte de Extremadura y vas sacando la ruta, viendo pueblos bonitos de España. Empiezas a hacer la ruta con el ordenador, si no la conoces físicamente, pues te acercas.
Yo quizá las hago al revés, o he pasado o lo haré en breve, y luego las hago con el ordenador. En el ordenador calculas la distancia, es mejor que se ajuste a lo que prometes, porque cuando haces una de 1.000 kilómetros te dicen que tienes que hacer 40 o 50 kilómetros más, a esas alturas, es una paliza.
La Federación te da el visto bueno, el año pasado Asturica 1.200 nos pusieron problemas en el paso por Valladolid, que no querían que entrásemos, porque Valladolid tiene mucho tráfico. A mí me gusta conocerlas, porque a veces te pone que es tramo ciclable, pero cuando llegas, pues no lo es, y en muchas ocasiones tienes que hacer algún tramo de noche y es más difícil ver por dónde circulas. Una vez hechas, se pone en el GPS de la bici, que es como el de los coches, y se sigue. Los más antiguos llevan mapa, aunque quedan ya pocos.
P: ¿Cómo se prepara un cicloturista?
R: Yo salgo todos los días, prácticamente, pero hay muchas formas de hacerlo. En mi caso, suelo hacer muchos kilómetros a un ritmo muy tranquilo. En la prueba de Burgos va a venir el ultrafondista Julián Sanz, que ahora se quiere meter más a esto, y él se preparaba con entrenador, preparadores… Entrenaba muchas horas de forma controlada, muy profesional.
Ahora se ha pasado a esto porque tiene 49 años, y quiere ir más tranquilo. Entrena más suave, pero con sus series, mínimo dos, tres horas al día y con eso te valo. Yo me meto mucha paliza, pero en plan tranquilo. Como me jubilaron empleo las mañanas en esto, en hacer muchas horas y acostumbrarte a estar solo. Pero lo puede hacer todo el mundo, en las de 1.200 hay gente que las hace con 70 años o más, van muy despacio y llegan apurando el tiempo, pero lo hacen. Lo malo es no dormir y querer ir muy deprisa.
P: ¿Cuándo es la próxima prueba?
R: El 20 de marzo en Burgos, porque allí nos pidieron hacer una en Burgos, como vienen mucho a las de aquí, lo propusieron. En la provincia, el 9 de abril, hay una que sale desde San Justo, que es de las más duras aquí. Solo son 300 kilómetros, pero recorre todo el Bierzo, Las Médulas, la zona de Filiel, Foncebadón. Es muy dura, bastante montañosa, pero se hace.