El coronel José Manuel Mateo Alonso es desde el pasado 17 de diciembre el jefe del Regimiento de Artillería Lanzacohetes (RALCA) nº 63 de Astorga. Burgalés de nacimiento, reconoce que encuentra muchas similitudes entre Burgos y León, por lo que está encantado de ejercer como máximo responsable del regimiento en Astorga. Estudió en la Academia General Militar, licenciándose en 1991, y desarrolló su carrera militar en las fuerzas paracaidistas hasta su ascenso a teniente coronel.
José Manuel Mateo Alonso -Manolo, pide que el llamemos- procede de una familia de militares. Su padre y su abuelo lo fueron antes que él . “Me gusta el ejército”, reconoce. Este no es su primer destino en la provincia, pues como teniente coronel estuvo destinado al grupo de artillería en la Base del Ferral durante tres años. Todos los años realiza maniobras en el Teleno, por lo que está familiarizado con Astorga, ciudad que eligió “por el calor de la gente”. Se muestra satisfecho con la ciudad pero también con la provincia, que le recuerdan a su Burgos natal: “leoneses y burgaleses son parecidos tanto en carácter como en cuestiones de clima -a mí no me asusta el frío- y nuestras tierras son magníficas”.
¿Cómo se siente en este destino, en Astorga?
He elegido Astorga como destino porque León es una tierra que me ha acogido muy bien siempre. Hubiera tenido ocasión de ir a otros sitios pero elegí venir a Astorga.
¿Qué tal ha sido el recibimiento en la ciudad?
Muy bueno, muy agradable. Es cierto que conocía mucha gente aquí. Por el momento no he tenido ocasión de conocer bien la ciudad, la he recorrido un poco en navidades. Necesito coger el pulso tanto a la ciudad como a las instituciones, pero estoy en ello.
Como ya le habrán comentado, esta es una ciudad pequeña y el Acuartelamiento siempre ha estado presente en las actividades socioculturales. ¿Tiene previsto mantener esa relación e implicarse en las actividades de Astorga?
Evidentemente no concibo que el Ralca esté apartado de la sociedad porque somos parte de ella. El Acuartelamiento no es una estructura que esté al margen, sino que tiene que estar integrada en Astorga. El Regimiento va a participar en las actividades y en los acontecimientos de la ciudad, ya sea eventos de tipo cultural, religioso deportivo…. Muchas veces no nos implicamos más porque no tenemos tiempo o porque nos vemos limitados porque los eventos coinciden con nuestro calendario, con nuestras órdenes, pero estamos abiertos a la participación como un elemento más de la sociedad.
¿Cuáles son sus objetivos para el Ralca 63?
El Ralca 63 tiene un futuro importante dentro de la estructura del ejército español, quizá de los más relevantes ahora mismo. Tiene un nombre curioso que es el de “Lanzacohetes”. Es una capacidad que España ha puesto en la OTAN. Pero no como a la antigua usanza sino que en la actualidad usamos sistemas de armas tecnológicamente muy avanzados, con una precisión espectacular. Y la idea es que recalen aquí, en Astorga. Estamos trabajando muy duro en ese aspecto y los trabajos van bien. Tenemos que aprovechar los periodos de armamento y provisión del Ministerio de Defensa porque hace falta no solo dinero sino también programación. Se han iniciado ya el trabajo y, aunque no puedo dar una fecha de cuándo va a estar aquí el primer lanzador, pensamos que no tardaremos más de tres o cuatro años en tener la capacidad inicial operativa para ofrecerla a nuestros aliados de la OTAN.
Esta unidad tiene también una parte muy importante que es la capacidad de reconocimiento e información desde el aire con sistemas aéreos no tripulados. El Ralca 63 dispone ahora de los sistemas no tripulados que se denominan ‘Clase 1’ o drones con capacidad de reconocimiento a mucha distancia, que llegan a alcanzar los 300 kilómetros a 10.000 pies de altura, lo que nos da un potencial muy grande. La base está ubicada en el Ferral. Ahora mismo tenemos los medios más modernos del ejército español.
¿Qué problemas visualiza a día de hoy en el Acuartelamiento?
El Acuartelamiento es antiguo, y no es funcional desde el punto de vista de los ejércitos actuales. Hay que modificar muchas estructuras para albergar al personal que vive en el Acuartelamiento. Los materiales con los que contamos o contaremos necesitarán que se modifiquen las infraestructuras para poder tener su base en Astorga. El ejército actualmente tiene infraestructuras más funcionales y menos dedicadas al espectáculo visual. Los cuarteles de hoy son más feos, pero mucho más eficaces (risas).
¿Cuáles son sus prioridades para los dos próximos años?
Desde el punto de vista institucional seguir apoyando todas las acciones y eventos en la ciudad y alrededores de Astorga. Desde el punto de vista de la instrucción, apoyar el adiestramiento. Seguiremos manteniendo los altos estándares para conseguir en corto plazo adaptarnos a los nuevos materiales y sistemas RPAS de reconocimiento. Adaptarnos no solamente a nivel de instrucción sino también de estructuras.
Nuestro hacer se basa en la eficacia. Muchas veces las estructuras derivan de otras más anticuadas y hay que modernizarlas. Es importante que el cambio vaya en paralelo con la llegada de los nuevos materiales. Que nos podamos adaptar a ellos sin que haya un periodo intermedio. Cabe decir que aquí la gente es muy buena y estamos incorporando las nuevas tecnologías adaptadas al mundo militar -y al revés- muy rápidamente.
¿Qué cree que su experiencia puede aportar al Regimiento?
Cuando decidí venir a este regimiento era porque conocía los materiales, los medios que se están utilizando ahora. También mi experiencia en el Ministerio de Defensa me ha permitido tener una visión de conjunto más grande y por ello me son más fáciles todas estas labores de estudio y preparación. He trabajado en dos programas de la Dirección General de Armamento y Material, uno de ellos el ‘Proyecto Rapaz’, de i+D, en el que hemos valorado todos los sistemas del mundo de drones, que se ha desarrollado en Ferral. Esa experiencia la aplicaré ahora en el Regimiento. Por otro lado, la visión que he tenido en la parte de planificación de Armamento y Material me permite acometer con éxito la adquisición de los sistemas modernos en esta materia porque conozco el procedimiento.
¿Cuál ha sido el destino que más le ha marcado? ¿Por qué?
La Brigada Paracaidista porque es una escuela de cuadros de mando. La Brigada es una unidad muy exigente que permite luego afrontar los retos con otras unidades. A todos los oficiales les haría paracaidistas; si eres capaz de superar la presión puedes superarlo todo.
¿En qué tipo de circunstancias se requiere la intervención de la artillería?
La artillería es quizá el arma que más impone. En todo tipo de conflicto armado la respuesta con artillería es la última solución, cuando no se puede resolver de otra manera. Cuando aumenta el conflicto se suelen llevar vehículos para la disuasión, y si se interviene en una acción directa es que la situación es muy grave. Normalmente, en misiones de paz no actúa la artillería a no ser que se quiera buscar ese grado de disuasión del que he hablado. La artillería normalmente está detrás, no se ve.
Y en el caso de ser usada, ya no se utiliza como antes. Hasta la segunda Guerra Mundial tenía una intervención directa con muchos daños colaterales. Hoy en día, fundamentalmente se busca precisión y evitar esos daños colaterales. No se contempla que la artillería bata zonas, no se nos permite. Es algo que la tecnología actual puede hacer: reducir al máximo la posibilidad de un daño colateral.
Habla constantemente de tecnología actual, ¿cómo ve esta para el uso del ejército y hasta dónde puede llegar?
Soy muy favorable a la tecnología porque creo que facilita las cosas, sobre todo a nivel social. Los beneficios y desarrollos son mutuos. La guerra moderna ya no se hace de día, sino de noche por lo que el país que tenga tecnología para hacer la guerra de noche podrá tener ventaja. Esa tecnología se ha extrapolado al mundo civil para las fuerzas y cuerpos del Estado. También se ha dado el otro caso, en el mundo de las comunicaciones y la logística las empresas nos dan una referencia muy clara de cómo poder llegar al soldado implicado en una trinchera de manera efectiva y en tiempo oportuno.
También nos sirve por su reducción de costes. Estamos siguiendo los protocolos de las empresas especializadas en esta tecnología para mejorar nuestros abastecimientos en campaña. Facilita una serie de tareas que ahora ya se pueden hacer con poco personal. En el uso de drones van paralelos tanto militares como civiles. En España no disponemos de drones armados, ni en Europa, porque no hacen falta. De alguna manera, nuestra legislación está convergiendo en un único cielo europeo. Permitirá que tanto aviones tripulados como no tripulados operen en las mismas aerovías. Creo que en menos de diez años estaremos todos operando en el mismo espacio.