El presidente del Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León, Enrique Cabero (Salamanca, 1966), defiende una y otra vez el valor del consenso y de la propuesta desde la sociedad civil organizada a los poderes públicos, como conocedora de las necesidades reales de los ciudadanos. Cabero llega al órgano consultivo con la certeza de que el Diálogo Social es un “tesoro” para Castilla y León y apela a alcanzar para los próximos años objetivos estratégicos que permitan a la Comunidad ganar el futuro. En este sentido, se muestra convencido de que Castilla y León cuenta con las mimbres necesarias para convertirse en una autonomía “vertebradora” de la UE a través del Corredor Atlántico y destaca su “excelente” sistema universitario para la ciencia, la investigación y el desarrollo, que debe “engranarse” con el empresarial para generar riqueza y empleo de calidad. Enrique Cabero expone que sin actividad no se podrá fijar población y constata que una ordenación del territorio que quiera ofrecer resultados requiere ir acompañada de una planificación socio económica sobre las necesidades de cada zona.
¿Cómo valora el contexto de desaceleración económica y qué se precisa para afrontarlo?
Hay un proceso de desaceleración del crecimiento que impacta en seguida en los indicadores socio económicos. Urge disponer de un gobierno a nivel estatal, que pueda trabajar con las autonomías de manera estable con planes a medio y largo plazo. Y es urgente una ley de presupuestos del Estado ajustada a la realidad económica de 2020, con políticas de reactivación de la economía, así como las cuentas de Castilla y León y del resto de autonomías y la cooperación con la UE. La economía empieza a enfriarse y necesita ser nuevamente activada, sino, no hay forma de frenar la desaceleración.
¿Qué puede aportar el CES en este nuevo difícil contexto?
Desde el CES podemos contribuir como órgano de reflexión y de estudio a un debate del medio y largo plazo, porque desde la realidad política y ejecutiva es más difícil porque la solución del problema inmediato te absorbe. La política social y económica requieren mirar hacia adelante a medio o largo plazo y la realidad lo exige.
¿Qué cree que le transmitió el presidente de la Junta cuando le pidió renovación al frente del órgano consultivo?
El presidente de la Junta quiso transmitir que en nuevos contextos hay que dar nuevas soluciones. Se está empezando una nueva legislatura y un nuevo mandato la Presidencia del CES. Esta nueva etapa debe continuar con una línea de trabajo consolidada en el CES, que tiene un nivel muy alto en todos los sentidos. Es un órgano dentro del contexto nacional muy consolidado y un referente. Hay que mantenerlo y a la par seguir potenciando la participación de las organizaciones y expertos del consejo. Hacer que el CES pueda relanzar su función de propuestas. Es un órgano de consulta asesoramiento, participación pero también de propuesta, por lo que puede centrar nuevos debates. Creo que ese es el punto al que se refería el presidente de la Junta y coincidimos plenamente. Las organizaciones que forman parte del CES conocen la realidad en todas sus dimensiones, por lo que es un instrumento muy útil y pueden formular propuestas para la articulación de las políticas públicas.
¿Qué debates son los más importantes?
Castilla y León debe marcar para los próximos años objetivos estratégicos que puedan nacer del consenso socio económico y si es posible también político. Hay que fijar objetivo comunes de comunidad y estratégicos para Castilla y León. Ese es el principal debate. Es necesaria la presencia de la participación, del consenso en la fijación de objetivos estratégicos. Las posibilidades de Castilla y León son muchas y merece la pena hacer un esfuerzo importante para fijar esos objetivos estratégicos. Desde el CES podemos contribuir, porque su gran ventaja es que no es un órgano ejecutivo ni legislativo, donde puede haber una reflexión y mirar hacia el horizonte con más tranquilidad en el medio y largo plazo. Son muy importantes los sectores transversales porque alimentan al resto.
¿Puede aclararnos en qué proyectos estratégicos está pensando?
Quiero seguir avanzando en un proyecto a medio y largo plazo que requiere de políticas estatales y europeas, que es el Corredor Atlántico. Es un gran proyecto estratégico de Comunidad autónoma y de Estado. Es un proyecto de gran calado que necesita ser reactivado y convertirse en una realidad. Debemos asumilo como un proyecto de toda la sociedad de Castilla y León y ser conscientes de su importancia para toda la Comunidad. Nadie nos puede sustituir por nuestra ubicación geográfica estratégica en las comunicaciones con Portugal y con el noroeste peninsular, con Madrid y con Extremadura. Articulamos la península en un corredor muy importante. Es la entrada directa desde el Atlántico al centro industrial de Europa. Es un objetivo estratégico. Este proyecto traerá inversiones en el corto plazo que redundarán en el empleo, y en el medio y largo plazo se articulará la península, y por su carácter transversal afectará y dinamizará a todos los sectores desde su puesta en marcha a su futura gestión y aprovechamiento. El CES debe hacer que se perciba por parte de la sociedad la importancia de este proyecto. O aprovechamos la ocasión ahora o tendremos complicado que este proyecto se consolide.
¿Procede usted del ámbito universitario, qué papel debe jugar el sistema autonómico?
Es otro sector estratégico transversal que es fundamental, el de las universidades, la ciencia, la investigación y el desarrollo. Contamos con un sistema universitario excelente, que tiene una influencia económica y social muy alta. Debemos dar pasos importantes de mayor colaboración del sistema educativo en general y del universitario en particular con el sector empresarial. La FP Dual es un gran objetivo, que tuvo su origen en Castilla y León en los años 80, con otros modelos que se han ido superando, que acabó triunfando en centro Europa. Tenemos muchas posibilidades para que se pueda consolidar y crecer. Hay que desarrollar también figuras como el doctorado industrial. Hay que engranar la importante labor investigadora del sistema educativo público para reactivar facetas del sector productivo y generar empleo estable y de calidad. Es otro sector estratégico y transversal.
¿En qué se deben concretar esas dos grandes estrategias por las que apuesta?
No estaría de más especializar la autonomía en el transporte, vertebrando la UE. No es ninguna exageración. Además, especializarse en la innovación, investigación y desarrollo utilizando la ciencia. Creo que estamos en condiciones de las dos cosas. No es una carta a los reyes magos. Hay sólidas herramientas para que se pueda convertir en una realidad en los próximos años.
Usted ha definido el Diálogo Social como un ‘tesoro’ para Castilla y León… ¿Cree que es otro de los elementos a ofrecer para captar actividad económica?
Otro elemento muy atractivo de Castilla y León es el Diálogo Social, en el que la Comunidad tiene un tesoro. Los interlocutores más relevantes en el campo económico y social han asumido junto al papel reivindicativo que les otorga la Constitución, un papel institucional al servicio de la ciudadanía. Es resultado de una generosidad muy importante que se acaba concretando en acuerdos. Esto es ejemplar a nivel nacional y Europeo. Es una atractivo adicional para el crecimiento, la instalación de empresas y la generación de empleo de calidad. Es un modelo muy avanzado.
¿Considera la despoblación el principal reto que debe afrontar la autonomía en los próximos años?
El reto demográfico es uno de los grandes problemas de Castilla y León. No es una realidad aislada, es resultado de un haz e interacción de causas, empleo, crecimiento económico, servicios públicos…. Para asentar población debe haber actividad económica productiva y atractiva intergeneracionalmente. Tenemos oportunidades de atraer a jóvenes a estudiar o investigar, si logramos que se sientan atraídos por esta tierra agradable, preciosa, cómoda para vivir. Lo que falta es la generación de expectativas empresariales, el trabajo autónomo, la economía social, y de empleo. Además de hacerlo, dar la imagen de que esta autonomía está viva y es atractiva también para la actividad económica y empresarial. Detrás hay posibilidades, no es solo una imagen publicitaria.
¿Son viables 2.248 municipios, está bien hecha la ordenación en esta autonomía?
La ordenación del territorio es en definitiva que se pueda fijar población y que esté convenientemente atendida, en relación con los servicios públicos y su posibilidad de actividad privada, con el ejercicio de sus derechos y libertades. Depende de las políticas que se adopten, no pasa por reducir o no (municipios), porque eso no es una medida en si misma, sería un resultado. La Comunidad tiene posibilidades en todo su territorio. Primero hay que explorar las posibilidades de cada área y en segundo lugar, planificar, fijar objetivos para distintas zonas. No hay que empezar por el resultado. Históricamente han desaparecido poblaciones, pero ese es el resultado. Nosotros debemos explorar qué medidas adoptar en cada área.
¿Entonces, la ordenación debe ir más allá de los recursos públicos?
La ordenación va mucho más allá. Tiene que llevar consigo objetivos estratégicos desde el punto de vista socio económico. Se puede hacer de muchas maneras, pero debe ir acompañada de medidas socio económicas porque sino el resultado queda al azar. No solo se trata de servicios públicos, sino también de medidas socio económica. O hay actividad económico-productiva o la población no se asienta. Es precisa una elección estratégica acertada de qué actividades son las idóneas para el lugar y al final vincular, si es necesario, inversiones en infraestructuras, junto a servicios públicos; políticas de estímulo, de protección social y tributarias. La inmigración en algunos ámbitos también puede ser necesaria. Depende de lo que se necesite.
¿Cómo valora los Planes territoriales de desarrollo para el reequilibrio económico de la Comunidad?
No todos los territorios de la Comunidad tienen que dedicarse a lo mismo. Deben existir planes territoriales y sectoriales en las políticas necesariamente. Los planes específicos de reactivación es fundamental que sean también participativos, deben estar presentes sindicatos y organizaciones empresariales. No basta con decisiones políticas. En la definición de las medidas territoriales es preciso contar con las personas que mejor conocen el ámbito y las posibilidades de crecimiento.
¿Entiende los pasos que se están dando para el sostenimiento de los servicios públicos?
Es muy importante definir esas estrategias de territorio, y los servicios sociales estarán vinculados a esas estrategias lógicamente. En esta materia todo lo que se haga desde los poderes públicos es poco, porque las necesidades son muchas. El criterio técnico de trabajadores sociales de nuestra Comunidad hay que tenerlo muy presente para la definición de los servicios. Hay posiciones ideológicas muy distintas sobre la valoración de los servicios y hasta donde deben llegar, pero hay una parte técnica que no se puede olvidar.
¿Necesitamos una reforma de la financiación autonómica para sostener el sistema?
Hay que abordarlo, porque la realidad social y territorial va cambiando y requiere nuevas respuestas. Castilla y León se encuentra entre las autonomías con mayor extensión territorial y eso debe ser tenido en cuenta en los criterios de financiación, junto a las características de su población, tejido económico y servicios públicos. El modelo de gestión es diferente. Debe tener en cuenta nuevas realidades, como el reto demográfico que va muy unido también a la gestión territorial.
¿Considera necesaria una reforma estatutaria para incorporar nuevos derechos sociales como la red de protección a las familias, como piden los sindicatos?
Hay un conjunto de derechos reconocidos en el Estatuto vigente que emanan de los constitucionales que dan cobertura a estas políticas. Aunque no haya reforma se pueden articular estas políticas perfectamente con lo que hay regulado en el Estatuto vigente.