Endesa, la empresa del siglo XXI, os acordáis. Esto, solo es publicidad, ya que de este siglo no es, como mucho del XIX, época del peor caciquismo. Nos inundan con comunicados hablando de personas, como si nos trataran como tales, cuando solo somos números. Si miráis a vuestro alrededor, cuantos de vuestros compañeros van con ganas a trabajar, cuantos se levantan por la mañana contentos de ir a su centro de trabajo (que nada tiene que ver con tener un trabajo, no os dejéis engañar, que, porque tengamos uno, el peor remunerado del sector eléctrico, gracias al peor convenio de la historia de Endesa, no quiere decir que nos tengamos que dejar pisar y dar gracias al patrón).
Preguntaros, porque a los compañeros que les han ofrecido el AVS, lo han aceptado casi todos, perdiendo dinero, ¿tantas ganas tienen de abandonar la empresa?
Y preguntaros, porque los trabajadores que no lo firmaron, están siendo desperdigados por toda España, en centros de trabajo lo más alejado posible de su ubicación original, en puestos de trabajo cuya ocupación nunca van a desarrollar, por ganas, por formación y por edad.
Preguntaros, con que ganas van a ir a trabajar esos compañeros que van a tener que hacer, además de su trabajo, el de aquel desplazado, con 62 años, que no sabe ni donde está el baño, ni probablemente, querrá saberlo.
Tantas preguntas podríamos haceros, pero la respuesta siempre será la misma.
Éstas, son las formas de las empresas de siglos pasados, vengativas con aquellos que no firman lo que ellos quieren, contratos, convenios, acuerdos.
Todo lo demás no importa si lo que se pretende es acabar con los que no acatan, con el que no es sumiso, con el que pretende respeto hacia los trabajadores.
Así es la empresa que tenemos, pero ¿es la que queremos?
Y recordar, que no hay nada peor que la traición del compañero, de aquel que un día estuvo a tu lado, y que por designios divinos (entiéndase enchufe), acaba en puestos donde poder decidir con que números jugamos hoy. Que no es lo mismo que decir: en puestos de responsabilidad, como los llaman ellos. Responsabilidad es otra cosa, es sobre todo, conciencia de las consecuencias de tus actos, que son los que definen a la persona y la distinguen de ser una cosa con dos patas.