Sergio González La celebración del Viernes Santo en Astorga comenzó con la procesión penitencial que partió del cabildo de la Vera Cruz y Confalón, donde los cofrades hicieron voto de silencio para salir a continuación de su capilla con el Yacente, obra de Gregorio Español, articulado en parihuelas. Después de atravesar el Jardín de la Sinagoga, con un silencio estremecedor, solo roto por el ruido de un miserere, carracas y matracas, los fieles desfilaron con faroles por el Paseo de la Muralla, dirección hacia la capilla de San Esteban (Propiedad de la Real Hermandad de las Cinco Llagas).
Una vez dentro, en un acto privativo para los hermanos y autoridades de la ciudad, tuvo lugar el Enclavamiento de Cristo en la Cruz, el cual, al día siguiente se deposita en la Urna. Una vez finalizado el rito, la procesión regresó a su santuario para una vez resguardado el Cristo Yacente con la Cruz Verde, sobre la que se realiza el Enclavamiento, ya de madrugada y una vez roto el Voto de Silencio, bendecir las bollas de la Semana Santa y repartirlas junto a un vaso de vino dulce, a todos los asistentes.