Emilio y Rafaela. Busnadiego

Desde el puerto del Palo asoma un carro cargado de sueños.

Jesus  contuvo en el puño las últimas palabras del adiós , desde el alto , mira atrás hacia su tierra  antes de perderse entre abedules .

No abrió su mano, quiere anudar la lejanía, mientras camina por la última senda de sus recuerdos, junto a Inés , su esposa, que viene al lado caminando.

Dejo pueblos de hambre para cruzar al otro lado con el carro cargado de familia y aperos , dejó a recaudo del destino, el origen que le persigue.

Llegaron a la llanura que están viendo desde la sierra , lejos, y acomodaron el suelo y alcobas donde dormir bajo cielo próspero.

Esa noche ,la lumbre , acuno a los hijos , el pequeño Emiliano de once años se queda dormido pronto , su nuevo hogar , Busnadiego, devolverá sus anhelos de niño .

Pronto percibe la esencia de esta tierra y junto a ella esta Rafaela, una muchacha vivaz que mira a escondidas .

Diez años después, Emiliano y Rafaela, unieron sus vidas como se une La Luz en los dos lados de la montaña.

Desde allí , Busnadiego, florecen las almas que se encuentran en algún lugar , como el camino recorrido para llegar , donde sus miradas se buscaron desde el otro lado del Teleno.

                             Isasy Cadierno

La familia de Emiliano , sus padres Jesus e Inés ,abandonaron su pueblo de nacimiento (Corporales), para instalarse en Busnadiego junto con sus hijos , en el año 1953.

El largo y dificultoso camino que atravesaron con el carro ,en el monte Teleno, supuso un gran esfuerzo, pero lo era aún más sobrevivir al hambre y escaso porvenir .

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2 comentarios en “Emilio y Rafaela. Busnadiego

  1. Cuantas historias de supervivencia, hambre, calamidades y sueños estan enterrados en esta tierra. Gracias Isasy por descubrirnoslos y ayudar a que no mueran los recuerdos.

  2. Recuerdo cuando cruzo el palo parecía increíble, el camino estaba casi desaparecido por la lluvia y la nieve , la parte de peña mala asta el arroyó de fuxediegos hera un pedragal. Cuando llegaron a Molina parecía imposible pero hera real.

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