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Desde el primer momento en el que se tuvo conocimiento de la inauguración del AVE León-Madrid, este grupo editorial local se sumó a la alegría general del hecho en sí, que suponía conectar con la modernidad, en todos los sentidos, a la capital de la provincia a la que pertenecemos. De la misma forma, izó la bandera apolítica, y en aras al interés general reclamó, con sus modestas armas, que son las palabras, que la mitad del territorio provincial, unos 200.000 habitantes, no se quedase relativamente aislado de esa nueva vía de comunicación con la capital de la nación.
En el Bierzo el testigo lo tomó inmediatamente el Ayuntamiento de Ponferrada, personificado en la figura de la alcaldesa Gloria Fernández Merayo. Días después en Astorga, ubicada en el medio, geográficamente hablando, de la provincia leonesa y antiguo nudo ferroviario al que se le hurtó en tiempos del Felipismo el tren Ruta de la Plata, Astorga-Sevilla -ese sí era un Plan Oeste-, el alcalde, Arsenio García, comenzó sus contactos, primero con Ponferrada y luego con RENFE, también para dar solución a esta situación.
En ningún caso ha existido enfrentamiento entre localidades, así lo han desmentido los regidores y seguirán haciéndolo ante todo aquel grupo político, colectivo o medio de comunicación al servicio de informaciones políticas definidas y no generales. Y ello a pesar de que el clúster mediático ultra que silenciosamente se ha conformado en nuestra provincia ha intentado romper esa unidad con informaciones dirigidas a sembrar división, zozobra e impedir cualquier acuerdo que beneficiara a los ciudadanos, en aras a intereses particulares frente al interés general. Una pena de periodismo tan corto de miras como de moral.
Según han podido saber El Bierzo Digital y Diario de Astorga, el día de la inauguración del AVE, Gloria Merayo solicitó la primer reunión con Rafael Vázquez, director de RENFE, a la par que departió con el propio Juan Vicente Herrera, el consejero de Fomento, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y los representantes leoneses en el Parlamento Eduardo Fernández y Luis Aznar. La petición estaba hecha.
Posteriormente, hubo un cruce de llamadas entre los regidores de Astorga y Ponferrada. Los temas se trataban de distinta forma y variantes, pero en general el asunto era el mismo. Quedar conectados con un servicio relativamente moderno y eficaz con Madrid. Tan solo se pensaba en un Alvia, sin paradas definidas y dos más, prácticamente de los llamados regionales por su mucho tiempo en llegar. Se perdía un Intercity y un tren hotel, entre otras estructuraciones.
En una segunda reunión entre una delegación del Partido Popular de León, en la que se encontraba la alcaldesa de Ponferrada y el alcalde de Astorga, se plantea que el Alvia sea lo más directo posible, verbalmente sí se habla de parada de cinco minutos en Astorga, si bien no transciende por dos motivos: no se quiere torpedear el acuerdo con la multitud de peticiones de localidades con menos habitantes y RENFE y ADIF desean separar las soluciones. También es cierto que la posición de fuerza de la delegación ponferradina sorprendió a los directivos ferroviarios. Nada que no se arreglase dialogando, aunque provocó un tiempo muerto de varios días.
Son precisamente las famosas “lanzaderas”, un término no muy ortodoxo según nos cuentan, las que difieren en los planteamientos. Dos cuestiones: ¿autobuses o trenes?, ¿desde Ponferrada y desde Astorga o solo desde Ponferrada parando en Astorga?
Entramos en la segunda semana, la actual. El tema estaba relativamente parado. En RENFE y ADIF, insistimos, molesta la reclamación berciana. Pero el PP leonés echa toda la carne en el asador. El diputado nacional Eduardo Fernández y Luis Aznar, senador, presionan al secretario de Estado de Fomento. La intervención, no directa, pero telefónica del consejero de Fomento de la Junta pliega finalmente las reticencias en las que se había quedado la negociación. Mientras tanto, un frente político contrario gana terreno y presencia mediática.
León es el escenario de una larga reunión de todas las partes, RENFE, ADIF y Partido Popular con diversos cargos públicos, desde nacionales a locales. Finalmente Ponferrada, como cabeza de delegación y con Gloria Merayo al frente, cierra la promesa de RENFE de las tres comunicaciones de ida y vuelta con Madrid, a las que hay que añadir alguna más que no se pueden considerar de Alta Velocidad. Los tiempos rondarán las tres horas y media. Y se espera que el nuevo sistema de Alta Seguridad reduzca en 2016 al menos diez minutos más los tiempos de Ponferrada a Madrid. ADIF pide casi un mes para hacer cuentas, dado que también hay una pequeña ayuda de la Junta en un presupuesto global de colaboración que se tiene que perfilar. También reestructurar personal y trabajar en ello. Técnicamente hay una sola vía e incluso el Barco de Valdeorras está negociando enlazar con Ponferrada y pidiendo reunirse con la Xunta de Galicia para negociar.
Astorga en todo momento es informada doblemente, por la alcaldesa de Ponferrada, por un asesor del PP y por su propia fuente directiva en el Ministerio. Todos aseguran el pacto de esas tres conexiones diarias de ida y vuelta, una directa con el Alvia y dos enlaces al AVE de León. Queda por saber si son trenes distintos, separados, un tren y un autobús o, lo menos improbable, dos autobuses.
Queremos creer en la palabra dada. Sin triunfos de unos, sino el del interés general. Esperamos que pronto esos compromisos se vean plasmados con un nuevo cuadrante y horarios, se dice que como pronto a principios de noviembre coincidiendo con la festividad de Los Santos. También se ha hablado de una fuerte campaña de marketing, que se habría prometido, para poner en valor los nuevos avances en los servicios ferroviarios, al igual que se está realizado en León capital. Es más, el Ayuntamiento de Astorga colaborará con el ADIF en una serie de renovaciones y adecuación de la estación del tren local, la llamada Estación del Norte; la del Oeste, para los entendidos, quedó abandonada hace décadas por un Gobierno nacional ya citado.
