Las oficinas públicas de empleo intermediaron en la colocación de 19.200 personas en Castilla y León en 2014, lo que supone el 2,7 por ciento del total de contratos de asalariados formalizados a lo largo del ejercicio pasado. Se trata de un porcentaje ocho décimas por encima de la media nacional aunque inferior a la tasa de colocación registrada en la Comunidad otros años de la crisis económica como 2011 (4,7 por ciento del total) y 2009 (4,8 por ciento), según las variables de submuestra de la Encuesta de Población Activa (EPA) que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El número de personas que lograron el año pasado un trabajo en la Comunidad a través de los servicios públicos de empleo es similar a la cifra de 2013 cuando se formalizaron 19.900 contratos, lo que supuso un 2,8 por ciento del total de la contratación. En todo caso, Castilla y León ocupa el quinto lugar con mayor tasa en el conjunto de España con Extremadura a la cabeza (5,4 por ciento), seguido de La Rioja (4,1), Aragón (3,3) y Castilla-La Mancha (3,2 por ciento). Son porcentajes muy bajos con respecto a hace años porque el antiguo Inem llegó a gestionar, por ejemplo, el 22 por ciento de los contratos en 1999 a nivel nacional.
Frente a los 19.200 contratos que gestionaron las oficinas públicas en 2014 en la Comunidad, las contrataciones participadas por las ETT alcanzaron ese mismo las 130.685. Es decir, la veintena de empresas registradas en la región formalizaron el 18,4 por ciento de todos los contratos. Las estadísticas del Ministerio de Empleo y Seguridad Social permiten comprobar la evolución de los contratos en los años de crisis y ver el aumento del 11 por ciento registrado en 2014 y alcanzar cifras similares a las de 2007. En ese año, del inicio de la crisis, formalizaron 134.000 contratos, un dato que bajó hasta las 117.435 en el año 2011 y las 108.392 de 2012 para posteriormente situarse en las 117.722 de 2013.
La mayor parte de los contratos de las ETT en 2014 en la región fue por circunstancia de la producción (76,6 por ciento), seguido de los de obra y servicio (18,6 por ciento) y de interinidad (4,6 por ciento).
1.736 inserciones de Cáritas
Pero hay también otras agencias de colocación de empleo como Cáritas. La organización vinculada a la iglesia realizó a lo largo del año pasado 1.736 inserciones laborales en la Comunidad. El 18,5 por ciento de las personas en riesgo de exclusión social que recurrieron a los servicios de Cáritas encontró un empleo, principalmente mujeres que fueron las que más participaron en sus programas.
La memoria de empleo 2014 de Cáritas Castilla y León recoge que además colocó a 34 personas en tres empresas de inserción, que es “otra forma” de acceder al mercado laboral. El documento al que ha tenido acceso la Agencia Ical también señala que 1.163 ciudadanos participaron en 72 acciones formativas en sectores como la hostelería y el turismo; servicios socioculturales y a la comunidad; agrario; madera, mueble y corcho; comercio y marketing; fabricación, informática y comunicaciones y otros como el textil y la carpintería metálica.
Cáritas considera que la formación laboral es “esencial” para mejorar los conocimientos, competencias profesionales y habilidades laborales. Para ello, ha destinado tres millones de euros, entre fondos privados y públicos.
El Servicio Público de Empleo (Sepe), el antiguo Inem, así como el servicio autonómico Ecyl que tiene transferida las políticas activas en la materia han sido incapaces de encontrar trabajo a los miles de parados de la Comunidad durante la recesión. La avalancha de nuevos desempleados con la crisis se ha sumado a la falta de oportunidades del mercado laboral.
El secretario regional de Empleo y Formación de CCOO de Castilla y León, Saturnino Fernández, resta importancia a estas cifras al recordar que la intermediación es un labor más de los servicios públicos pero “ni mucho menos” la más importante. Asegura que hay otros programas “más potentes” que justifican la existencia del Inem y del Ecyl y que sirven para ayudar al trabajador a encontrar un empleo.
Cita, entre otros, la gestión de los programas de inserción laboral y fomento de empleo, la colaboración con corporaciones locales para la contratación de parados, la elaboración de planes específicos dirigidos a personas con especiales dificultades de inserción, la formación profesional ocupacional, la orientación y la inserción, sin olvidar el registro de todos los contratos y las prestaciones de desempleo.
Fernández considera que la intermediación laboral acabará siendo un programa “residual” para centrarse en la colocación de colectivos muy determinados, con difícil empleabilidad, y para cubrir oficios y profesiones con menos cualificación. Además, menciona que la intermediación pública siempre ha sido tradicionalmente escasa y ahora mucho más con la “competencia” surgida en los últimos años. Se refiere a las ETT, las agencias privadas de colocación y, sobre todo, al boom de internet y las redes sociales, con portales especializados en la búsqueda de empleo. Tampoco se olvida de que los empresarios hacen un escaso uso de los servicios públicos para cubrir puestos de trabajo por la lentitud administrativa.
El responsable sindical recuerda que como todo servicio público el Ecyl debe cumplir con unos criterios objetivos y garantistas a la hora de seleccionar a posibles candidatos para cubrir una oferta de empleo. “Los empresarios prefieren, por comodidad, el contrato informal, dando a conocer ese puesto entre familiares, amigos o contactos de los propios trabajadores de la plantilla”, precisa. Es algo que corrobora el INE ya que las encuestas recogen que casi la mitad de los empleados por cuenta ajena en España (46,7 por ciento) encuentra un empleo gracias a conocidos. Le sigue, muy lejos, la solicitud del trabajo directamente al empleador o vía currículum (22,2 por ciento).
Servicios personalizados
La propia vicepresidenta de la Junta y consejera de Empleo, Rosa Valdeón, aseguró que el Ejecutivo regional seguirá trabajando en la mejora continua del Ecyl de cara a lograr un servicio “más moderno” para posibilitar la ocupación de los demandantes de empleo y facilitar a los empleadores la contratación de personas con la cualificación adecuada a sus necesidades. No en vano, durante su comparecencia en las Cortes para explicar su programa de legislatura al frente de la Consejería recordó que el organismo autónomo busca prestar servicios personalizados a los usuarios y promover las ayudas para mejorar la capacidad de inserción en el mercado laboral, especialmente entre los colectivos con más dificultades.
De ahí que Valdeón abogara por “potenciar” la labor de las 54 oficinas de empleo, donde “prime” la intermediación laboral. Es decir, una “eficaz” prestación de servicios, tanto a desempleados como a empresas, el refuerzo de los itinerarios formativos y la búsqueda de la promoción personal y profesional. Y eso, a su juicio, pasa por prestar una “atención personalizada” para conocer las capacidades y las necesidades de cada parado pero también con un seguimiento “continuo” de su búsqueda activa de empleo.
De esta manera, los técnicos podrán ofrecerle las ofertas que mejor se adapten a su perfil pero también los servicios de formación y orientación para favorecer su inserción laboral, sin olvidar la continuidad del Programa Personal de Integración y Empleo (PIE) para mejorar la empleabilidad de los parados.
La consejera avanzó en las Cortes que la Junta impulsará la nueva cartera de servicios para ofertar a los empresarios el perfil deseado de trabajador. También se fomentará la colaboración con entidades públicas y privadas en la intermediación, la recolocación, la búsqueda de empleo y la formación pero también con proyectos novedosos como las lanzaderas.
El Círculo de Empresarios aboga por sustituir el Servicio Público de Empleo (antiguo Inem) por agencias privadas de colocación al considerarlas más efectivas. En el mismo sentido se pronuncia Asempleo, la patronal de las empresas de trabajo temporal, que recuerda que las ETT colocan hasta seis veces más desempleados que el Sepe o que la administración gasta una media de 14.000 euros en encontrar un trabajo a un parado.
Saturnino Fernández critica el “discurso interesado” de cuestionar la labor de los servicios públicos de empleo “Funcionan bien para el paro masivo que siempre ha habido y sacan con todos los programas pero reciben críticas porque hay muchos sectores que quieren hacer negocio con esto”, sentencia. Pone el ejemplo de Estados Unidos donde las agencias de colocación cobran por encontrar un trabajo.