El Santuario de la Virgen de las Ermitas, Amigo Mayor de la Catedral 2024

José Antonio Crespo y Francisco Requena, actuales párrocos del Santuario, fueron los encargados de recoger el diploma en el acto que se celebró este miércoles en la Catedral
El Santuario de la Virgen de las Ermitas, Amigo Mayor de la Catedral 2024

La Asociación de Amigos de la Catedral de Astorga entregó este miércoles, tras la solemne celebración de las Vísperas de la Asunción de la Virgen, el nombramiento de Amigo Mayor de la Catedral 2024. Este año, el reconocimiento recayó en el Santuario de la Virgen de las Ermitas, uniéndose de este modo a la celebración del 4º centenario del inicio de su construcción.

José Antonio Crespo Franco y Francisco Requena García, actuales párrocos del Santuario, fueron los encargados de recoger el diploma y de contaron la historia y trayectoria de éste lugar, que está muy ligado al obispo de Astorga, Alfonso Mesia de Tovar.

El Santuario de la Virgen de las Ermitas, Amigo Mayor de la Catedral 2024

Santuario Virgen de las Ermitas 

La Asociación de Amigos de la Catedral de Astorga tuvo en cuenta diversos factores de carácter pastoral, histórico y social para la designación del Santuario de la Virgen de las Ermita como Amigo Mayor.

El Santuario de las Ermitas, centro religioso de primer orden ubicado en tierras gallegas pertenecientes a la Diócesis de Astorga – aunque algo distantes de su cabecera – ha recibido, desde sus inicios y en todas sus etapas, el impulso y patrocinio de los prelados asturicenses, cuya cátedra es la Catedral de Astorga y desde donde han venido proclamando, a lo largo de los siglos sin interrupción, la vida de fe y la doctrina, exhortando y manteniendo así, desde la Iglesia Madre, la unidad de todos los diocesanos. Entre otros fines, se pretende con este nombramiento animar a todos los fieles que residen en  zonas alejadas de la cabeza de la Diócesis a mantener la mirada vuelta hacia su Catedral como un referente espiritual esencial e insustituible que les mantenga unidos a su Obispo.

El Obispo Alonso Messía de Tovar,- sabido gran mecenas de nuestro Templo Mayor, promotor de los retablos de la Inmaculada, de Nuestra Señora de la Majestad y de Santa Teresa de Jesús, así como de la magnífica y monumental reja del Coro catedralicio – quien en el año 1624 promulgó y sufragó la edificación, sobre la falda de la montaña al abrigo de una peña, del Santuario, haciéndolo en honor y agradecimiento a Nuestra Señora de las Ermitas por haberle curado milagrosamente de una grave enfermedad acaecida durante su visita pastoral por tierras valdeorresas.

Años más tarde, entre 1655 y 1660, pastoreó la diócesis de Astorga Fray Nicolás de Madrid, monje Jerónimo y prelado de gran virtud y celo pastoral, que tiene en su haber la iniciativa de construir el hermoso altar de San Jerónimo de nuestra Seo, tras haber diseñado él mismo su iconografía. Fue precisamente este Obispo asturicense quien, siendo gran entendido en cuestiones de arquitectura e ingeniería y sintiendo a su vez una enorme devoción por la Virgen de las Ermitas, abordó la ardua y asombrosa ampliación de la obra construida por el Obispo Messía, ensanche que supuso perforar la piedra ganando espacio para la instalación de una capilla mayor y de una esbelta girola, dando así planta de cruz al edificio conseguido. Asumió él mismo la dirección de las obras junto al arquitecto montañés Francisco de la Lastra, en aquel momento nada menos que maestro de obras de la Catedral de Astorga.

además de llegar a ser, a partir del s. XVIII, uno de los centros de peregrinación más importantes del noroeste peninsular, el Santuario de las Ermitas ha prestado, a lo largo de su historia, siempre bajo el auspicio de la mitra asturicense, un importante servicio docente y social. Inicialmente, a lo largo del siglo XIX y parte del XX, desempeñó esta tarea como Escuela de Primeras Letras, Tribunal Sinodal y Preceptoría filial al Seminario, adquiriendo posteriormente, en el año 1944, y durante dos décadas, la categoría de Seminario Menor. En la actualidad el Santuario se encuentra a cargo de dos sacerdotes diocesanos, en calidad de párrocos, quienes, a la vez que atienden unas 50 parroquias de la zona, dan acogida tanto a personas que solicitan pasar allí un tiempo de retiro espiritual como a personas en situaciones vitales difíciles, a las que ofrecen comprensión, apoyo y acompañamiento  humano y espiritual durante todo el tiempo que lo necesiten. Altamente valorada por la Diócesis, se desarrolla en este recinto mariano una importantísima labor social (ya que muchos de los que por allí se acercan no tienen posibilidad de acogida en instituciones civiles), así como una fructífera tarea evangelizadora de primer orden.

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