Con motivo del centenario de la muerte de los pastorcitos san Francisco y santa Jacinta Marto, los santuarios dedicados a la advocación mariana de Nuestra Señora de Fátima en Astorga y A Rúa – Fontei, se unen a los Encuentros de Oración Mater Fátima. Por este motivo, el santuario astorgano acoge hasta el 20 de febrero de 2020 todos los meses una hora de adoración eucarística en la cual se rezará el rosario por las intenciones especiales que pidió la Virgen.
Francisco y Jacinta Marto fueron testigos transmisores hace 101 años en Cova de Iria del mensaje por el que Nuestra Señora mostró al mundo un camino para poder llegar a Dios, explican desde la diócesis. En 2019 y 2020 se cumplen los centenarios de las muertes de ambos pastores canonizados en 2017 por el papa Francisco. A través de los encuentros, se quiere unir en oración a los cristianos “y ser una nueva oportunidad para compartir la alegría de su fe en un mundo necesitado de Dios”, señalan desde la diócesis.
Por ello, el santuario de Fátima en Portugal invita al mundo a unirse en oración para una hora de adoración eucarística en donde se rezará el rosario en varios idiomas y al final se realizará la consagración al Inmaculado Corazón de María. Por ello, Astorga se une a esta iniciativa internacional y todos los días 20 de cada mes hasta febrero de 2020 el santuario astorgano acogerá a las 19,00 horas una hora de adoración eucarística.
La Virgen de Fátima pidió por la paz en el mundo, por el Santo Padre y por la vida; intención en acto de reparación a los corazones de Jesús y de María; intención por las almas del purgatorio; intención por los perseguidos a causa de su fe; y el quinto misterio que es la intención por la conversión de los pecadores.
El programa completo de cada uno de los encuentros mensuales de oración consistirá en la exposición del Santísimo, el credo, oraciones del Ángel de la Paz, rezo del Santo Rosario con intenciones especiales del mensaje de la Virgen en Fátima, tres Ave Marías en honor a la pureza de Nuestra Señora, para alcanzar la indulgencia plena y por los niños del mundo entero, la consagración al Inmaculado Corazón de María, bendición con el Santísimo Sacramento, reserva del Santísimo, agradecimiento con el imno de los Pastorcitos y el canto Ave de Fátima.