Felipe VI presidió la entrega de Reales Despachos de sargentos a los 339 integrantes de la XXXII promoción de la Academia Academia Básica del Aire y del Espacio -45 mujeres-, en un acto que se desarrolló en el aeródromo militar de La Virgen del Camino (León), con presencia del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, el presidente de las Cortes Autonómicas, Carlos Pollán, el delegado del Gobierno en la Comunidad, Nicanor Sen, el general jefe del Ejército del Aire, Javier Salto y numerosos representantes institucionales.
En las palabras que les dirigió tras el acto oficial quiso poner en valor el esfuerzo de los nuevos suboficiales; todos -dijo- “con enorme mérito, con la garantía de que el Ejército del Aire y del Espacio recibe a los nuevos sargentos dispuestos a entregarlo todo, dispuestos a trabajar por el bien del Ejército del Aire y del Espacio y por el bien de España”.
El rey, que comenzó su breve intervención recordando a uno de los compañeros de los sargentos, que perdió la vida durante el periodo de formación, quiso también hacer mención expresa a todos los fallecidos en acto de servicio, “que han dado su vida por España y también a todos los compañeros que están desplegados por tantos lugares del mundo dedicando su esfuerzo, su talento, su conocimiento y sus valores al servicio de España”.
Don Felipe, que se desplazó en helicóptero, llegó puntualmente a la plaza de armas de la Academia, donde se encontraban todas las autoridades. No acudió al acto la ministra de Defensa, Margarita Robles, que este jueves celebra una videoconferencia con el contingente español en Líbano, Eslovaquia y Operación Atalanta. Sí estuvo presente el jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire y del Espacio, el general Javier Salto Martínez-Avial, acompañado de la subsecretaria de Defensa, Amparo Valcarce.
Después de pasar revista al Escuadrón de Alumnos y tras una breve intervención del arzobispo castrense, monseñor Juan Antonio Aznárez, don Felipe entregó personalmente el despacho al número 1 de la promoción, Eloy de la Varga Iglesias, quien también recibió la Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco.
A continuación se dio lectura a la última lección del curso impartida por el coronel director de la Academia, Ignacio de Dompablo Ferrándiz, quien se dirigió a los nuevos sargentos, tras completar tres años de formación militar y académica en el centro y tuvo también palabras de recuerdo para el militar fallecido, Pablo Jiménez Murillo.
En su alocución pidió a los hasta ahora alumnos “que no hagan de su trabajo una ocupación, hagan un reto y una pasión. No aspiren solo a ganarse la vida, aspiren a crear la diferencia. Tenemos que intentar ser todo lo que podemos ser, no solo una fracción de ello”.
“Recuerden que cada uno de ustedes es fundamental para que nuestra Fuerza Aeroespacial pueda cumplir sus misiones, pero no podrán realizar sus tareas y cometidos solos, necesitarán ser parte de un equipo, porque el esfuerzo colectivo de todos multiplica el de cada aviador individualmente”, dijo.
Para poner el punto final a la solemne ceremonia, el rey ordenó romper filas a los nuevos sargentos “por última vez en esta Academia” antes del habitual lanzamiento de gorras al aire.
Los actos del programa oficial se completaron con el homenaje a los militares que dieron su vida por España, carga de fusilería, exhibición aérea y desfile. Posteriormente, se sirvió un vino español en el hangar de la Academia al que asistieron autoridades, nuevos sargentos y sus familias y en el que el rey saludó a muchos de los presentes en un recorrido informal antes de abandonar las instalaciones.