El Regimiento de Artillería Lanzacohetes nº 63 del Acuartelamiento Santocildes (Ralca 63) ha renovado este jueves la enseña nacional que ondea en la rotonda de la Eragudina en un acto que confirma “los vínculos” que el Acuartelamiento Santocildes mantiene con la ciudad de Astorga. El homenaje a la bandera, compromiso del Ralca 63 con la ciudad y la sociedad astorgana, ha sido sustituida por una nueva enseña nacional. Se trata del tercer acto con motivo de la Fiesta Nacional el próximo 12 de octubre.
El acto estuvo presidido por el teniente coronel jefe del Ralca 63, Pedro Polo Campo, y el alcalde de Astorga, Arsenio García Fuertes. Será uno de los últimos actos oficiales de Polo como coronel en jefe del acuartelamiento astorgano, pues ya se ha designado un nuevo coronel que llegará para tomar el mando a finales de este año. “Se trata de un acto emotivo para nosotros de homenaje a una de las enseñas nacionales y de carácter sencillo. Todavía no sé dónde voy a ir destinado, pero creo que he conseguido algunos de mis objetivos en estos dos años de mandato”, afirmó Polo Campo tras el homenaje. El coronel José Manuel Mateo Alonso, cuyo nuevo destino será Astorga, ya formó parte del MACA en Ferral de Bernesga (León) y tomará posesión de su cargo dentro de dos meses, aproximadamente.
Durante el acto castrense cuatro militares y cuatro civiles portaron la enseña hasta el mástil. En representación de la sociedad civil astorgana llevaron la bandera el recién nombrado presidente de la Cámara de Comercio, Isaac de la Fuente, así como los concejales Emilia Villanueva, Laura Galindo y Rubén Río.
El homenaje comenzó con la revista a la Unidad por parte del coronel Pedro Polo. Tras ello, se procedió al tradicional saludo a todos los asistentes y se dio paso a la lectura de efemérides de la bandera nacional, enseña que nació en la época de Carlos III para uso naval por la que optó el monarca pues los colores rojo y amarillo eran muy vistosos en el mar. Con la explosión del sentimiento patriótico durante la Guerra de Independencia, los ciudadanos pasaron a portar los colores que se instalaron definitivamente en época de la reina Isabel II.
La llegada de la I República no modificó la bandera, aunque retiró los emblemas monárquicos a la misma. Desde 1981 el escudo y los colores toman el aspecto actual, se mantienen los colores de las franjas y se optó por un escudo parecido al de la II República, pero con una corona en lugar del castillo en la parte superior y se añade el emblema de los Borbones en el centro. El acto prosiguió con el izado de la bandera al son de las notas del himno nacional y el desfile que puso punto final al acto.
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