Fotografías de Ana Junquera El pregonero a caballo de la Cofradía del Bendito Cristo de los Afligidos partió esta soleada mañana de Jueves Santo desde el Cabildo para anunciar a las autoridades militares, civiles y religiosas el acto que tendrá lugar el viernes a las 13,00 horas. “El Sermón de las Siete palabras”, que este año estará dirigido por el canónigo Avelino de Luis Ferreras, recuerda las últimas palabras de Cristo en la cruz.
El Hermano Mayor de la Cofradía de San Andrés, acompañado por el Secretario, partieron desde el Cabildo astorgano del Bendito Cristo llevando la proclama, que este año ha sido escrita por el alcalde de la bimilenaria, Arsenio García. A caballo llevaron el pregón y la invitación por diferentes puntos significativos de la ciudad. La Cofradía celebra este año la conmemoración del 75 aniversario desde que el Cristo de San Andrés salió en procesión por primera vez.
Con este acto, la Cofradía da a conocer los actos de Viernes Santo por la mañana desde la Cofradía y el barrio de San Andrés. José Tomás de la Fuente ha sido el encargado de portar las palabras escritas por Arsenio García desde el barrio de San Andrés al Convento de las Madres Redentoristas donde se invitó a los religiosos y religiosas y personas de vida consagrada a unirse a través de la oración al sermón. A continuación en la Casa Elsa, sede de la Junta Profomento, se avisa a la Permanente de la Junta; en el Monumento al Cofrade se invita a todas las Cofradías, Hermandades y Archicofradías penitenciales, además de la Cofradía de San Antonio, la Hermandad de las Cinco Llagas y a la Cofradía de Piedralba; en la puerta principal de la Catedral, al Cabildo Catedralicio.
En la puerta del Seminario fueron recibidos por Marcos Lobato y los Rectores del Seminario. El coro parroquial de San Bartolomé interpretó el Stabat Mater de Zoltan Kodaly y la Coral de la Cantata 84 de Johann Sebastian Bach. Finalmente, en la puerta del Ayuntamiento, convocan a las autoridades civiles y militares y a toda la ciudad, representadas por el alcalde de Astorga, acompañado por autoridades militares y civiles, así como parte de la corporación municipal.
Pregón
Gentes de Astorga, visitantes que acudís al amparo de su hospitalidad, atraídos por sus tradiciones, su devoción y sus leyendas. Ante mí como Corregidor de esta ciudad, han acudido los hermanos y hermanas de la Cofradía del Bendito Cristo de los Afligidos de San Andrés solicitando autorización para llenar las calles y las plazas con la voz regia de su proclama, pregonando a los cuatro vientos su inmemorial compromiso con las últimas palabras del Cristo Crucificado.
Hoy hay que recordar que en este año, el 2018 del nacimiento de Jesús de Nazaret, se cumplen los 75 de la Fundación de esta Cofradía Astorgana que vio la luz un 14 de marzo de 1943; el mismo aniversario de la primera salida procesional de la Imagen del Bendito Cristo en la Semana Santa de Astorga, un 23 de abril del citado año de 1943, cuando el mundo se hallaba agitado y ensangrentado por el cuarto año de la Segunda Guerra Mundial.
Que así sea. Que cada esquina se tiña con el rojo sangre y el negro del luto y del dolor de sus túnicas procesionales. Que cada calle alfombre el paso solemne de sus penitentes y que en cada plaza se multiplique el eco de su llamamiento.
Jesús el Nazareno en el madero de la Cruz,
va a entregar el alma a su Padre.
Al Calvario hay que llegar
porque el Cristo ensangrentado, nuestra Luz,
hoy también nos quiere predicar
desde el altar de la Cruz.
Aunque alguna vez te haya perdido,
Jesús mío, lo imploro y confieso,
ruega por mí: que, con eso,
logro tu perdón sentido.
Vuelto hacia Jesús el Buen Ladrón
con fe ruega su piedad.
También yo de mi maldad
te pido, Cristo, perdón.
Si al buen ladrón arrepentido
darás lecho y pan en el Cielo,
al que te llora, sin recelo,
dame la salvación que te pido.
Desamparado se ve
de su Padre el Hijo amado,
maldito siempre el pecado
que de la muerte causa fue.
Pues quién quiera consolar
a Jesús el carpintero
que tome a cuestas su madero
Y le siga tras los luceros
de la cuesta del Postigo
senda de los hombres buenos
Sed, dice el Señor que tiene;
por poder mitigar sus penas,
darle lágrimas conviene
exprimidas del amor de nuestras venas.
Amargura darle, se ha visto
A la sed de Jesús el nazareno.
Más no bebe de mis culpas el Cristo
Caídas mil lágrimas sobre mi seno
Con firme voz gritó Jesús crucificado,
que de la humanidad y sus pecados
la salvación por la muerte consumó.
Cumplida su misión,
ya puede el Cristo morir,
y abrirnos su amor
para en su pecho dormir.
En tus manos desde ahora
nuestra alma ponemos,
En ti, Jesús el Nazareno,
hasta nuestra última aurora.
Y dainos, buen Jesus, buena muerte
Por tu santísima muerte.
Pues si bueno es vivir
Mayor fortaleza es morir
Para hacia las puertas del cielo
lograr partir.
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