José Guzmán, concejal del Partido Popular, exigía ante los medios de comunicación en la mañana del miércoles la realización de las obras presupuestadas para el ejercicio 2019.
Las obras a las que aludía el PP son la finalización del aparcamiento de El Melgar, incluyendo el colector de saneamiento, el mirador de la Vega (presupuestado en 191 000 euros), las calles del entorno del Teatro Gullón (valoradas en 170 000 euros) o los arreglos necesarios de la depuradora (estimado en 157 000 euros, de los cuales 60 500 irían destinados a acabar con los problemas de agua de Santa Catalina de Somoza).
El entorno de la ermita del Ecce Homo de Valdeviejas también cuenta con un presupuesto de 36 000 euros para su mejora, siendo importante por ser punto de paso de los peregrinos; misma cantidad con la que se encuentra dotada la realización de dos parques para perros (detrás de la “futura” pista de skate park y otra en Puerta de Rey).
Otra de las obras en la que más hincapié hicieron los ‘populares’ fue la de los ascensores, presupuestada en 379 000 euros y que facilitarían el acceso al centro de la ciudad a los vecinos de la parte baja. Y es que, según aseguran, Patrimonio aprobó un proyecto básico de ejecución que cuenta únicamente con un año de validez. “El proyecto está desarrollado por los dos arquitectos, solo hace falta entregárselo a Patrimonio”, explicaba Guzmán.
El grupo también exige el equipo de gobierno PSOE-IU que se preocupen por el arreglo del Paseo General Martínez Cabrera y que depende de la Diputación de León.
El PP manifestaba, a sabiendas de que es demasiado tarde para comenzar las obras en lo que queda de año, que se incorpore el casi millón y medio de euros al presupuesto de 2020 y poder ejecutar las citadas obras, para no “desperdiciar” todo el trabajo realizado en la pasada legislatura. Respecto a la realización de una nueva pista de skate y la nueva piscina, no exigen el mismo trato, ya que estas iban a financiarse mediante crédito.
Ángel Iglesias y Laura Galindo, concejales ambos del Partido Popular, afirmaban que lo único que querían era hacer la ciudad más cómoda para sus habitantes desde un punto de vista de futuro. “Todo esto supuso tiempo y esfuerzo, por lo que las obras se deben realizar tanto por respeto como porque conseguir la aprobación de Patrimonio fue difícil”, indicaba Galindo.
Finalmente, los miembros del anterior equipo de gobierno anunciaban que, de no ejecutarse estas obras, tomarían medidas populares para la realización de las mismas.