El Grupo Parlamentario Popular en el Senado denunció hoy que “el dinero que se condona en pago del alquiler de la Moncloa sirve para destrozar la viabilidad de proyectos tan importantes y necesarios como recuperar el ferrocarril de la Ruta de la Plata o Astorga-Plasencia”.
Así se pronunciaron los portavoces adjuntos, Antonio Silván y José Antonio Monago, en el debate de una moción de su Grupo por la que se insta al Gobierno a la inclusión de la recuperación del tramo del ferrocarril de la Ruta de la Plata comprendido entre Astorga y Plasencia (Cáceres) en la red básica ampliada de la Red Transeuropea de Transporte.
Según informa el PP en un comunicado recogido por Ical, durante el debate de la moción, que fue aprobada en el seno de la Comisión General de Comunidades Autónomas, a pesar de la abstención del PSOE, el senador leonés, Antonio Silván, aseguró que “con los 17.200 millones de euros que Sánchez quiere condonar a Cataluña” se podrían construir “ocho corredores ferroviarios” como el de la Ruta de la Plata “o, lo que es lo mismo, casi 3.000 kilómetros de línea ferroviaria convencional de Altas Prestaciones”. Por ello, frente a esta condonación para mantenerse en la Moncloa, el PP reivindica “ferrocarriles que articulen nuestros territorios y presten servicios a las personas”.
En este contexto, mostró su rechazo a la “doble cara de la hipocresía socialista: cierran líneas ferroviarias y se dicen defensores del ferrocarril ¿Alguien da más?”. Ante este “grave perjuicio”, Silván reclama “unidad de acción y revertir el daño causado y, muy especialmente, ahora cuando existen fondos europeos destinados a este tipo de líneas”.
Por otra parte, el senador leonés recalcó que la reapertura del Corredor ferroviario de la Ruta de la Plata “supondría una línea ferroviaria transversal norte sur por el oeste y al mismo tiempo una gran circunvalación ferroviaria de Madrid con la descongestión que supondría en el centro de España”.
Igualmente, Silván avisó que con el actual abandono del ferrocarril por parte de las empresas supone un aumento del tráfico por carretera y, por consiguiente, un “claro perjuicio para el medio ambiente y un encarecimiento para en la cadena de producción”.