Centro de la actividad política de la ciudad de León, casa de acogida e incluso almacén de frutas. Varios son los usos que se le ha dado a lo largo del tiempo al Palacio de los Condes de Luna, propiedad de la familia de los Quiñones, construido en el siglo XIV y rehabilitado hace ahora diez años para poder ponerlo a disposición del público mediante visitas, exposiciones y otras actividades.
Se construyó a principios del siglo XIV y llegó a convertirse en el centro de la actividad política de la ciudad de León. El Palacio de los Condes de Luna, propiedad de la familia de los Quiñones tuvo, con el paso del tiempo, diferentes usos. Ya en el siglo XX se cree que llegó a ser incluso casa de acogida o almacén de frutas.
La concejala de Acción y Promoción Cultural, Evelia Fernández, explica que el Palacio vivió una rehabilitación “muy importante” de once millones de euros financiada por el Ministerio de Cultura en la legislatura 2007-2010, hasta ser abierto al público en noviembre de 2009 con el objetivo de convertirlo en “el centro de referencia de la historia del reino de León”.
Por ello, cuando se inauguró, se celebraron unas jornadas de puertas abiertas “con muchísimo éxito”, porque “la gente quería saber la historia del propio Palacio”, para lo que se hicieron incluso visitas teatralizadas.
Tras esta experiencia “exitosa”, con motivo del 1.100 aniversario del Reino de León, se convirtió en el foco central de la celebración, acogiendo una exposición conmemorativa en la que colaboraron el Ayuntamiento de León y la Junta de Castilla y León, inaugurada en mayo de 2010 por quienes en aquel momento eran los reyes de España, Juan Carlos y Sofía. La muestra nació con una carácter permanente, aunque a día de hoy “quedaron allí tan solo algunas de las piezas expuestas”.
Debido a la gran afluencia de público -cabe recordar que en los 20 primeros días de su inauguración pasaron por el espacio unas 4.000 personas-, el equipo de Gobierno de aquel momento decidió establecer de manera permanente las visitas guiadas, al tiempo que se planteaba crear un Centro de Estudios Medievales conectado con las Universidades vinculadas al antiguo Reino, pero “la entrada de otros equipos de Gobierno hizo que ahora mismo esté deteriorado, con goteras y sin calefacción, y sin contenido, con una exposición permanente pero sin guías, por lo que la gente se tiene que buscar la vida a través de los paneles situados”.
Sin embargo, el nuevo equipo de Gobierno socialista, según explica Evelia Fernández, se ha propuesto “volver a dar vida al Palacio”, para lo que en primer lugar ha contratado a una guía que explica la historia del propio edificio vinculada la entorno de la antigua judería.
Así, el itinerario ‘Descubre el León sefardí’, mediante el que se lleva a cabo un recorrido de una hora de duración por el interior del museo, durante el que también se explica la convivencia de culturas en el barrio Húmedo y el casco histórico de la ciudad durante la historia medieval y la época de los Reyes de León, recibió tan solo durante el puente de noviembre a más de 700 personas.
“La gente tiene ganas de saber y ganas de tener sitios donde poder hacerlo”, considera Fernández, al tiempo que traslada la intención de retomar talleres con colegios y vincular la actividad del Museo con la historia del propio Palacio y de la ciudad de León.
Además, “si podemos y tenemos fondos, tenemos la intención de hacer un Congreso sobre Estudios Parlamentarios y Democracia”, avanza la concejala, quien también estudia poder celebrar en el Palacio del Conde Luna un Festival de Tradiciones Orales vinculado a la historia de León.
Según los datos registrados en la Sección Patrimonio y Arqueología de la Concejalía de Acción y Promoción Cultural del Consistorio, desde su apertura en 2009 hasta el 30 de octubre de este año han pasado por el edificio un total de 375.821 personas.
En cuanto a la procedencia de los visitantes, los leoneses siguen encabezando la estadística, mientras que en cuanto al resto de ciudades de la Comunidad, Valladolid aportaría el mayor número de visitantes, seguido por Zamora, y Salamanca. Dentro de los visitantes nacionales en primer lugar estaría Madrid, Barcelona y País Vasco y en cuanto al público extranjero, la afluencia mayor viene por parte de los franceses, alemanes y estadounidenses.
Visita al Palacio
Situado en el barrio de Palat del Rey de la ciudad de León, considerado en su tiempo el centro político de la ciudad durante la Plena y la Baja Edad Media, el Palacio se construyó a principios del siglo XIV
El Palacio se construyó a principios del siglo XIV y llegó a convertirse en el centro de la actividad política de la ciudad de León, propiedad de la familia de los Quiñones, tuvo con el paso del tiempo diferentes usos, según explica el arqueólogo municipal, Victorino García, “como casa de acogida o incluso almacén de fruta, por lo que pudimos encontrar cuando entramos para emprender la rehabilitación”.
Una vez que el visitante decide adentrarse en el Palacio de los Condes de Luna, lo primero que se encontrará es “una gran entrada de arquería” original del palacio bajo medieval, que se amplía a mediados del siglo XVI que da pie a una techumbre plana que en su día estuvo policromada con los escudos de los Quiñones y los Toledo.
Ya adentrados en esta primera planta del edificio, se encuentra una primera estancia que servía de zaguán y que da paso a una sala única que en su momento estuvo separada por un muro para separar la distribuidora de las alas del palacio y la cocina.
Continuando por la derecha de esta primera planta se llega a lo que en su momento suponía el patio secundario del Palacio, que en estos momentos acoge una maqueta de la ciudad de León en el siglo XVI, a manos del escultor Juan Carlos Ponga. Además, a lo largo de esta primera planta, se encuentra marcada en el suelo la línea de lo que suponía el lugar por el que discurría la muralla de León, que aún hoy se adentra en el edificio, como puede apreciarse en ciertas partes del interior.
En la parte superior, el visitante puede contemplar las diferentes estancias del edificio, entre las que se encuentra una sala de baile y fiestas, que hoy está ocupada por la sede de la Universidad de Washington en León o las salas que llegaron a convertirse en edificio de viviendas, y la sala noble del edificio, construida con doce vanos.