El nacimiento artesano de Valderrey

La Navidad ha llenado de actos y celebraciones la ciudad y sus comarcas, y de ese modo, los mayores y singularmente los más pequeños pueden disfrutar de numerosas actividades estos días de asueto. Una de las cosas que no debería perderse nadie es la visita del belén en movimiento de Valderrey, que con sus automatismos es una excelente réplica local del nacimiento artesano de Folgoso de la Ribera. En el salón de plenos, gracias a la generosidad del Ayuntamiento presidido por Gaspar Cuervo y a la desinteresada disposición de Fernando Celada, vecino de la cercada Penilla, podemos disfrutar de una de esas maravillas artesanales creadas por el ingenio popular. A la entrada, la iglesia de Curillas con el monaguillo tocando las campanas y el cura a la puerta, recibiendo el besamanos de los niños, como se hacía antaño, mientras los feligreses acuden a misa.

Luego, de derecha a izquierda, el visitante podrá admirar el castillo de Herodes con las cosas de aquí, mientras se abre y cierra el portón de entrada y los soldados pasean por el adarve; el torreón de los Osorio, de Turienzo de los Caballeros, la torre de la iglesia de Fresno de la Valduerna y el castillo de los Bazán, de Palacios. No podría faltar, claro, la ferrería de Compludo, reconstruida a escala, con todo lujo de detalles.

Se suceden a continuación numerosas escenas que recuerdan las actividades de los pueblos en un tiempo que ya parece pertenecer a la historia, como la matanza del cerdo por esta época, la vendimia de principios de otoño, la siega y la trilla del verano. Ahí están los hórreos y pallozas leonesas, el chorco de los lobos, el chozo del pastor, el chivitero, el parque infantil o el rincón maravilloso de Fuentencalada y otras fuentes reales o imaginarias con su agua constantemente vertiendo para disfrute de los más pequeños, que adoran estos artilugios de los belenes. ¿Podría faltar el puente de Valimbre? Pues claro que no. Por él salvan los Reyes Magos las mermadas aguas del Turiezo, el río por excelencia de Maragatería. Ahí están los viejos echándose su siesta y Beatriz, la hija de Fernando, atendiendo el huerto y su corral de Penilla, con la gallina de los huevos de oro, que va dejando de vez en cuando su ansiado tesoro. Con las escenas religiosas, claro, dando sentido al conjunto; la Anunciación, por ejemplo, o la secuencia completa del Nacimiento según los evangelios. María y José buscan posada en el albergue de Valderrey y como está ocupado tienen que acogerse a un humilde pesebre donde tendrá cobijo el misterio del recién Nacido en la cuna, acompañado por la Virgen y san José y calentado por el aliento de la mula y el buey, con la adoración de los magos. En las proximidades, una vieja que descorre el visillo para ver lo que pasa, el carpintero da vida a la garlopa y el panadero mete el pan en el horno mientras el ratón quiere dejarlo sin su harina.

No falta detalle, de verdad, no se lo pierdan. Visitas de 11 a 14 h. y de 16 a 19 h., del 26 al 30  de diciembre y el 3 y 4 de enero.

Andrés Martínez Oria

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