S.Gallo/ Ical El leonés Eleuterio Prado llega a Astorga para iniciar la presentación en la provincia del que ya es su tercer libro, titulado ‘Nanas del abuelo y otros poemas’ en el que, como su propio nombre indica, recopila algunas de las nanas en forma de poema en los que recuerda su infancia en la montaña de Prioro, en la provincia de León. Editado por Rimpego, la obra se dará a conocer también en colegios de la provincia durante estos días. Esta cita literaria tendrá lugar hoy a las 20:00 horas, en la Casa Panero de Astorga,
“Hablo de los animalitos que teníamos en la cuadra, de mi experiencia en los Picos de Europa” y lo hace en forma de poema, ya que la poesía es una de sus aficiones. Prado recuerda su vida como empresario en Barcelona aunque no olvida su infancia en Prioro, donde permaneció hasta casi los once años. “Tengo otros dos libros anteriores de trashumancia y mis recuerdos infantiles”, puntualiza Prado, que demuestra así la importancia de sus recuerdos.
Sin embargo, sus tres nietos “y los que vengan”, a quienes dedica este libro, han tenido un papel fundamental a la hora de plasmar todos estos cuentos y poemas en este texto, aunque también se dirige “a los niños de todas las edades”. El deseo de poner en papel sus recuerdos se debían a que en Barcelona se acordaba “de la paz espiritual en la majada, donde había mucha más paz espiritual que aquí”, ahora desde la visión “de un abuelo que nunca ha dejado de ser niño”.
Prado lamentó que en la actualidad se carezca de tiempo para escuchar estos cuentos, nanas y vivencia. “El recuerdo mío es el de esos inviernos en los que estábamos al lado de la lumbre, mientras fuera bramaba la ventisca, y pedías al abuelo que te contara el ‘Romance de la Loba parda’ u otros”, recuerda. En ese momento “había más humanidad y un amor callado” a pesar de que no se disponía de tantos medios y cada día se cenaba “sopas y un tazón de pan migado” a pesar de lo que “éramos felices”.
Era en esa época en la que “o eras pastor o eras cura, pero todos trabajábamos”, reconoce Prado, que lamenta que ahora la mitad de los jóvenes no tengan trabajo. “Es una contradicción”, insistió, e hizo un llamamiento para que puedan recuperarse los valores “ocultos” y a que se demuestre la inteligencia y se vuelva “a algunas cosas de antes” y a recuperar “algunos valores principales”.