El historiador maragato Raúl Blanco ya tiene una calle en su localidad natal

El historiador maragato Raúl Blanco ya tiene una calle en su localidad natal. Este martes, el Ayuntamiento le ha puesto el nombre de Calle Raúl Blanco a la antigua calle El Roble de Lagunas de Somoza, lugar donde nació. Al acto asistió la familia de Raúl y fue presentando Belén Blanco, secretaria de la Junta Vecinal de Lagunas.Esta iniciativa se ha llevado a cabo por petición de la propia Belén que elaboró el informe biográfico necesario para realizar el cambio de nombre.

Raúl Blanco ha sido el historiador más importante de la comarca que ha estudiado, entre otros, los archivos concejales de la Maragatería dejando tras de sí varias publicaciones que sirven de base para la recuperación de la historia.

Raúl Blanco nació en 1934 en Lagunas de Somoza, y con tan solo 18 años tomó conciencia de la importancia que tenían los archivos concejiles y eclesiásticos como custodios del pasado de los pueblos maragatos.  Durante décadas veló por la conservación y la difusión de los documentos históricos, jurídicos y administrativos de gran parte de la comarca maragata.

Blanco dedicó innumerables horas a la consulta de archivos públicos de ámbito nacional como el de Simancas, la Biblioteca Nacional, la Real Chancillería de Valladolid o el Archivo Histórico Nacional para obtener la información necesaria para su obra. Paralelamente, visitó y revisó el Archivo Diocesano de Astorga y los archivos concejiles de las localidades que aún conservaban documentación antigua. Junto con todo lo anterior, también entrevistó a numerosos vecinos que le informaron de antiguas tradiciones, leyendas y topónimos que consignó en sus libros.

A su muerte, Blanco publicó un total de seis volúmenes que recogen la documentación de 37 pueblos maragatos. La primera de ellas, y más extensa, está íntegramente dedicada a Lagunas de Somoza.

Blanco se centró en dos aspectos: por un lado, clasificar y transcribir la documentación encontrada en los archivos antes citados y en las arcas concejiles de 37 de los 55 pueblos de la comarca; y por otro lado, en plasmarla en sus amplios volúmenes con el fin de preservar la información obtenida y que pudiese servir como base a todo aquel que quisiese conocer e investigar acerca de uno o varios de estos pueblos.

La enorme labor que el historiador maragato llevó a cabo es impagable ya que, en la actualidad, algunos documentos y piezas estudiados en sus obras no se conservan. Es decir, ha salvado la memoria de estas localidades.

En este ámbito, Blanco es recordado como el investigador que sentó las bases para el resto de estudios relacionados con la Maragatería, pues la información recogida se encuentra claramente ordenada y transcrita. La adaptación de los documentos antiguos a letra tipográfica hace que la información sea accesible a cualquier usuario. Y así lo abalan desde distintas universidades de España.

Por si esto no fuese suficiente, Blanco confeccionó un mapa histórico de la comarca en la que se localizan los 55 pueblos maragatos actuales y otros 34 poblados históricos hoy desaparecidos, así como otros elementos de interés: molinos, coronas y castros. En el campo laboral, compaginó su trabajo en distintos puestos del Ministerio de Fomento en Madrid con los estudios de Derecho, lo que le posicionó como letrado del mismo durante quince años.

En la actualidad y después de inscribir en el Registro de la Propiedad Intelectual el séptimo libro, el historiador se encontraba confeccionando su octavo volumen.