El golpe

Sin duda recordaréis el muy oscarizado film de George Roy Hill, protagonizado por Redford y Newman, que nos hizo disfrutar de lo lindo con el elaborado plan llevado a efecto por dos pícaros estafadores de poca monta para dejar en pelota picada a un tal Lonnegan del que querían vengarse. Un golpe maestro, como el que nos quería dar Pedro Sánchez a todos los españoles cual tahúr del Mississippi; ha quedado bien entendido tras la entrevista de la cadena pro-populista dejándonos meridianamente claro que tenía medio cerrado el pacto con radicales e independentistas para lograr un “gobierno Frankenstein” conformado por minorías de todo pelaje y usurpar así la voluntad popular mayoritaria del último proceso electoral.

Pero además de tahúr, este personaje es falso, traidor y mentiroso puesto que, en línea con su partido (al menos en eso) y por mandato del mismo, nunca manifestó intención de vender España a los separatas yendo contra su propio Comité Federal. Bien es verdad que sí se mostraba cercano a los radicales populistas pues esa intención se le vio siempre y por ahí sí que enseñaba la patita, pero que tuviera en mente a los sediciosos para su pacto ya es demasiado.

Por consiguiente, queridos lectores, éste fue el único “golpe” que estuvo a punto de darse recientemente; desde luego que hubo otro intento muchos años antes, el famoso 23F, y no ha habido más hasta la fecha si nos olvidamos, claro está, de operaciones galaxia y semejantes. Lo digo porque ciertos individuos (e individuas por seguir su bombardeo absurdo contra el castellano) confunden los términos e intentan también confundir al personal sobre lo que es democracia y sobre lo que no lo es. Por cierto, eso de la feminización absurda del lenguaje al servicio de sexistas obsesivos (compañeros y compañeras, miembros y miembras) no es nada nuevo que hayan inventado estos eruditos o eruditas pues ya el ínclito Lalo, el de las chuches en la Cirila, nos decía “jóvenes y jóvenas” o Javier Gurruchaga, el de la Orquesta Mondragón, hablaba de “monstruos y monstruas”. La diferencia es que tanto Lalo como Gurruchaga lo hacían en plan jocoso y tenían gracia que no así los ultrafeministas que tienen la gracia en el agujero del… y sus estupideces ya han sido ampliamente reprochadas por la RAE (ver informe “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer”). Pero, en fin, esto es otra película (de terror) y ahora estamos con “el golpe”.

Circuló por la red la semana pasada un curioso libelo para llamar a la práctica del posible delito “rodea el Congreso” que define muy bien a sus creadores y a los que lo han difundido. “Ante el golpe de la mafia democracia”, rezaba. Claro esto leído así, sin la coma antes de “democracia”, que no la han puesto, nos denota algo muy acertado: lo que para ellos es la democracia, una mafia. El concepto que tiene esta gente de la democracia es nulo, esas cosas de votar sirven solo cuando les conceden razón y peso, de otro modo quienes votan son ignorantes; su democracia soñada es un régimen asambleario falso y manipulado en el que todo se tiene que hacer por la vía del referéndum para que después el líder, rodeado de su “politburó”, haga lo que le dé la gana so pena que a todos les ruede la cabeza si osan llevarle la contraria. Si es que en el fondo estos pipiolos son muy cercanos a Franco y debe ser por eso que se obstinan en resucitar su memoria porque aquel también hacía algún referéndum de los que no iba a tener en cuenta si le llevaban la contraria. Son muchas las coincidencias entre los extremos de uno y de otro lado.

Pero volvamos al asunto de la coma en el panfleto de marras porque estoy convencido que la coma han querido ponerla, aunque no figure, y deseaban expresar realmente “Ante el golpe de la mafia, democracia”. Con la coma es cuando nos damos definitiva cuenta de lo deshinchada que tienen la vena demócrata. Fijaos en lo absurdo de la situación. Si se ponen de acuerdo tres partidos para que, como es lógico y normal, gobierne el más votado, unos diciendo “sí” y otro diciendo no más que “abstención”, resulta que se trata de un golpe que da lugar a un gobierno ilegítimo. Por el contrario, si un señor que no tiene más de 85 escaños (frente a los 137 de los más votados), pretende aliñar toda una ensalada de minorías, entre las que se encuentran radicales populistas (con 71 escaños) y sediciosos de la peor calaña que quieren romper el país (unos 25 escaños), eso no es un golpe de Estado que daría lugar a un gobierno ilegítimo aunque pretenda usurpar la voluntad mayoritaria que expresan los españoles elección tras elección (eso sí, según ellos porque a los vencedores les votan viejos y gilipollas).

Pues bien esta aberración, este engendro malparido de democracia prostituida es lo que sería legal para los artistas del circo antisistema. ¿Comprendéis algo? Yo sí, no es otra cosa que la doble vara, esa especie de moral surrealista según la cual estos radicales se encuentran por encima del bien y del mal y tienen derechos que los demás no tenemos. Ellos sí pueden hacer escraches legítimos (y no pasa nada), asaltar supermercados (y no pasa nada), rodear el Congreso incluso durante la jornadas de reflexión (y no pasa nada), llamar asesino de Estado en sede parlamentaria a un ex-presidente sin tener pruebas (y no pasa nada), hacer el mamarracho en el Congreso hasta convertirlo en el circo Ringling (y no pasa nada), acusar a la bancada contraria de ser delincuentes cuando curiosamente se tiene en casa a un pederasta condenado, a varios condenados por agresión a los agentes de la Autoridad, a un ex-convicto de ETA, a un condenado por tráfico de drogas, a un agresor de embarazas encarcelado, a un asaltante de supermercados y de propiedades ajenas en el Congreso, a una condenada por ofensa a las creencias de los demás enseñando las tetas y dando voces obscenas en las capillas, a un líder ideológico suspendido de la docencia universitaria por cobrar de dictadores, a un senador que clamaba contra la especulación inmobiliaria y que es especulador inmobiliario además de hijo de las tarjetas black, a un dirigente que echaba pestes contra los que empleaban a la gente sin asegurarla mientras él lo hacía y así todo un cúmulo de atentados al refrán “la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio” o amigos del “que dimitan otros”.

A mayor abundamiento se dan situaciones que se dan por primera vez en democracia, oiga por primera vez, porque yo nunca había visto un bebé congresista, ni que se atentara contra la jornada de reflexión, ni que desde la oposición un partido perdedor llamara bobos, viejos o ignorantes a los electores por votar a otro, ni que se agrediera a la Guardia Civil, ni, ni, ni….

Con todo y con eso, se pueden entender todas las absurdeces de los radicales populistas porque para eso están e históricamente siempre fue así. No nos queda otra sino asumir que, ante una situación de crisis económica y social, el populismo es la respuesta inmediata hasta que nos damos el tortazo por muy ridículo que parezca; ejemplos claros de populismo que se estrelló en el pasado, que se estrella en el presente o que se estrellará en el futuro tenemos por doquier: Hitler, Maduro, Chávez, Castro, Trump, Le Pen y nuestro Turrión (le va mejor el segundo apellido que el primero). Lo que ya no puede entenderse tan bien es lo de IU y lo del PSOE. Izquierda Unida se ha podemizado hasta tal punto de ser diluida totalmente; sus dirigentes históricos han sucumbido de forma inexplicable ante un nenito-marioneta como Garzón que se conforma con quemarse siendo palmero de Podemos y su chico de los recados para decir las barbaridades menos agradables; lo mismo le da que IU en ese trayecto haya desaparecido y que todo recuerdo de lo que era la izquierda representante de un eurocomunismo dentro del sistema brille por su ausencia, “Réquiem aeternam dona ei Domine. Et lux perpetua luceat ei. Requiescat in pace”.

Lo del PSOE merece tratamiento aparte porque lo que ha pasado es lamentable sobre todo para el propio partido. Y como merece ese tratamiento distintivo lo dejaremos para otro día por no cansar a los lectores. Eso sí, adelantaré dos reflexiones. Tranquiliza algo que, antes de desangrarse del todo, el PSOE haya vuelto, según parece, a la senda de la cordura alejándose de radicalismos y volviendo a la socialdemocracia que lo hacía ser un partido de Estado.

La segunda reflexión es que desmoraliza la abundancia de niñatos advenedizos que no saben cómo funciona un partido político como el PSOE ni lo que es el socialismo moderado; resultan patéticos cuando lees osadías de tal calibre como dirigirse a pesos pesados como Juanjo Perandones diciéndole “Juanjo, tú antes eras socialista” o cuando tratan de dar lecciones de democracia siendo párvulos rebosantes de inexperiencia. Creo que Sánchez, acompañado de muchos otros, incluyendo a algunos de nuestra Astorga, deberían dejar el PSOE y afiliarse a Podemos porque les cuesta bastante entender la diferencia entre socialdemocracia y socialismo radical y, para mí, que no están bien ubicados. No me hagáis caso, ya sabemos que ahora somos todos fachas menos los de Unidos Podemos y los de la rama esa del PSOE.

 

 

Print Friendly, PDF & Email